Por Javier Lorca
“No puede haber un trato discriminatorio para los diferentes sectores docentes.” Los gremios universitarios exigen, con ese argumento, un incremento salarial por lo menos igual al otorgado por el Gobierno a los maestros y profesores del nivel medio: un piso de 840 pesos, cuando el cargo universitario equivalente hoy es de 552 pesos. Esta semana, las primeras negociaciones del año no registraron avances y la mayoría de los sindicatos desplegó un horizonte de conflicto que incluirá paros y podría trabar el inicio de las clases en diversas universidades.
Postergada y reclamada por los gremios, la reapertura de la mesa de negociación salarial se produjo el miércoles. Participaron funcionarios de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), representantes del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y dirigentes docentes de la Conadu Histórica, la Fedun y los dos bloques en que está dividida la Conadu.
¿Qué pasó? El jefe de gabinete de la SPU, Roberto Palma, aclaró que el incremento a los docentes del resto del sistema educativo sólo alcanzará, a nivel superior, a quienes enseñan en los colegios preuniversitarios: ellos percibirán desde marzo 100 pesos no remunerativos y no bonificables, además de la garantía de 840 pesos por cargo o cada 15 horas cátedra. El funcionario explicó que, en lo inmediato, no habría más fondos para mejoras salariales en la universidad porque los recursos previstos para 2006 por la Ley de Financiamiento Educativo fueron utilizados en los acuerdos alcanzados el año pasado, para los que aún faltan aplicarse algunas etapas.
Por el momento, ante el reclamo sindical de “media canasta familiar para el cargo testigo”, la política salarial oficial se limitaría a abrir discusiones de mediano y largo plazo pensando en que la ley de financiamiento sumaría fondos para el período 2007-2010. Plazos que no satisfacen a los docentes. “La reunión fue nefasta, una provocación del ministerio”, disparó Sergio Zaninelli (Universidad del Sur), de Conadu Histórica. “Responsabilizamos al gobierno nacional y a los rectores por el no inicio de las clases en las universidades nacionales”, agregó, en diálogo con Página/12.
“Un mismo ministerio no puede tener una política discriminatoria y dual para los diferentes sectores docentes. Pedimos coherencia –dijo Pedro Sanllorenti (Mar del Plata), de Conadu–. Más allá de nuestras críticas a los adicionales en negro, el sueldo de un docente universitario es significativamente inferior al de un maestro, aun cuando requiere un título profesional y tareas diferenciales.” La relación entre cargos docentes indica hoy que el maestro de grado, las quince horas cátedra en la escuela media y las doce horas en un terciario tienen garantizado un sueldo de 840 pesos. Mientras, el equivalente cargo testigo universitario (ayudante de 1ª con dedicación semiexclusiva) percibe 552 pesos.
Aunque los sindicatos docentes recién definirán sus acciones en congresos y plenarios a realizarse la próxima semana, está claro que habrá medidas de fuerza. Carlos De Feo (La Plata), de Conadu, estimó que desde abril –en la mayoría de las casas de estudios las clases deberían comenzar entre fines de marzo y el mes siguiente– el plan de lucha desplegaría un programa de paros y medidas de fuerza en forma escalonada. Otros sectores promueven, directamente, suspender el inicio del ciclo lectivo, medida que ya fue aprobada por los docentes de la Universidad de Río Cuarto (deberían dar clases desde el lunes que viene) y también por una asamblea docente en la Universidad de Rosario.