En Termas de Río Hondo, el congreso aprobó un proyecto de convenio colectivo de trabajo, un plan de lucha con nuevos reclamos y una junta electoral para la renovación de autoridades. Pero todo resultó cuestionado por los gremios de la UBA (Aduba), el IUNA, Villa María, San Martín, UTN Avellaneda y otros. “No nos dejaron acreditar argumentando que no teníamos las cuotas al día o los padrones de afiliados, cuando debería primar una postura participativa”, dijo Daniel Ricci. Según el titular de Aduba, “fue una maniobra para elegir la junta electoral con una mayoría ficticia”.
Desde la conducción de Conadu se prefirió evitar “una polémica estéril”. Pero se explicó que “la comisión de poderes observó que varios gremios no cumplían los requisitos para ingresar. Obviamente podían participar del congreso y defender su posición, pero ni siquiera se presentaron”. Si bien la fractura no implica hoy una ruptura de la Conadu –recordar que también existe la Conadu Histórica–, sí ratifica la presencia de tres bloques: el de los ahora denunciantes; el que integran los gremios de Rosario, Mar del Plata, San Luis, La Plata, Santiago del Estero y otros, y un sector más a la izquierda, que sí entró al congreso pero votó contra la exclusión de los gremios citados.