Sarlo se refiere como un hecho grave a la persecución de la Iglesia contra la exposición del pintor y escultor León Ferrari. Luego menciona un reportaje en el que el ministro de Salud Ginés González García afirmó que el debate de la próxima década en el mundo sobre la eutanasia era impensable en la Argentina. También recuerda la oposición de la Iglesia durante el gobierno de Alfonsín a la ley de divorcio, encabezada por “presbíteros rabiosos, que habían apoyado la dictadura militar”. Sobre la despenalización del aborto, afirma que las intervenciones en la Convención Constituyente de 1994 de Elba Roulet, Graciela Fernández Meijide y Elisa Carrió no podrían sostenerse hoy debido al avance de la Iglesia.
Sarlo compara los argumentos vertidos en la Legislatura porteña sobre la Ley de Educación Sexual con las que se escucharon hace 125 años cuando se estableció la educación laica, gratuita y obligatoria. Entonces, “la elite política derrotó, cultural e ideológicamente, a la fracción católica que amordazaba la libertad de pensamiento, y estableció las bases del universalismo escolar argentino”. Hoy la Iglesia supervisa, más que nunca en la historia argentina, lo que sucede en la escuela pública y administra centenares de institutos de formación docente. Sarlo encomia la afirmación del obispo Oscar Justo Laguna de que no predica sobre preservativos, porque así reconoce la separación de las esferas estatal, pública, privada.
Aunque Sarlo preferiría que ningún niño o niña fuera adoctrinado en la virginidad de María, la ascensión en cuerpo y alma, ni el juicio universal, defiende el derecho de la Iglesia a predicarlo entre sus fieles y dice que defendería un templo católico de cualquier ataque material o político. Para garantizar la libertad de cultos, el Estado “debe proteger por igual a todas las instituciones religiosas sin adoptar sus pretensiones totalizantes” y “hay que exigir que la Iglesia haga lo mismo”. Si la Iglesia se los prohibiera, los católicos deberían abstenerse de visitar la exposición de Ferrari, de divorciarse, de apoyar la despenalización del aborto o las campañas contra el SIDA que aconsejan el uso de preservativos. Pero los demás “somos libres de ese mandato institucional”. Creer en Dios “no funda ningún derecho que no sea el de la diversidad”. Junto con el texto se habían impreso 2000 ejemplares del formulario, uno para cada alumno que debían contestar siete puntos:
1) Formule la postura (la tesis) que sostiene la autora acerca de las intervenciones públicas de la Iglesia en materia ideológico-moral.
2) Formule una razón (argumento) que da la autora para sostener su postura.
3) Indique cuál/es de las siguientes afirmaciones son correctas según la postura de Sarlo colocando V (verdadero) o F (falso) según el caso. Cuando sea falso, justifique brevemente su respuesta recurriendo a lo que se plantea en el texto.
-a Que el Estado ceda ante los reclamos de la Iglesia respecto de la exposición de Ferrari daría cuenta de la debilidad estatal.
-b Cuando un sacerdote decide “no predicar sobre preservativos” está negando que existen otros discursos y otras posiciones.
-c La Iglesia pretende definir el funcionamiento de la esfera pública imponiendo valores que sólo conciernen a sus fieles.
-d El Estado debe responder favorablemente a los reclamos de los católicos que se sintieron agredidos con la exposición de León Ferrari.
4) Subraye la oración que presenta la idea principal del séptimo párrafo.
5) Explique qué se pretende probar en el texto mediante las menciones de los debates sobre la eutanasia y sobre la Ley de Educación Sexual.
6) ¿Cuál es la función de la cita de Monseñor Laguna? Marque la opción correcta y justifique su elección.
-a Para incorporar una opinión más sobre el tema, que el autor no necesariamente apoya ni rechaza.
-b Para mostrar una idea contraria a la que sostiene en el artículo que luego será refutada.
-c Para reforzar la posición que defiende en el artículo mediante el acuerdo con una persona reconocida.
-d Para reforzar la explicación de los conceptos que se despliegan en el texto.
7) Si se incluyera en el texto de Beatriz Sarlo el siguiente artículo de la Constitución de la Nación Argentina, ¿éste serviría para avalar la postura de la autora acerca de cuál debe ser el rol del Estado en materia de religión o para avalar un argumento con el que Sarlo no coincide?
“Artículo 2 [Culto] . El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano.”
Los demás docentes consideran que una censura de este tipo vacía de contenido la Universidad. Uno decidió recordar a sus alumnos los tres principios de la reforma universitaria de 1918: laicidad, libertad de cátedra y cogobierno. Otro anunció que no permitirá que este nivel de Inquisición en un ambiente universitario quede entre cuatro paredes. Varios decidieron distribuir el texto y el cuestionario entre sus propios alumnos, informarles de la censura y preparar una carta colectiva de denuncia y protesta. Arrossi también recibió esta comunicación de un colega: “No sé qué decir. ¡¡¡Dios mío!!! es probablemente lo más apropiado”.