En su recién aparecido número 24, Sociedad se ocupa de un asunto tan presente para la humanidad como soslayado por las ciencias sociales: Dios. “La caída de los dioses o la modernidad sin ilusiones”, de Eduardo Grüner (al pasar, sugiere: “No sé si se ha reflexionado suficientemente sobre el hecho de que Occidente, como tal, no ha generado ninguna de las grandes religiones mundiales”); “El concepto de Dios después de Auschwitz”, de Hans Jonas; “El sentido moral de la sociología”, de Georges Bataille; “Vestigios de Dios en la carne”, de Emilio de Ipola; “Fe y nihilismo complaciente”, de Daniel Mundo, abordan lo sagrado. Además de artículos sobre historia de la izquierda latinoamericana y sobre el acontecimiento “Tucumán arde”, la publicación que edita Christian Ferrer incluye un texto de Beppo Levi, “Después de la bomba atómica”. Y un dossier dedicado a “un debate incómodo”, la pornografía, otro asunto cuyo abordaje disciplinario parece inversamente proporcional a su presencia en la sociedad. La discusión se dibuja mediante una interesante colección polifónica de citas. Botón de muestra: “La pornografía y la ciencia se encuentran y se fusionan sobre la mesa de autopsia”, plantea el siempre inquietante (y parejamente genial) James Graham Ballard.