Cada vez más lejos de su perfil sólo vinculado a las ciencias económicas, cada vez más cerca de una orientación amplia y universalista, la Escuela Carlos Pellegrini de la UBA pretende reformar su plan de estudios. Durante el año pasado, estudiantes, autoridades y docentes de la escuela debatieron y consensuaron un proyecto para modificar, particularmente, la cursada del 6º año, el que les permite a los estudiantes ingresar en forma directa en las carreras de la universidad, sin pasar por el Ciclo Básico Común (CBC). La propuesta está siendo discutida con el Rectorado de la UBA, que ya sugirió algunos cambios para que el nuevo perfil del Pellegrini no se choque con la tradición humanista del Colegio Nacional de Buenos Aires, el otro secundario de la universidad.
Pese a que el nombre de la institución la define como Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, únicamente el 18 por ciento de sus estudiantes sigue una carrera universitaria relacionada con las ciencias económicas, según reveló una encuesta interna. Por eso, la propuesta del Pellegrini es redefinir la orientación del último año, que es optativo para los 2500 alumnos que hoy estudian en la escuela.
“Queremos que nuestros estudiantes, con la fuerte formación que tienen, puedan ahondar en conocimientos básicos durante el 6º año, incluso por encima de lo que dicta el CBC”, contó a Página/12 el rector de la escuela, Abraham Gak. Hasta ahora, quienes optan por cursar el 6º año se llevan el título de Bachiller en Ciencias Comerciales. La propuesta consensuada es convertirlo en otro título, con dos orientaciones posibles: en Ciencias Sociales o en Ciencias Exactas y Naturales, explicó el rector. “La idea es que sea un paquete de cuatro materias obligatorios y otras cuatro optativas, que tenga equivalencia automática con el CBC de cualquier carrera de la UBA.” De ese modo, la escuela se aseguraría que todo alumno que apruebe 6º año no debería rendir ninguna otra materia para poder ingresar directamente en la carrera elegida: hasta ahora, esa prerrogativa está limitada porque la oferta curricular de 6º está limitada a determinadas asignaturas. “Hay materias que no se dan porque no hay suficiente demanda de estudiantes. Entonces, esos alumnos tienen que cursar en el CBC”, agregó Gak.
Otro objetivo implícito en la propuesta es consolidar el 6º año, cuya matrícula habría estado cayendo en los últimos ciclos lectivos. Si se les ofrecen más oportunidades a los alumnos, un abanico más amplio de posibles carreras a seguir, podría crecer el número de inscriptos –estiman las autoridades–, ya que ese beneficio se sumaría al de poder transitar en mejores condiciones, incluso en el mismo entorno educativo, al nivel universitario.
El proyecto fue girado por la escuela al Rectorado de la universidad. Allí surgieron algunas observaciones. La principal es que el Pellegrini debería mantener su identidad y sus características diferenciales, sin replicar al Nacional Buenos Aires. Además, para la Secretaría de Asuntos Académicos de la UBA se debería pensar un replanteo curricular más amplio, no sólo acotado al 6º año. Ahora, el proyecto volvió a la escuela y, una vez completado, será presentado para su aprobación ante el Consejo Superior de la universidad.
Como el inicio de las clases del 6º año está previsto para el próximo lunes, y como ya hay más de cien inscriptos, la demora en el tratamiento de la reforma generó cierta inquietud entre estudiantes y docentes. “Consideramos que todo proyecto que apunte al mejoramiento académico y pedagógico, como es este caso, debe ser apoyado y no enmarañado por cuestiones de índole técnica”, señaló a través de una declaración la Asociación Gremial Docente de la UBA, que también reclamó que se garantice la apertura del 6º año “para que los alumnos tengan la tranquilidad con respecto a su futuro inmediato y los profesores puedan ajustar de ser necesario el proyecto académico presentado para cada materia y modalidad”. En ese contexto, el rector Gak aseguró que el funcionamiento del 6º año está asegurado, aunque bajo las mismas condiciones en que se venía dictando.
Docente del Pellegrini y dirigente gremial, Julio Bulacio, dijo a este diario que la mayoría de los profesores apoya la reforma, a la que consideró “un paso progresivo” para la escuela: “En los últimos 20 años, el colegio fue cambiando, su público y sus docentes fueron girando hacia una visión más universalista, más allá de que mantenga materias relacionadas con las ciencias económicas”.
