* Por Javier Lorca
La distancia entre el rector y los decanos y consejeros superiores de la UBA creció en los últimos días, y no sólo porque Guillermo Jaim Etcheverry viajó al exterior. La cuestión que los separa es, como otras veces, el presupuesto. El Consejo Superior de la universidad se apresta a aprobar un proyecto presupuestario elaborado por los decanos, en desmedro del promovido por el rectorado. Además, las mismas autoridades de las facultades solicitaron y mantuvieron una reunión con el ministro de Educación sin la presencia del rector. Los decanos prefirieron no esperar el regreso de Jaim Etcheverry y le pidieron a Daniel Filmus un incremento de fondos. La respuesta fue positiva: habrá una partida extra de 25 millones de pesos y, según se estimaba ayer en la universidad, la UBA podrá afrontar los gastos salariales y de funcionamiento hasta fin de año.
El tratamiento del presupuesto 2005 se viene demorando desde el inicio del ciclo lectivo, generando numerosos inconvenientes, como la imposibilidad de renovar contratos o asumir nuevos gastos (ver aparte). La demora no se debía únicamente a problemas internos: de los 855 millones solicitados por la UBA para funcionar este año, el Congreso y el Gobierno le asignaron apenas 445 millones. Mañana, finalmente, en su última sesión ordinaria del semestre, el Consejo Superior (CS) tratará la distribución de fondos. Y, si no median más desacuerdos, el órgano de gobierno aprobará el proyecto tratado la semana pasada en comisión.
Lo curioso del caso es que no se trata, como habitualmente, del proyecto presentado por la Secretaría de Hacienda de la UBA. “Los consejeros ni siquiera leyeron el proyecto del rectorado. Quedó cerrado sobre la mesa”, contó un participante de la última reunión de comisión. En cambio, se elevó una propuesta alternativa que presentaron tres decanos, los de Agronomía, Veterinarias y Odontología. ¿Qué diferencia a una de otra propuesta? “Nuestro proyecto no incluye los recursos propios de la universidad, se limita al financiamiento del Estado; incorpora una suma fija de 5,2 millones para mejorar los ingresos de docentes y no docentes; y no crea un fondo especial con lo ahorrado por aportes patronales, sino que buscamos financiamiento genuino”, contó Fernando Vilella, decano de Agronomía.
Con la primera diferencia se intentó dejar sentado que, antes de “blanquear” los recursos propios que genera la casa de estudios, muchos consejeros esperan saber qué resultados arroja la comisión investigadora que analiza en qué se gastaron unos 120 o 140 millones de pesos ahorrados durante los últimos años (asunto que, como se recordará, acaba de costarle el cargo al secretario de Hacienda de la universidad).
Y la última diferencia con respecto al proyecto del rectorado alude, justamente, a la reunión con el ministro Filmus gestionada por el vicerrector de la UBA, Berardo Dujovne, mientras Jaim Etcheverry estaba de viaje. “No podíamos esperar a que volviera. La situación era urgente”, justificó un consejero. La entrevista se realizó el viernes pasado. Concurrieron diez de los trece decanos y pidieron una partida adicional de 27 millones para poder funcionar hasta diciembre. Filmus se comprometió a asignar 25 millones durante lo que queda del año y explicó que otros dos millones ya estaban previstos en los fondos presupuestados.
Al margen de las disputas financieras, el otro conflicto que va a exhibir los posicionamientos en el gobierno universitario es el que continúa protagonizando la Facultad de Ingeniería. El rector Jaim Etcheverry ya sentó claramente su posición contraria al modo en que fue destituido el decano Bruno Cernuschi. Tras la primera remoción, el año pasado, los consejeros superiores apoyaron mayoritariamente la anulación del despido y la restauración del decano. Pero este año las posturas parecen haber cambiado algo. En abril, el consejo directivo de Ingeniería volvió a votar la separación y, desde entonces, los consejeros han postergado el tratamiento del recurso jerárquico elevado por Cernuschi. Hasta que la semana pasada, como se informó, la Justicia aceptó un medida cautelar interpuesta por Cernuschi y lo repuso en el decanato mientras no se resuelva la cuestión de fondo, es decir, la validez institucional de la remoción. Ayer mismo, la comisión de interpretación y reglamento del CS desempolvó el expediente. Hubo un acalorada discusión, gritos y portazos. Hasta que, con el voto favorable de tres decanos y tres consejeros graduados, se aprobó un despacho que rechaza el recurso del hoy decano de Ingeniería. El debate seguirá mañana.
“Esto es un escándalo”
Desde marzo, muchos profesores de la UBA no cobran su salario por las trabas burocráticas derivadas de la ausencia del presupuesto 2005 y la correspondiente asignación de recursos a cada unidad académica. Entre los perjudicados están, por ejemplo, unos treinta profesores de Filosofía y Letras, ya jubilados, a quienes no se les han renovado los contratos. “Esto es un escándalo”, se limitó a decir David Viñas, a quien durante los últimos meses no le han pagado su sueldo como director del Instituto de Literatura Argentina Ricardo Rojas. La misma situación perjudica a otros directores de los institutos de investigación de la facultad. Según se informó ayer en esa institución, la renovación de los contratos ya se habría aprobado en la comisión de presupuesto y sería refrendada mañana, en el Consejo Superior de la universidad. Siempre y cuando sea aprobado el presupuesto general de la UBA.