Por Javier Lorca
A escasas tres semanas de que caduquen los mandatos de sus autoridades, la Universidad de Buenos Aires (UBA) sigue sin poder elegir al rector que la gobernará hasta 2010. Sin ninguna sorpresa, tal como se preveía, una toma estudiantil del Colegio Nacional de Buenos Aires impidió ayer, por tercera vez, que la asamblea universitaria sesionara y eligiera al sucesor de Guillermo Jaim Etcheverry. Ya desde la noche del lunes las agrupaciones de izquierda ocuparon el colegio en rechazo a la candidatura de Atilio Alterini –por su paso como juez y funcionario bajo la última dictadura– y en reclamo de una democratización del cogobierno universitario. Durante la mañana, el bloque de radicales, peronistas y aliados que postula al decano de Derecho y reúne a la mayoría de los 236 asambleístas responsabilizó al actual rector por la falta de garantías para sesionar y amenazó con solicitar un amparo ante la Justicia. Algunos, los más exasperados, incluso exigieron la renuncia de Jaim Etcheverry. Avanzada la tarde, bajaron los decibeles, después de que el rector les anunciara su intención de hacer una reunión con todos los decanos para consensuar cómo organizar una nueva asamblea.
Eran las 9 de la mañana y, desde las escalinatas del colegio, los alumnos convocados por la FUBA y varios centros de estudiantes cantaban ante el resignado arribo de los asambleístas. “Me parece que el facho no sale rector, se viene la democratización”, gritaban, entre banderas de agrupaciones y organizaciones de izquierda. Si bien no faltó el despliegue militante de rigor, estuvo ausente, más en el entorno que en los estudiantes, algo de la emoción dispersa en las dos primeras protestas. Como si muchos de los actores se limitaran a cumplir, con algún desgano, un rol ya previsto y guionado.
A 150 metros del colegio, en la esquina de Bolívar e Hipólito Yrigoyen, los miembros del bloque mayoritario estaban a la expectativa. “Nos están diciendo que hay una toma del colegio pero, en realidad, es una tomada de pelo más de un grupúsculo allí instalado”, se despachó Alterini. “Este bochorno está hartando a la sociedad y dañando la imagen de la Universidad de Buenos Aires. La universidad más prestigiosa de América latina no puede estar sometida a los avatares de un grupúsculo que daña la democracia.” A su alrededor, consejeros y operadores de su candidatura cargaban menos contra la FUBA que contra Jaim Etcheverry. “Está claro que no quiere que haya asamblea, no tomó las mínimas medidas para evitar la suspensión”, decían. “Si ni siquiera tiene poder para organizar la sesión, tiene que renunciar.”
El rector llegó a Bolívar al 200 después de las 9.30. “Esto es un espectáculo bochornoso. Lamentablemente, no tengo medios para poner orden –dijo minutos antes de resolver la suspensión–. Sólo cumplo instrucciones del Consejo Superior, que decidió convocar la asamblea sin restricciones.” Jaim Etcheverry informó que había hecho una nueva denuncia judicial y recordó que, cuando el jueves 6 se suspendió el segundo intento de sesión, también había requerido “la colaboración de la fuerza pública” y que el Ministerio del Interior había decidido retirar a la Policía del colegio.
Mientras el rector hablaba con los periodistas, entre micrófonos y cámaras de TV, un militante de la Franja Morada, primero, y después Martín Marcos –hoy consejero profesor electo, hace unos años secretario de Extensión durante la gestión shuberoffista– aprovecharon para increpar a los gritos a Jaim Etcheverry, acusándolo por la tercera elección frustrada. “Soy el principal interesado en que se haga la asamblea y que sea elegido el rector. Las medidas a mi disposición son muy limitadas. Le he pedido al juez que arbitre las medidas necesarias”, reiteró Jaim Etcheverry, que aspira a la reelección.
Sobre la calle, los asambleístas esperaban, entre ellos los demás candidatos al rectorado: el investigador y profesor de Exactas Alberto Kornblihtt, el ex decano de Agronomía Fernando Vilella. En la puerta del colegio continuaban los cantitos. “Si no se va Alterini, qué quilombo se va a armar”, se oía. No hubo ayer cantos de respuesta: Franja y las agrupaciones estudiantiles de su espacio no se movilizaron, sólo estaban dirigentes y consejeros. Más tarde llegaron las agrupaciones de perfil nacional y popular, afines al kirchnerismo. Sus consignas apuntaron contra Alterini y a favor del Gobierno: “Vamos con Néstor Kirchner a cambiar la historia” y “Pingüino corazón” aturdían desde un equipo de sonido alquilado. Sí hubo confrontación con la izquierda, que con algunos megáfonos respondía: “A ver, a ver, quién dirige la batuta, los estudiantes o el Gobierno hijo de puta”.
Una vez suspendida oficialmente la asamblea, el bloque de Alterini se reunió en la Facultad de Ingeniería y, más tarde, decanos y referentes se trasladaron a la sede de Derecho. A esa altura se pensaba solicitar una medida cautelar para ir hacia una asamblea controlada. Finalmente, la presentación se dejó stand by. “Hubo un llamado del rector, invitando a todos los decanos a dialogar y a buscar un consenso que garantice la posibilidad de sesionar. Siempre que sea sin condicionamientos, aceptamos seguir analizando propuestas”, confió un consejero. La reunión de los trece decanos sería hoy o mañana. Después, si se alcanza algún acuerdo, se deberá llamar una sesión del Consejo Superior que, a su vez, tendría que convocar a una cuarta asamblea. Con suerte, ésta podría organizarse para fines de la semana próxima o para la primera de mayo.
Por su parte, el espacio de izquierda y centroizquierda que postula a Kornblihtt preparaba anoche una declaración para fijar la posición de las facultades de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Arquitectura y Exactas. “Vamos a tratar de mantener las puertas abiertas al diálogo y, mientras tanto, queremos generar mecanismos para que los debates que hasta ahora se mantienen larvados puedan canalizarse de un modo constructivo”, dijo a Página/12 Federico Schuster, decano de Sociales. La idea es abrir foros de discusión, especialmente, sobre la reforma del estatuto y los modos de gobierno de la UBA, uno de los cuestionamientos centrales del estudiantado.
¿Hay riesgo de acefalía?
El mandato del rector Jaim Etcheverry y de los actuales consejeros superiores vence el próximo 7 de mayo. ¿Qué pasará si no puede sesionar antes la asamblea que debe elegir rector para el período 2006-2010? El estatuto de la UBA prevé, en su artículo 101, que en caso de ausencia, enfermedad, renuncia, separación o muerte del rector, sus funciones debe ejercerlas el vicerrector o, a falta de éste, el decano de mayor edad. Y que, dentro de los 15 días de producida la vacante, el Consejo Superior debe convocar a la asamblea para elegir nuevo rector. Por eso, varios sectores del bloque de radicales, peronistas y aliados independientes –con mayoría en las facultades de Derecho, Económicas, Odontología, Farmacia, Psicología, Ingeniería, Veterinarias y Medicina– creen que bastará esperar al lunes 8 y, una vez en funciones el nuevo Consejo Superior, donde el bloque tendrá una relación de fuerzas favorable, elegir vicerrector para, después, organizar otra asamblea universitaria. No obstante, todavía se intentará acordar cómo sesionar antes de que venzan los mandatos.
Repudios, consultas y denuncias
- El Consejo Interuniversitario Nacional –que reúne a los rectores de todas las universidades nacionales– repudió ayer “las acciones ilegítimas que han impedido el desarrollo de la asamblea universitaria de la UBA” y rechazó “cualquier intento de afectar el normal funcionamiento de los órganos de gobierno de la universidad constituidos democráticamente”. La declaración del CIN exhortó “a la comunidad universitaria a usar los mecanismos democráticos para expresar los disensos propios del estado de derecho que impera en el país”.
- Encabezada por un frente de agrupaciones de izquierda (MST, PO, Evet), la FUBA –la federación que nuclea a los centros estudiantiles de la UBA y que ya frustró tres veces la elección del rector– iniciará hoy una consulta en las facultades para saber si la comunidad académica acepta o no la candidatura de Atilio Alterini y si está de acuerdo o no con una reforma democratizadora de los estatutos de la universidad.
- El gremio docente Aduba reclamó ayer “una gran reforma de los estatutos que, como punto central, profundice su democratización a través de un claustro único docente, la normalización de la unidad académica CBC y la elección directa de todas sus autoridades”. Además, consideró “imprescindible que se reúna la asamblea universitaria, que es la que debe hacer la convocatoria para realizar un amplio debate a todos los claustros de la universidad para consensuar las reformas”.
- Estudiantes de la agrupación de centroizquierda Colectivo para la Transformación Universitaria llamaron a “normalizar efectivamente la UBA y la FUBA usurpada por la paleoizquierda. En la universidad, reformemos el estatuto para reemplazar el perimido claustro de profesores por un claustro de todos los docentes concursados, y en la federación, terminemos con la autocracia y los manejos financieros espurios”. El Colectivo acusó a las agrupaciones de izquierda de montar “una aparente oposición altisonante” contra Alterini para ocultar “la vergonzosa abstención de sus consejeros” cuando el Consejo Superior le otorgó al decano de Derecho el título de profesor emérito.
Cuatro miradas al conflicto
“Una situación casi grotesca”
“A esta altura, lo de hoy (por ayer) era una situación casi grotesca: pequeños grupos dentro y fuera del colegio, por separado, cada uno con sus cantos y banderas. Siempre es lo mismo; misma escena de la misma película. Acá hay un problema grave que tiene que ver con que hay reglas que hay que cumplir. ¿Hay que reformar el estatuto?, está bien, hagámoslo, pero primero se deben cumplir reglas como la de poder asistir a la asamblea y votar. Hay que discutir ideas para la universidad pública, cosas que vayan mas allá de las biografías de los candidatos, como si en realidad queremos una universidad profesionalista o crítica. Nosotros debemos gestar un punto de discusión más amplio. Creo que la asamblea debe hacerse, pero bajo las condiciones que fija la universidad. Siento que hay una ausencia de una masa estudiantil. No me opongo a la militancia, pero da la sensación de que los que protestan son aparatos políticos y no verdaderos estudiantes. Estos actos llevan a perder la mirada que se debe centrar en el interior de la universidad. Se están equivocando los focos de atención.”
RICARDO FORSTER. Filósofo, profesor de la UBA y de la UNC.
“No llevar a la policía”
“Es realmente una situación compleja porque no es solamente la elección del rector, sino que éste va a ser electo con un consejo que ya está constituido. Hay que ver también a quién se elige, con qué proyecto y cómo se gestiona la universidad con los que ya fueron electos como decanos. A medida que pase el tiempo y que se frustran las asambleas, se hacen más evidentes las dificultades estructurales, además de las coyunturales. Con estructurales me refiero a los reclamos de la FUBA con el tema de la democratización de la universidad. Son muchos años que no se llamó a concurso y eso debilita al cuerpo docente. Espero que no se le ocurra a nadie llevar policías para controlar la situación, en ese sentido el Gobierno estuvo muy bien y espero que siga así. La universidad debe arreglarse por sus propios medios. Creo que gran parte de la responsabilidad es de los decanos que vienen de ser electos. Ellos deben tratar de encontrar un diálogo entre ellos mismos y luego con los estudiantes, particularmente con los de la FUBA, y tratar de llegar a un acuerdo.”
FRANCISCO DELICH. Ex rector de la UBA, diputado nacional.
“La asamblea debe reunirse”
“La asamblea es legal y legítima. Los concejos directivos y los trece decanos son elegidos democráticamente por el sistema vigente sin que haya sido cuestionado. Es una tarea pendiente reformar los estatutos, pero no sólo las representaciones, sino también temas urgentes para la vida académica y científica de la UBA. Nadie puede arrogarse la representación de la verdad o de la verdadera representación de la universidad. Quienes hoy impugnan el sistema electoral de elección del rector, profesores, graduados y estudiantes, participaron de éste sin cuestionarlo y no obtuvieron los votos necesarios para nombrar a su candidato. Yo no votaría al doctor Alterini, porque nunca voté al radicalismo universitario, pero reconozco que la asamblea debe reunirse y expresar todos los sectores de la vida universitaria sin proscripciones ni vetos. Esto se resuelve con el funcionamiento de la asamblea al que deben aportar racionalidad, generosidad y pasión todos los actores de dentro y fuera de la universidad. No hay puros de un lado ni impuros del otro.”
FORTUNATO MALLIMACI. Sociólogo, ex decano de Ciencias Sociales.
“Lamentable y desagradable”
“Me parece que la asamblea debería haberse hecho con el resultado que sea, el que salga. No puede ser y es inadmisible que un grupo de personas pueda impedir las asambleas, que ya se intentó hacer en tres ocasiones y siempre pasó lo mismo. La situación es lamentable y desagradable, y se debería tomar alguna medida al respecto. Debe haber algún procedimiento para evitar que el Colegio Nacional de Buenos Aires sea ocupado. La verdad es que no tengo experiencia en materia de seguridad, pero no entiendo cómo no se hizo nada hasta ahora. Para mí los jóvenes están equivocados porque no se puede cambiar el estatuto universitario. Un cambio significa mucha preparación e investigación para poder hacer bien las cosas. El estatuto está muy bien concebido. Además no puede votar cualquier alumno. Tengo la impresión de que el estatuto no debe tocarse. Por otra parte, están calumniando a Alterini porque de ninguna manera fue un colaborador de la dictadura. Sus cargos ya estaban tomados desde antes. La asamblea debe llevarse a cabo.”
GREGORIO KLIMOVSKY. Epistemólogo, profesor emérito de la UBA.
Producción: Luciano Zampa.
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26 de noviembre de 2024