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Página 12: La judicialización del ingreso

“Además de afectar la autonomía de la facultad, la medida provocará un grave deterioro de la calidad de la enseñanza.” Con esas palabras explicó el decano de Ciencias Médicas de La Plata por qué hizo ayer una presentación ante la Justicia federal para evitar que se aplique el ingreso irrestricto en la facultad.

Su decisión, apoyada por los profesores de la casa, profundizó el enfrentamiento con el gobierno de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que el martes aprobó terminar con los cursos y exámenes de ingreso eliminatorios. “La universidad no resigna excelencia académica, pero tampoco excluye a los jóvenes que inician el camino hacia la obtención de un título para el desempeño profesional”, contestó el presidente de la UNLP, Gustavo Azpiazu. Mientras, ajenos a la polémica, unos 1250 aspirantes a estudiar Medicina darán entre hoy y mañana el examen de admisibilidad, que el año pasado dejó afuera al 60 por ciento.

La ordenanza aprobada por el Consejo Superior de la universidad establece que cada facultad podrá establecer el sistema de ingreso que crea apropiado, siempre que no tenga carácter eliminatorio. Esa cláusula conlleva la necesidad de reformar el ingreso en Ciencias Médicas y en Veterinarias, las únicas unidades académicas con exámenes excluyentes. Para Miguel Salvioli, decano de Ciencias Médicas, la resolución del consejo avasalla la autonomía de la facultad.

¿Qué pasará con los estudiantes que ahora rinden el controvertido examen? “La ordenanza del Consejo Superior no prohíbe que se tomen esas pruebas, dice que los que aprueben y los que no aprueben entran igual –dijo Salvioli–. Podemos tomar los exámenes y, mientras vemos qué resuelve la Justicia, tenemos tiempo.” La presentación judicial pide la nulidad del nuevo sistema, amparándose en el estatuto de la UNLP y en el artículo 50 de la Ley de Educación Superior. Si la Justicia desestima la petición, “hay que ver si los profesores aceptan impartir enseñanza a más gente de la que pueden tener en clase. Es un principio básico. Se trata de no producir una pseudoenseñanza”, insistió Salvioli.

El presidente de la UNLP aclaró que el nuevo régimen mantiene los sistemas nivelatorios vigentes que intentan elevar la calidad académica de los casi 22 mil ingresantes que todos los años eligen alguna de las 106 carreras ofrecidas por la universidad. “La intención es contener a todos los jóvenes que llegan a nuestra universidad, sin descuidar la calidad de la enseñanza”, señaló. Según la ordenanza recién aprobada, los estudiantes que desaprueben el examen deberán ser considerados alumnos regulares de la carrera y se les deberá garantizar la posibilidad de acceder a actividades curriculares para avanzar con el plan de estudios vigente. Para complementar la medida, la presidencia de la UNLP impulsa la creación de un Programa de Apoyo Educativo y Orientación para Alumnos Aspirantes, que buscaría “contener a los alumnos que no alcancen los objetivos académicos planteados en los cursos de ingreso”.

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