De acuerdo a la investigación realizada por la UCA, el 10 por ciento de la clase media baja ha tenido en los últimos años pensamientos de suicidio como forma para escapar de sus problemas y el 80 por ciento de los hogares pobres debió disminuir su dieta alimentaria por problemas económicos. A través de estas y otras conclusiones, el informe busca exponer el tema de la deuda social, una realidad ya conocida por casi toda la sociedad, desde una nueva perspectiva. Al definirla como déficit de desarrollo humano, el trabajo se centra en analizar cómo afecta el contexto social a los sectores más vulnerables, no sólo en sus condiciones materiales de vida sino también en otras dimensiones. Las carencias forzadas y los efectos de la desigualdad de oportunidades son los ejes del informe.
La presentación estará a cargo de monseñor Carmelo Giaquinta, el director de Investigación Institucional de la UCA, Felipe Tami, y el titular del Observatorio, Agustín Salvia. Según anticiparon los investigadores de la universidad, los resultados “constituyen un aporte que se espera sea útil como base para el diseño de políticas públicas, así como para las intervenciones de los agentes involucrados en la acción social y para servir de base a ulteriores investigaciones”.
Si bien tras el anuncio que dio a conocer el Gobierno el mes pasado sobre el nuevo Plan Familias parece haber quedado superada la polémica sobre los planes sociales, a través del Plenario la Iglesia se suma a las críticas vertidas la semana pasada por el titular de Cáritas, Jorge Casaretto, ante los empresarios reunidos en el Coloquio de IDEA. “La inequidad alcanza niveles escandalosos e inéditos en el país”, expresó Casaretto tras recordar que el 48 por ciento de los habitantes vive debajo de la línea de la pobreza.
Sin embargo, en el encuentro obispal no sólo se debatirá sobre los conflictos sociales. En las jornadas, a las cuales concurren obispos de todo el país, también se trata el problema de la tierra y cuestiones internas de la Iglesia, incluyendo su financiamiento.