Por Javier Lorca
Además de una plataforma de principios y propuestas definida en torno de “los conceptos centrales” y reformistas “de una universidad gratuita, pluralista y cogobernada”, el bloque de radicales, peronistas y aliados que postula a Atilio Alterini como rector de la UBA sostiene un fuerte acuerdo de gestión. Si bien el escenario es dinámico y puede modificarse, ya incluso se mencionan algunos nombres de quiénes podrían asumir cargos en un eventual rectorado encabezado por el decano de Derecho. Alterini y su entorno defienden abiertamente la propuesta de construir un gobierno con participación de los sectores que comparten sus proyectos para la universidad. Aunque otros sectores de la UBA –desde la izquierda hasta los afines al actual rector– cuestionan a esos acuerdos como a un mero trueque de cargos y voluntades.
El bloque que intentará plasmar su mayoría el próximo martes, en el cuarto intento de realizar la asamblea universitaria, fue construido por profesores y graduados de Derecho, Ciencias Económicas, Medicina, Veterinarias, Ingeniería, Farmacia y Bioquímica, Psicología y Odontología, más parte de Arquitectura y de Filosofía y Letras. Desde el movimiento estudiantil se sumaron agrupaciones vinculadas con Franja Morada, Nuevo Espacio, Alianza, QRS, AFO y Edea, más los socialistas de Nuevo Derecho (MNR).
La Facultad de Ciencias Económicas le aporta al bloque no sólo votos radicales, sino también una de sus patas peronistas. Si Alterini es designado para reemplazar a Guillermo Jaim Etcheverry, Económicas recuperaría el control de la Secretaría de Hacienda de la universidad, tal como ocurrió desde fines de los ’80 y durante los ’90. Como posible secretario se menciona a Luis Cowes, un miembro del claustro de graduados que es director del área de administración de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires. Cowes está vinculado con José Luis Giusti, quien, justamente, fue secretario de Hacienda de la UBA bajo el rectorado de Oscar Shuberoff y hoy es auditor general de la auditoría porteña. Además de ser un ex dirigente de Franja Morada, Giusti –como consejero graduado- fue uno de los principales opositores al gobierno de Jaim Etcheverry.
La pata peronista del bloque se completa con Veterinarias, facultad que hace cuatro años fue clave en el acuerdo que posibilitó la elección del rector que la semana que viene concluye su mandato. El principal referente de Veterinarias es Aníbal Franco, ex decano de la casa y uno de los participantes originales del Grupo Calafate, espacio del que luego se abrió. De llegar Alterini al rectorado, todo indica que Franco –ya electo como consejero superior– será ungido vicerrector. Una cuestión anexa a definir es, además de ser eventual sustituto del rector, qué funciones tendrá el próximo vicerrector, algo que no está explicitado en el estatuto de la UBA: hasta 2002, cuando Jaim Etcheverry resolvió quitarle toda injerencia, incluso su oficina en el rectorado, el cargo implicaba responsabilidad en las relaciones internacionales de la universidad.
Otra facultad que recuperará una función antes habitual es la de Derecho. Para ella se reservará la Secretaría General, encargada de los asuntos legales y operativos de la universidad, algo así como la mano derecha del rector. Un área que varias facultades pretenden es la Secretaría de Extensión, de la que dependen el Centro Cultural Rojas, Deportes y los redituables servicios a terceros. “Es la niña bonita de la universidad, la cara visible en la relación con la sociedad. Y es una buena vidriera política”, analizó un asambleísta del bloque. Psicología tiene un candidato: Jorge Biglieri, otro graduado radical. Y también la pretendeMedicina, a la que, en cambio, le ofrecen el área de Bienestar Estudiantil.
A la vez, Medicina tendría un rol clave en un proyecto central para el bloque: la reorganización de la estructura, la función y la gestión de los hospitales universitarios, tarea en la que participarían, asimismo, las demás facultades relacionadas con la salud, Odontología, Psicología y Farmacia. De esta última, además, podría surgir el responsable de Ciencia y Técnica en la universidad, aunque también se comenta que la secretaría podría quedar en manos de un profesor de Ciencias Exactas o de Ingeniería. No obstante, las secretarías de Ciencia y de Asuntos Académicos son las que por ahora menos definidas tienen sus eventuales gestiones. “Haría falta alguien capaz de relacionarse con todas las facultades. En Académica, por ejemplo, alguien que pueda trabajar en la reforma del CBC –confió otro miembro del bloque mayoritario–. Pero la conformación de la gestión habrá que discutirla con todos los sectores, incluso con los que no integran nuestro espacio. Todavía no hay nada definido.”
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