Por Javier Lorca
En el sistema universitario público hay más de 30 mil docentes ad honorem, sobre una planta de profesores que ronda los 130 mil cargos. La cifra surge de un relevamiento solicitado por el Ministerio de Educación y al que, hasta ahora, respondieron 29 de las 39 universidades nacionales. Por lo que el número aún podría crecer. La gran mayoría de los profesores sin salario se concentra en la Universidad de Buenos Aires: los cargos no rentados serían nada menos que 20.192, multiplicados desde los ’90 a medida que crecía la matrícula estudiantil y se ajustaba el presupuesto. La situación de estos docentes es uno de los puntos críticos de la discusión entre los gremios y las autoridades. Los primeros reclaman renta para todas las personas que enseñan e investigan, mientras los segundos advierten que el conjunto engloba casos muy disímiles.
La Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) envió una circular a todas las universidades pidiendo información sobre la cantidad de ad honorem. Hasta la semana pasada, vencidos los plazos de la solicitud, las universidades que no habían respondido eran las de Córdoba, Formosa, Jujuy, La Rioja, Lomas de Zamora, Mar del Plata, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, y Chilecito. Las flagrantes excepciones, las instituciones que no tienen personal honorario, son las universidades de General Sarmiento, Villa María y Tucumán.
El total nacional de docentes ad honorem recogido a fin de noviembre era de 20.855. De esa cifra, a la UBA le correspondían 10.681. Pero en los últimos días se agregaron datos adicionales girados por las facultades de esa casa y se llegó a un total, sólo en la UBA, de 20.192 docentes ad honorem. Así, la cantidad global treparía a 30.366. En el ranking que largamente encabeza, la UBA es seguida de lejos por la Universidad de La Plata con 2932 docentes sin renta. Luego siguen Rosario con 1474, la UTN con 993, Quilmes con 534, La Patagonia SJB con 443, Nordeste con 412, Luján con 392, San Martín con 385, San Juan 345, Río Cuarto con 331, Cuyo con 318, Centro con 308, Litoral con 298, IUNA con 247, Entre Ríos con 220, La Pampa con 209, La Matanza con 90, Comahue con 70, Catamarca con 63, Patagonia Austral con 28, Sur con 22, Tres de Febrero con 19, Misiones con 18. Cierran la lista San Luis con 10, Noroeste de Buenos Aires con 9 y Lanús con 4. Según los datos oficiales, el 70 por ciento de los ad honorem tiene dedicaciones simples (implican unas diez horas de trabajo semanal).
Aunque divididos, todos los sindicatos docentes (Conadu, Conadu Histórica y Fedun) coinciden en reclamar renta para los ad honorem. “Queremos revertir algo que se ha instalado culturalmente como una costumbre perversa. La magnitud de las cifras deja muy claro que el sistema universitario se está sosteniendo con los docentes ad honorem –dijo Néstor Correa, dirigente de Conadu Histórica–. Pedimos renta para todas las personas que trabajan en docencia, investigación o extensión.”
A partir del nuevo relevamiento, un memorándum interno de la SPU advierte, de entrada, que las universidades tienen distintos criterios para designar ad honorem. Y observa que el conjunto incluye a docentes contratados, a profesores que dan clases en cursos de posgrado y en sedes regionales, a personas que perciben renta en otros organismos (por ejemplo, hospitales universitarios). También señala que un importante número de casos (serían unos 500) carece de designación formal. Informalmente, un funcionario del ministerio comentó a este diario: “Si incorporáramos a todos los ad honorem en la planta rentada, tendríamos un docente cada tres alumnos. Si ponderamos la cantidad de dedicaciones y contamos un profesor de dedicación exclusiva por cada cuatro con dedicación simple, tendríamos un docente cada quince alumnos. En Estados Unidos la relación es de un docente y veinte estudiantes, y en Europa es de uno a 25 o 30. Es obvio que la incorporación de los ad honorem no puede ser directa”. Con esas y otras razones, Educación dejó un primer tramo de la discusión sobre los ad honorem en manos de los rectores universitarios (agrupados en el CIN) y los gremios docentes. La primera reunión será la próxima semana.Los rectores no tienen aún posición tomada. “Es muy dispar la información y también la situación en cada universidad”, explicó a Página/12 el titular del CIN, Eduardo Asueta. “Hay una gran diversidad de casos entre los ad honorem. Hay cargos que son adscripciones a proyectos de investigación, hay profesores ya jubilados que siguen en actividad, hay docentes que tienen renta en otra función. Todas estas situaciones diferentes no pueden ser resueltas de una única manera.”
Pocos indios
Un interesante abordaje del problema de los ad honorem se puede leer en la última edición de Exactamente, la revista de la FCEN-UBA. “El abultamiento desmedido de los cargos ad honorem tiene su raíz en el problema de la deformidad de los planteles docentes –escribió Ricardo Cabrera–. Una estructura docente normal debe tener forma piramidal, por ejemplo: un titular, un asociado, dos adjuntos, cinco jefes de trabajos prácticos, nueve ayudantes... Pero hay lugares por donde por diferentes motivos... el amiguismo hace que se utilice la plata destinada a una materia para crear más cargos de caciques, y se quedan sin dinero para los cargos de indio... No sólo empieza a faltar gente para atender las comisiones atestadas de estudiantes sino que ahora son todos caciques así que ni aparecen por las aulas a ensuciarse de tiza. Total siempre hay algún tonto que va a venir a laburar gratis. Ahora, este tonto no es ningún tonto... ¿Por qué acepta? Ojalá fuera sólo por el honor, pero hay algo más. Una designación en la universidad engrosa el currículum, y un currículum importante, en el mercado laboral, tiene su correlato económico”.
Página 12: Miles de docentes ad honorem
La planta de profesores incluye más de 30 mil cargos no rentados. La mayoría está en la UBA. El debate entre gremios y rectores.