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Página 12: Otra oferta para profesores

Educación propuso un nuevo adicional “en negro” y avanzar en el blanqueo. Anoche, las dos Conadu analizaban la propuesta.

30 de agosto de 2005, 12:35.

Durante casi todo el día de ayer, los gremios docentes estuvieron negociando con funcionarios del Ministerio de Educación y con los rectores en busca de una mejora salarial que destrabara el conflicto universitario. Pasadas las 22, los dirigentes de las Conadu estudiaban, planillas en mano, la segunda oferta que les acercaba el Gobierno durante la jornada, después de que rechazaran la primera. Las fuentes consultadas por este diario informaron que la propuesta oficial consistiría en una nueva suma no remunerativa ni bonificable que alcanzaría a todos los cargos docentes y que iría desde los 25 hasta los 140 pesos, según las categorías y las dedicaciones. Además, desde octubre, se completaría el blanqueo de los adicionales concedidos en 2004. Claro que, para que todo esto se concrete, habrá que esperar a que tanto la Conadu como la Conadu Histórica analicen la propuesta y definan su postura.
A la reapertura de las negociaciones los gremios llegaron con el conflicto más que instalado, tras las masivas marchas realizadas por docentes y estudiantes la semana pasada. El sábado, en Córdoba, las Conadu resolvieron en un plenario conjunto prolongar durante esta semana las medidas de fuerza, extendiendo así el paro que, en muchas casas de estudios, comenzó el martes 16. La huelga se sentía ayer, sobre todo, en las universidades cuyos docentes responden a la Histórica: Litoral, Tucumán, Cuyo, Sur, algunas facultades de la UBA, Salta, Catamarca, Centro y otras. El paro continuaba también en las universidades de Córdoba (ésta es la sexta semana sin clases), Río IV y San Luis (tomada por estudiantes y docentes desde el miércoles 17).
Para complicar un poco más el panorama, la única federación docente que hasta ahora no había tomado medidas de fuerza llamó a un paro desde las 17 de ayer, “por la falta de respuesta del Gobierno y los rectores” a sus pedidos. La Fedun agrupa a uno de los dos gremios de la UBA (Aduba), uno de los dos de Tucumán, y a los del IUNA, Lomas de Zamora, Entre Ríos y otros.
En ese escenario, la mesa de negociación salarial conformada por el Gobierno, las Conadu y los rectores se reabrió pasadas las 14. Fue en la sede del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), sobre Pacheco de Melo al 2000, calle que permaneció cortada por militantes estudiantiles de la FUBA. Puertas adentro, los gremios ratificaron como exigencias centrales “los 800 pesos para el cargo testigo, el blanqueo de todas las sumas en negro, el salario para los ad honorem y el 85 por ciento móvil para los jubilados”.
El secretario de Políticas Universitarias, Juan Carlos Pugliese, les hizo una primera oferta a las Conadu. “Respondimos que era un comienzo para discutir, pero que no alcanzaba”, confió un dirigente gremial. Después de los intercambios de rigor, cerca de las 16, la reunión pasó a un cuarto intermedio hasta las 20. “Si son vivos, con poco más solucionarían gran parte del problema”, comentaba el mismo gremialista, mientras se esperaba una nueva propuesta, que, finalmente, llegó pasadas las diez de la noche.
La oferta actual absorbería la anunciada a principios de este mes. “El Gobierno, de alguna manera, está reconociendo que se equivocó y está mejorando su propuesta”, dijo Néstor Correa, de AGD y Conadu Histórica. Otra vez, tendría dos patas. Por un lado, otra suma “en negro”, variable de acuerdo con el escalafón docente. A un profesor titular con dedicación exclusiva le tocarían 140 pesos de aumento. A un jefe de trabajos prácticos con dedicación semiexclusiva (cargo testigo), 64 pesos. Y a un ayudante con dedicación simple, 25 pesos. Por otro lado, desde octubre, se incorporaría al salario básico la mitad aún “en negro” del adicional otorgado en 2004. En total, la inyección adicional del Estado en la masa salarial rondaría los 100 millones de pesos. “Con respecto a mayo, que fue cuando empezaron los pequeños aumentos y mejoras, nos estarían asegurando para todos los docentes un incremento de bolsillo del 20 por ciento, incluyendo todas las sumas”, estimó Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de Conadu. ¿Habrá clases ahora en todas las universidades? Para responder, habrá que esperar a que las Conadu definan su posición frente a estas mejoras. En principio, lo harán cada una por su lado y luego volverán a debatir en un plenario conjunto, posiblemente el fin de semana. Al margen de las huelgas en marcha, también están previstas, con apoyo de organizaciones estudiantiles, “una jornada nacional de movilización” para el próximo viernes (por la triplicación del presupuesto universitario y la derogación de la Ley de Educación Superior) y “una marcha federal para el 16 de septiembre en defensa de la salud, la educación, la ciencia y el trabajo”.
 
Clase pública bajo tierra
“Como la Universidad se encuentra bajo tierra, clase pública en el subte”, decía el cartel con que docentes y alumnos de Ciencias Sociales (UBA) se subieron a una formación de la línea B. En busca de una variante a las medidas de fuerza, una comisión de la materia Sociología General (cátedra Rubinich) generó “una acción directa” buscando “una irrupción en las acciones cotidianas de la gente, desde un espacio y una forma no tradicional de protesta”, según el docente a cargo de la actividad, Lucas Rozenmacher.
La clase se dedicó a Emile Durkheim y también al conflicto que sufre la Universidad. Duró dos recorridos y medio entre las estaciones Alem y Los Incas. Lo que sigue es el relato de Rozenmacher sobre la clase realizada el viernes: “Ingresamos a eso de las 19.20 al subterráneo, saludamos al ‘pasaje’, explicamos el motivo por el cual debíamos dar una clase en el subte y comenzamos tibiamente, hasta que notamos que la gente se acercaba para escuchar cómo Durkheim construía los conceptos por los cuales definía al ‘hecho social’ y la importancia de ‘tratarlos como cosas’. Durante los ‘ida y vuelta’, se nos acercó un hombre para consultarnos si los indultos habían comenzado con la anomia social, otros para mostrarnos disconformidad con el autor..., otros simplemente nos felicitaron, se interiorizaron sobre el conflicto o, simplemente, se pasaron varias estaciones acompañándonos”.
“¿Por qué este tipo de acciones? El Gobierno y los sectores de poder intentan soslayar, manipular, demonizar y volver en contra de la gente reclamos justos y verdaderos. Los mecanismos que utilizan son la ‘politización’ de reclamos de respetos básicos a la garantización de derechos humanos, negando el acceso al lugar de la protesta o impidiendo el acceso de terceras personas a espacios de protestas que se aíslan y de esa forma ‘desaparecen’. También lo hacen a través de la inexistencia o trato superficial de los conflictos por intermedio de medios convertidos en fines. Por ello, decidimos buscar un espacio utilizado cotidianamente por la gente (que no quedara a merced de la interpretación o limitación de nadie, excepto los mismos actores participantes), en el que se pudiera brindar una clase de la cual ellos fueran partícipes. Se decidió realizar un trabajo ‘artesanal’ en cuanto a la divulgación de la acción a través de carteles confeccionados manualmente y no se interrumpió una actividad cotidiana sino que se sumó al devenir continuo de sus días. La idea con ello es lograr nuevos vínculos, trasladado un espacio público a otro espacio privado de uso público.”
 
“Degradante postergación”
El rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, instó al Gobierno “a atender las justas demandas” de docentes y no docentes universitarios, “incrementando sus salarios, que se cuentan entre los más bajos del ámbito público”. Con una declaración ad referéndum del Consejo Superior de la UBA, Jaim Etcheverry se sumó al pronunciamiento de otros rectores universitarios y del CIN, en apoyo a los reclamos salariales. Sostuvo que no es posible mantener abiertas las universidades “en base al sacrificio de quienes trabajan en ellas” y, aunque reconoció que “en los últimos tiempos el gobierno nacional ha realizado esfuerzos” para intentar mejorar la situación, dijo que “los reclamos ampliamente justificados que están realizando quienes enseñan y trabajan en las universidades nacionales ponen de manifiesto la profunda crisis que los afecta, condenados como están desde hace muchos años a una degradante postergación”. “Todos coincidimos en afirmar que la educación constituye la herramienta fundamental para lograr la inclusión social y el progreso de la Argentina. Sin embargo, esa convicción expresada en los discursos demora en materializarse en decisiones concretas acerca del financiamiento de la educación.”

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