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Página 12: Para revalorizar todos los oficios

En medio de un debate sobre las secuelas de los ’90 que dejó de lado la educación técnica, el Senado aprobó el proyecto que asigna fondos para reequipar las escuelas y prevé pasantías. Protesta estudiantil.

Por Eduardo Tagliaferro
Con un debate teñido de los típicos giros de la campaña electoral, el oficialismo logró anoche convertir en ley un nuevo proyecto sobre educación técnica. La iniciativa contempla la creación de un Fondo Nacional de Equipamiento que tendrá un 0,2 por ciento de la recaudación prevista en el Presupuesto Nacional. Cifra que cálculos del Ministerio de Economía ubican en 187 millones para este año y en 240 millones para el 2006. La discusión de la norma inevitablemente trajo al primer plano del debate el modelo de los años ’90, ya que viene a corregir parte de las consecuencias construidas al calor de la Ley Federal de Educación.
“Está claro que este debate ha excedido con creces los alcances de la discusión de una ley de educación técnica y bienvenido sea”, fue el comienzo de Cristina Fernández de Kirchner. Para la senadora el discurso de los ’90 responsabilizaba a las provincias del déficit fiscal y de las mayorías de las falencias. En ese escenario aseguró que los senadores lejos de ser representantes de las provincias eran negociadores con el poder central. Este fue el pie que utilizó para responder a quienes criticaron la iniciativa enviada por el Ejecutivo por falta de consenso y de federalismo. Relativizó algunas críticas a la Ley Federal de Educación del menemismo. “Decir que por culpa de la Ley Federal desaparecieron las escuelas técnicas me parece una exageración. En Santa Cruz no fue así, el gobernador Néstor Kirchner las fortaleció”, dijo y ni siquiera le hizo falta nombrar a la provincia de Buenos Aires. También criticó a quienes les niegan a los empresarios la posibilidad de discutir sobre educación. “Lamento decirles que son los empresarios los que dan trabajo”, dijo y nadie respondió ya que después de ella no hubo más palabras.
La defensa de la década del ’90, como no podía ser de otro modo, la hizo Eduardo Menem. El riojano enfrentó a todos los oradores que criticaron las políticas educativas del gobierno de su hermano Carlos. Lo hizo diciendo que todas las medidas habían tenido el apoyo de cada una de las provincias. También recurrió a una serie de datos estadísticos. Repasando montos de becas, subsidios y otros fondos que el menemismo habría aportado para respaldar la educación.
Desde media mañana, un grupo de delegados de las escuelas técnicas Norberto Piñeiro, Confederación Suiza y Otto Krause, manifestó frente al Congreso para criticar que la norma que los senadores estaban por votar no había sido discutida por la comunidad educativa. Para los delegados estudiantiles, las empresas “se tienen que quedar afuera porque de ahí a tomar decisiones académicas, hay un paso”.
El ministro de Educación, Daniel Filmus, y el director general de Escuelas Bonaerenses, Mario Oporto, arribaron antes de que comenzara la discusión del proyecto. Abrazados y ansiosos, siguieron junto a los mozos de la cafetería, el final de San Lorenzo y Boca. Fanáticos del Ciclón, pudieron festejar con la prolongación de la paternidad sobre los devaluados xeneizes.
“El Fondo lo administrará el Consejo Federal de Educación”, confió a este diario, el director nacional de Educación Técnica, Pablo Narvaja. Tanto las características como los destinos de los fondos destinados a la educación técnica no están pormenorizados en el proyecto y se incluirán en la reglamentación que haga el Ejecutivo de la ley. Otro tanto sucederá con el régimen de pasantías. “No se van a reemplazar trabajadores, ni se va a utilizar mano de obra barata”, aseguró Narvaja.
La aprobación terminó con ovación. Filmus, que siguió el debate hasta su finalización, consideró que la ley “es el instrumento necesario para una Argentina industrial y productiva, y esencial para brindar una formación de calidad a nuestros jóvenes”. Ahora comienza una discusión no menor, la unificación con todas las provincias de los marcos comunes de los títulos técnicos. Tarea no sencilla si se parte de que en la actualidad hay más de 1500 títulos distintos en todo el país.
 
Los chicos desconfían
Un grupo de estudiantes de escuelas técnicas protestó ayer frente al Congreso por el tratamiento de la Ley de Educación Técnica, que fue sancionada anoche y que prevé unificar los títulos de todo el país. Unos 500 alumnos de los colegios Otto Krause, Piñeyro, Manuel Belgrano y Huergo, que cortaron la avenida Entre Ríos, reclamaron que los senadores escuchen sus propuestas y críticas a la ley. “Les abre las puertas a las empresas para que las escuelas hagan convenios (de pasantía) y banquen parte de los equipos de trabajo”, afirmó una estudiante del Colegio Confederación Suiza. “Quieren convertir a las escuelas técnicas en bachilleres con una orientación especial”, dijo otro alumno de la escuela Piñeyro. Por su parte, el presidente de la Fundación Otto Krause (que agrupa a ex alumnos), Sergio Boixados, dijo que podría existir un “interés en instalar un nivel terciario técnico no universitario” y “se evidencia ambigüedad con el mantenimiento de la formación técnica de nivel medio”.

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