El retorno del régimen jubilatorio especial beneficiará a unos 20 mil científicos y profesores universitarios en actividad. El aumento salarial de 100 pesos, en tanto, favorecerá a seis mil investigadores y tres mil becarios de doctorado. Por otro lado, quienes ya se jubilaron sin el régimen especial deberán esperar a que el Gobierno realice un “estudio legal” de cada caso. Sucede que tras la derogación dispuesta por Cavallo, el sistema previsional sufrió un cambio sustancial con las AFJP. Muchos científicos optaron por la jubilación privada. Por eso, antes de extender el nuevo régimen se deberán estudiar “las situaciones mixtas”.
Con la intención de resolver esos problemas, la Secretaría de Seguridad Social se tomará un tiempo para reglamentar el decreto. Inicialmente, la intención es que el beneficio se extienda sobre la mayor cantidad de gente posible. Los anuncios fueron comunicados a la comunidad científica desde la Rosada. El propio Kirchner encabezó un acto en el Salón Blanco. Allí estuvieron el ministro Filmus, el secretario de Ciencia y Tecnología, Tulio del Bono, y el titular del Conicet, Eduardo Charreu. “Muchas veces siento una gran vergüenza cuando los miro porque vivimos en una Argentina que se cansó de hablar de estas cosas, después siempre miró al costado y los dejó en la sombra”, dijo Kirchner.
La disposición beneficiará a los investigadores que trabajan en el Conicet, la Conea, el Instituto de Ciencias y Técnicas Hídricas, el INTA, el INTI y los organismos de investigación de las Fuerzas Armadas. Para financiar este aumento de las jubilaciones se aumentará un 2 por ciento los aportes previsionales de los propios científicos. Si con eso no alcanzara, el jefe de Gabinete está autorizado a transferir recursos asignados, en principio, a otros fines. Según el decreto de necesidad y urgencia que firmó Kirchner, el nuevo régimen jubilatorio deberá entrar en vigor el 1º de mayo. Para calcular el 85 por ciento se tomará como base el sueldo bruto percibido por cada científico en su último cargo y desempeñado por un período mínimo de dos años.
En cuanto al aumento salarial de 100 pesos, el beneficio abarcará a toda la población científica que reviste en el Estado. Si se toman en cuenta los ingresos mensuales promedio de cada investigador (en casi todos los casos superior a 1100 pesos), la suba es significativa. Especialmente si se lo compara con el resto del personal estatal. Además, éste no es el primer incremento que reciben los científicos en la gestión Kirchner: hubo otro a fines del año pasado. Incluyendo ambas mejoras, el sueldo promedio de un investigador asistente alcanzará los 1600 pesos, mientras que el de un becario doctoral supera los 1300.
Tras el anuncio, Filmus admitió que si bien la fuga de cerebros al exterior todavía no puede ser evitada, las medidas oficiales “son una señal de que el país los quiere acá”.