Después de protagonizar una intensa semana de marchas y tomas, las federaciones estudiantiles de izquierda definieron continuar en forma escalonada, pero creciente, con las medidas de protesta en escuelas y universidades para reclamar la derogación de las leyes educativas vigentes y un mayor presupuesto para el sector. En un congreso que reunió a un millar de estudiantes de diferentes universidades del país, se decidió comenzar con una jornada de lucha el próximo martes y, luego de una serie de clases públicas y cortes de calles durante las semanas siguientes, llegar a mediados de septiembre con otra manifestación nacional. Mientras crece la unidad entre estudiantes y gremios docentes, el principal bastión de la izquierda universitaria, la FUBA, afronta un fuerte cuestionamiento interno por no haber convocado aún al congreso que debería haber renovado su conducción hace seis meses.
“Si no hay respuestas concretas del Gobierno, vamos a endurecer el plan de lucha”, dijo a Página/12 Agustín Vanella (MST), copresidente de la FUBA. Para la dirigencia de la federación que representa a los alumnos de la UBA, las diversas protestas encabezadas la semana pasada, incluidos la importante marcha del viernes y el rol activo aportado a las tomas de escuelas secundarias, “movieron la balanza”: “Más allá de que todavía no hubo soluciones concretas, quedó claro que la sociedad se volcó a favor de los estudiantes”.
Funcionando por afuera de la Federación Universitaria Argentina, que preside Franja Morada, estudiantes de agrupaciones de izquierda de la UBA, Comahue, Patagonia, Tucumán, Rosario, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, también del conurbano bonaerense y Santiago del Estero, entre otras procedencias, se reunieron el sábado en la Facultad de Derecho. La discusión se dividió en cinco comisiones: movimiento de estudiantes secundarios, de terciarios, situación política, presupuesto, ley de educación superior. “Para profundizar la unidad del movimiento universitario –resumió Vanella–, se votó un plan de lucha común con los docentes de Conadu Histórica.”
Es que, de no haber acuerdo en las negociaciones salariales que los gremios docentes, el Ministerio de Educación y el Consejo Interuniversitario Nacional reabrirán la semana que viene, Conadu Histórica ya tiene previsto un paro de 72 horas para los días 7, 8 y 9 del mes que viene. En paralelo a esa huelga, las federaciones estudiantiles realizarían cortes de calles, clases públicas y otras actividades. Después, el miércoles 22, organizarían movilizaciones locales “a puntos neurálgicos de cada región”. Y, ya en el segundo semestre, el 16 de septiembre habría una marcha nacional en Buenos Aires y, al día siguiente, un nuevo congreso universitario.
“El reclamo de la FUBA es genuino, está clarísimo que la universidad necesita más presupuesto. Pero eso no legitima los manejos irregulares de la presidencia de la federación”, planteó Joaquín Cara (Colectivo por la Transformación Universitaria). Diferentes agrupaciones de centroizquierda le están reclamando al Frente 20 de Diciembre (MST, PO, Evet y otros), actual conducción de la FUBA, la convocatoria del congreso de renovación de autoridades. Los mandatos duran un año y el último congreso se realizó en diciembre de 2003. Desde fines del año pasado, el congreso se viene postergando. “La federación está en una situación de total ilegalidad e irregularidad –siguió Cara–. No llaman al congreso porque piensan que van a perder.”
Desde la presidencia de la FUBA se informó a este diario que en los próximos días se convocaría a una junta representativa, para realizar el congreso el primer fin de semana de junio. Claro que las condiciones que pretende fijar el Frente 20 de Diciembre pueden ser de complicada resolución: no tanto la impugnación de los delegados de Ciencias Económicas, cuya legitimidad pocos defienden, pero sí el veto a los representantes de la Facultad de Odontología. Por ahora, las agrupaciones siguen negociando, principalmente, si los “chinos” de la CEPA entran al frente de mayoría y si las fuerzas de centroizquierda pueden armar un bloque con posibilidades de pelear la conducción.