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Página 12: Todo va mejor para Económicas

Un extenso informe del Centro de Estudios del Pensamiento Económico Social Nacional (Cepen), dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, destaca una sustancial mejora en los indicadores sociales que se habrían registrado desde la debacle económica de 2001. Tomando como base ese momento, el trabajo subraya que más de 7 millones de argentinos salieron de la pobreza y algo más de 4,5 millones superaron la indigencia relativizando, además, que en este período se haya ampliado la brecha entre el decil más rico y el más pobre de la población.

El estudio se titula “La Argentina en la búsqueda de la Equidad Social”, y si bien admite que los indicadores están lejos de los estándares históricos, prefiere poner el acento en el “notable” progreso que habrían registrado desde la crisis de 2001, cuando la economía derrapó dramáticamente, con el consiguiente empobrecimiento general de la población.
 
Para los estudiosos del Cepen, una mirada al coeficiente de Gini –que habría retrocedido 4 puntos porcentuales en el sentido de una menor desigualdad– descubriría una “importante reversión de la tendencia al deterioro sistemático de la distribución, que caracterizó las últimas tres décadas del país”. Este es, quizás, el punto más contundente y de más desarrollo del informe de Económicas, en el que se cuestiona la presunta mala interpretación que habría dado la prensa local a los últimos indicadores conocidos.
 
Según aquel Centro, no es real que la distancia entre el decil más rico y el más pobre se haya ampliado de 24 a 31 veces en los últimos cuatro años, hasta el tercer trimestre de 2005. “Este aparente cambio de tendencia no es tal si se constituye el indicador de la manera metodológica adecuada”, asegura el texto, proponiendo una mirada “más abarcativa” para hacer las correcciones oportunas.
 
Una clave propuesta para evitar presuntas distorsiones en la lectura de las estadísticas sería visualizar las series históricas considerando la situación por familia y no en forma individual. Tan así es que si se considera el Ingreso Total Familiar, que elabora el Indec, para el tercer trimestre del año pasado la brecha entre el decil más rico y el más pobre fue menor que si se analizan los datos desde la perspectiva individual. “Mientras que en la escala de ingresos personales, la brecha se agrandó 29 por ciento respecto del segundo trimestre de 2005, pasando de 24 a 31 veces, en los ingresos por familia el desajuste se dio en tan sólo 14,8 por ciento”, concluyó el informe.
 
El texto también sugiere despojar el análisis de la influencia de componentes “artificiales” como los medio aguinaldos, que distorsionarían la serie, si se cotejan los trimestres impares (con ingresos robustecidos por ese refuerzo salarial) con los pares. El propio “continuo y sostenido crecimiento del empleo en blanco que muestra la economía desde principios de 2003” también haría que las diferencias trimestrales “contengan una importante distorsión”.

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