La estructura, o en términos profanos el cambio de primaria y secundaria a EGB y Polimodal que profundizó la fragmentación del sistema educativo, será uno de los temas a debatir en la nueva ley de Educación que el Ejecutivo aspira a promulgar este año. A partir de mayo se abrirá una etapa de cuatro meses de debate para definir el proyecto, según anunció ayer el ministro Daniel Filmus ante la Comisión de Educación de la Cámara baja.
Tedesco, quien en diciembre dejó sus funciones en el Iipe-Unesco y hace dos semanas asumió en Educación, tiene como misión pilotear la discusión sobre la nueva ley y crear el Instituto Nacional de Formación Docente. El pedagogo distinguió entre “temas del pasado” y “temas del futuro”, que debe contemplar la norma. Entre los primeros señaló la estructura y la relación entre la Nación y las provincias, “cómo construir un eje nacional-federal que evite que cada provincia haga lo que quiera y a su vez que el Estado nacional imponga un modelo único”. Para lograr esa articulación se piensa en fortalecer las atribuciones del Consejo Federal de Educación.
Entre “los temas del futuro”, Tedesco explicó que la ley tendrá que incorporar los nuevos temas, como sociedad del conocimiento, nuevas tecnologías, sociedad de la información, la nueva ciudadanía, la educación a distancia, la educación de adultos entendida no sólo como alfabetización sino como reconversión y capacitación permanente.
“Personalmente creo que el acento habría que ponerlo en mecanismos de homogeneidad de resultados, que no haya diferencias entre los chicos de Jujuy a Tierra del Fuego. Hoy en día un chico va a de una provincia a otra y no está claro dónde debe estar, por eso es importantísimo el trabajo que se está realizando con los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (Nap)”, explicó Tedesco.
El viceministro se mostró partidario de extender la obligatoriedad de la educación de diez a doce o trece años. “El país no puede estar por debajo de esta meta, ya la ciudad de Buenos Aires la incorporó. Los informes de la Cepal (Comisión Económica para América latina y el Caribe) muestran que el mínimo de educación necesaria para insertarse laboralmente y como ciudadano es tener la secundaria terminada”, comentó Tedesco al tiempo que precisó que la extensión de la obligatoriedad tendría un impacto financiero insoslayable, por lo cual es otro de los temas a debatir, y recordó que la “ley 1420 que estableció la obligatoriedad de los 6 a los 14 años recién se logró universalizar en los ’60, es decir, llevó casi ochenta años alcanzar esa meta. Obviamente se tendrá que hacer más rápido, pero es fundamental la fijación de una política estratégica”.
La revisión de la formación y la capacitación docente es crucial para el viceministro. “La calidad depende de un buen maestro. Los insumos materiales –más tiempo, más computadoras, más textos– son importantes, pero si el que los usa no lo hace bien se fracasa, no son suficientes”, destacó y aclaró que “el cincuenta por ciento de la formación docente está en manos de las universidades, que se manejan en forma autónoma, por eso es fundamental articular el trabajo con ellas y los 1300 institutos terciarios de formación docente”. Teniendo en cuenta que “los docentes que están hoy en actividad son los que darán clases por lo menos en los próximos quince años, la formación continua tiene más alto impacto en la calidad educativa. En este sentido, el Instituto de Formación Docente tendrá que fortalecer también este aspecto y evitar que la actualización sea por cursos aislados”, dijo Tedesco, convencido de que este año no electoral es el escenario adecuado para lograr consenso.
Por Nora Veiras