Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Página 12: Una elección que no todos avalan

El bloque que postulaba a Alterini eligió al peronista Aníbal Franco como vicerrector para hacerse cargo de la UBA. Pero la FUBA y cinco decanos consideraron ilegítima la designación.

01 de junio de 2006, 13:50.

En una caótica sesión cuya legitimidad está en duda, los consejeros del bloque mayoritario nombraron ayer a Aníbal Franco como nuevo vicerrector de la Universidad de Buenos Aires. La elección se produjo en una reunión realizada a puertas cerradas, sin público ni prensa como testigos, justo cuando agrupaciones estudiantiles de izquierda irrumpían en la circunstancial sala de reunión. Según los decanos y consejeros vinculados con el bloque de radicales, peronistas y aliados, la designación del vicerrector “fue legal” y contó con el voto favorable de 18 consejeros sobre un total de 28, incluidos los decanos de Derecho, Económicas, Psicología, Veterinarias, Farmacia, Odontología, Medicina e Ingeniería. Para ellos, la elección de Franco permite iniciar una transición para superar la crisis institucional que ya lleva casi dos meses, mientras se espera para elegir al rector. Pero la salida no parece sencilla: la designación del vicerrector fue desconocida por un importante grupo de decanos y consejeros de diferentes sectores, además de la FUBA. “Lo ocurrido ha quebrado a la universidad. No se nos permitió hacer absolutamente nada por la resolución casi clandestina que pretenden haber adoptado. Algunos no estábamos siquiera sentados, ninguno de nosotros votó. Nuestra presencia intentará ser usada para convalidar una actitud vergonzante para quienes se arrogan como autoridades de la UBA”, señalaron mediante un comunicado los decanos de Ciencias Sociales, Arquitectura, Filosofía y Letras, Exactas y Agronomía, junto a tres consejeros superiores (ver “Han dañado...”).

 

A las 9, cuando debía comenzar la sesión del Consejo Superior, el salón del primer piso del rectorado ya estaba repleto. Faltaban algunos consejeros y decanos, pero alrededor de sus asientos había numerosos alumnos, con banderas y carteles, y también unos cuantos gremialistas no docentes, una suerte de custodia para la dirigencia del sindicato del personal de la UBA (Apuba). Tenso, el clima anticipaba lo que pronto pasaría. Alberto Boveris, decano a cargo del rectorado, abrió la sesión y abordó el primer punto del temario. Leyó un informe sobre el estado de los sumarios iniciados para deslindar responsabilidades en los hechos de violencia acaecidos en la entrada de la Facultad de Medicina, cuando alumnos resultaron lastimados por delegados de Apuba. En medio del creciente bullicio, Boveris leyó que se convocaba a las autoridades de la FUBA a testificar qué había pasado aquel día y quiso concluir el asunto dando por informados a los consejeros.

 

“¡Suspensión, suspensión!”, gritaron los estudiantes, exigiendo que los no docentes identificados como agresores sean separados de sus cargos. Los alumnos que estaban sentados en medio de la sala, dentro del óvalo que formaba la disposición del Consejo, se pararon y con sus banderas impidieron la continuidad de la sesión, que apenas llevaba un cuarto de hora. “Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical.” A los gritos y cantos se sumaron esta vez bombos y cornetas. Las dedicatorias de los cantitos apuntaron al ministro de Educación, Daniel Filmus, y al decano de Derecho, Atilio Alterini, ex candidato a rector por el bloque mayoritario. No eran todavía las 9.20 cuando Boveris dispuso un cuarto intermedio y todos los consejeros dejaron el salón y se refugiaron en el encierro de una sala contigua. Allí, una reunión informal del Consejo se extendió durante casi cuatro horas. ¿Qué pasó adentro? Las versiones coinciden hasta el momento de la votación, de ahí en más, se oponen.

 

“Después de una larga discusión se llegó a un acuerdo respecto del punto referido a los no docentes y a la creación de una comisión para debatir la reforma del estatuto –contó a este diario Edgardo Decaminada, graduado de Veterinarias–. Pero los estudiantes de FUBA no querían que se eligiera al vicerrector.” Así justificó la postura Agustín Vanella, consejero alumno: “Nos parece que la elección de autoridades debe hacerse después de la reforma de los estatutos. Nos dijeron que la elección del vicerrector era necesaria para fortalecer la institución y no es cierto. Al contrario, querer salir de la crisis con este atropello es empeorar la situación”.

 

Los puntos consensuados fueron los siguientes: (1) “Conformar una comisión transitoria de estudio para la revisión del estatuto universitario, integrada por tres decanos, tres consejeros por claustro (profesores, graduados y estudiantes) y un representante no docente”; y (2) “Hacer expreso el más enérgico repudio a los hechos de violencia ocurridos el 2 de mayo y encomendar a quien estatutariamente ocupe el despacho de los asuntos del rectorado de la UBA que adopte las medidas del caso para que los trámites sumariales se desarrollen con la celeridad y eficiencia que el caso amerita”.

 

Discusiones subían y bajaban de tono, chicanas y agresiones verbales se prodigaban, en especial entre los graduados radicales y los alumnos de izquierda, y de pronto el decano Boveris llamó a votar aquellos puntos y la elección del vicerrector. Martín Marcos, consejero profesor, propuso a Aníbal Franco y ahí se desmadró la escena. Los estudiantes que, desde afuera, habían rodeado la sala lograron entrar por diversas puertas. Hubo gritos y forcejeos, empujones y, según se denunció en forma cruzada, hasta quienes lanzaron gas pimienta. Para el bloque de mayoría se llegó a votar la totalidad de los puntos. Para los diversos grupos en minoría, no sólo no hubo votación, sino que ni siquiera quedó claro que la sesión se hubiera reanudado formalmente. “Se llegó a votar, yo levanté el brazo pero no alcancé a ver cuánta gente votaba. Reconozco que no fue lo prolijo que hubiéramos deseado, pero fue lo que se pudo lograr”, contó a este diario el decano de Medicina, Alfredo Buzzi. “Es una pena que haya terminado así, porque fue la primera mesa donde los diferentes sectores, incluso los más duros, se pudieron escuchar –dijo a Página/12 Felicitas Elías, consejera docente y quien ofició como secretaria de la reunión–. La votación no se dio en las condiciones adecuadas y no podemos reconocer la elección del vicerrector. Van a tener que buscar una solución de mediación, es la única salida posible.”

Por Javier Lorca

 

La FUBA denuncia

   

“La supuesta elección del vicerrector fue una truchada impresentable, un mamarracho ilegal e ilegítimo”, dijo María Damasseno, copresidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), en diálogo con Página/12.

 

“Vamos a iniciar acciones legales para impugnar la sesión y que se detenga este atropello.” El frente de agrupaciones de izquierda que conduce la FUBA –con el PO, el MST y la CEPA (PCR) a la cabeza– resolvió anoche, en una reunión de centros estudiantiles, realizar una marcha el próximo miércoles, desde Plaza Houssay hasta el rectorado de la UBA, pasando antes por el Ministerio de Educación. “El Gobierno es responsable de lo que pasó hoy (por ayer), porque dio señales para que la crisis se resolviera de algún modo y porque Franco es la pata peronista del bloque alterinista”, dijo Damasseno. La movilización se enmarcará en una jornada nacional por la democratización y el aumento del presupuesto educativo.

 

“Han dañado la universidad”

 

Los decanos Federico Schuster (Sociales), Jorge Aliaga (Exactas), Hugo Trinchero (Filosofía), Jaime Sorín (Arquitectura) y Lorenzo Ba-sso (Agronomía) y los consejeros Felicitas Elías (minoría profesores), Flavia Bonomo (minoría graduados) y Adolfo Kindgard (mayoría alumnos) repudiaron “la maniobra” que proclamó “antirreglamentariamente a Aníbal Franco como vicerrector”. La declaración detalla la discusión mantenida a puertas cerradas y continúa: “Cuando las negociaciones se estancaron, los estudiantes que se encontraban en el salón contiguo intentaron entrar por la fuerza, lo que finalmente lograron. En determinado momento, que no podemos precisar en forma exacta y en el que varios de nosotros aún estábamos de pie, o fuera de la sala, el decano Alberto Boveris declaró –sin cambiar el lugar físico de la reunión ni haber pedido consentimiento de los presentes– reabierta la sesión, sin audio (detalle importante considerando los gritos en las salas contiguas), sin grabación y sin declarar secreta la sesión... En una maniobra inconcebible, violando todos los reglamentos de la UBA, un grupo de consejeros manifestó que ya se habían votado la totalidad de los puntos y a Aníbal Franco como vicerrector. Lo ocurrido ha quebrado a la universidad... Tampoco ocurrió una votación regular y legítima para que Franco pueda decir que es vicerrector. Nadie está en condiciones de decir cuántos votos ha obtenido y ningún acta hecha a posteriori podrá enmendar la incalificable acción cometida. Han dañado gravemente la universidad... Invitamos a los consejeros superiores a que –por preservación de la UBA– reconsideren. La Nación y los anales de la historia esperan un gesto a la altura de las circunstancias”.

 

“Mi intención es juntarme a dialogar con todos”

 

Ex decano de Veterinarias, Aníbal Franco sostuvo ante Página/12 que su elección como vicerrector fue válida. Se propone recibir a los diversos sectores de la UBA para “restañar las heridas”.

 

“La universidad no puede seguir al garete”, dice Aníbal Franco e insiste en la necesidad de “poner en funcionamiento” a la UBA, envuelta en una grave crisis institucional, sin autoridad electa desde principios de mayo. Peronista y fundador del Grupo Calafate, Franco fue elegido vicerrector de la UBA en una cuestionada sesión del Consejo Superior. Sostiene que su elección fue válida y plantea esperar hasta el miércoles 21 para definir la fecha de una nueva convocatoria a la asamblea que debe designar rector.

 

–Un grupo importante de decanos y consejeros cree que su elección fue ilegítima.

 

–Hubo un documento firmado por 25 de los 28 consejeros en que se acordaba tratar un orden del día que incluía la situación de los sumarios a no docentes, la reforma del estatuto y la elección del vicerrector. Se supone que cuando uno firma un orden del día es para tratarlo. En la sesión se empezó a tratar el temario, después se pasó a un cuarto intermedio y se acordaron los primeros dos puntos. Hubo una larga discusión sobre el tercero y, en un momento, el decano Boveris retomó la sesión, alguien propuso mi nombre y se pasó a votar. Fui designado con 18 votos y creo que, con otro trámite, se podría haber sumado el voto de algún otro decano. La universidad no puede seguir al garete, sin tratar una cantidad de temas postergados, como la administración del presupuesto.

 

–¿Cuál será el objetivo de su gestión a cargo de la UBA?

 

–Mi intención es juntarme a dialogar con todos los grupos que estén dispuestos a hacerlo y tratar de restañar las heridas que pueden haber quedado. Estos primeros días voy a interiorizarme de una cantidad de problemas de la universidad, muchas cosas rutinarias que están atrasadas después de dos meses y pico de inacción. En lo inmediato, quiero que funcionen las comisiones del Consejo, me gustaría que puedan reunirse el miércoles que viene y que el siguiente pueda sesionar el Consejo al solo efecto de tratar los despachos de las comisiones. Para la semana posterior dejaría la reunión para fijar la fecha de la asamblea universitaria.

 

–¿Cuándo cree que se podría elegir rector?

 

–Mi rol como vicerrector a cargo de la UBA es provisorio. Tengo ahora las atribuciones del rector, pero como un mecanismo para evitar la acefalía. Con respecto al plazo para hacer la elección, es algo que quiero hablar con todos los sectores para ver cuándo es el momento más apropiado. Algunos creen que habría que hacerlo rápido, otros prefieren esperar unos dos meses. Se hará lo que decida el Consejo Superior. Cada paso que voy a dar quiero hablarlo. Eso no quiere decir que todos vayan a estar de acuerdo, pero voy a tratar de ser lo más ecuánime posible.

 

–¿Cómo y en qué plazo se abordará el proceso de reforma estatutaria?

 

–Se aprobó crear una comisión integrada por decanos y consejeros de todos los claustros para que se encargue de velar porque las propuestas se preparen cuanto antes. La discusión sobre el estatuto es importante porque tendría un doble efecto. Primero, tratar los ajustes y agregados que se consideren necesarios. Y segundo, un efecto movilizador para que la comunidad universitaria se involucre en los problemas y el futuro de la UBA.

 

–¿De qué trató la reunión que mantuvo (anoche) en el Ministerio de Educación?

 

–Fue una reunión informal. Como vicerrector electo, estoy pidiendo una entrevista con el ministro Daniel Filmus para plantear varios temas, como las leyes educativas, mi incorporación al CIN y la situación presupuestaria de la UBA: hoy no hay fondos para terminar el año.

Por J. L.

Contenido relacionado