Por Javier Lorca
Después de la toma estudiantil que ayer frustró la elección del rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), hoy sesionará el Consejo Superior de la institución para determinar cuándo y dónde se realizará la asamblea electiva. Atilio Alterini, el candidato que reuniría la mayoría de los votos, reclamó “la inmediata convocatoria a la asamblea”. El bloque de profesores, decanos, graduados y alumnos radicales, peronistas y aliados que promueve su postulación pretende que la asamblea se reúna esta misma semana, mañana si es posible, y a puertas cerradas, para evitar nuevos incidentes. Mientras busca una candidatura alternativa de consenso (ver aparte), el espacio de izquierda, independientes y centroizquierda, con sectores peronistas incluidos, asegura que no aceptará una asamblea con ingreso restringido. Esa será, esencialmente, la disputa que se dará esta mañana.
A las 9 de ayer, los asambleístas que concurrieron al Colegio Nacional de Buenos Aires, sobre Bolívar al 200, lo encontraron ocupado por numerosos grupos de estudiantes. La toma se había iniciado –como informó este diario– en la noche del lunes, encabezada por la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), con agrupaciones de izquierda de diversas facultades: Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Ingeniería, Arquitectura, entre otras. Entre pancartas y carteles, sobre las paredes del colegio se reproducía una declaración de las Madres de Plaza de Mayo: “Si este funcionario de la dictadura (por el actual decano de Derecho) es designado, las Madres no volveremos a pisar la Universidad”.
El acceso al Nacional Buenos Aires estaba bloqueado pacíficamente “hasta que se haga el juicio académico a Alterini por su participación como funcionario de la última dictadura”, según dijo Agustín Vanella, consejero superior y dirigente de la federación. La espera de los asambleístas en la calle, sobre Bolívar y sobre Moreno, duró hasta las 10. Pasada esa hora, tras repudiar “toda forma de violencia y actos coercitivos”, el rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, dio por suspendida la asamblea: no estaban dadas “las condiciones para sesionar”.
Algunos consejeros estudiantiles vinculados a Franja Morada, o a sus nuevas denominaciones, pidieron hacer la elección aunque fuera en la calle. Y parte del bloque pro Alterini, con sustento en ocho facultades, intentó llevar la sede a otro edificio, basándose en su virtual capacidad para formar quórum. El mismo Alterini calificó de “elementos distractivos” a los cuestionamientos por sus funciones como juez hasta 1977 y como director de Asuntos Jurídicos de la municipalidad porteña entre 1981 y 1982. También pidió que la elección se haga “en un lugar apropiado y con medidas de seguridad”.
Como presidente de la asamblea, Jaim Etcheverry decidió que sea hoy el Consejo Superior el que le ponga fecha y lugar a la asamblea. El debate se planteará entre quienes quieren una sesión restringida a los asambleístas, los invitados y la prensa y quienes defienden su carácter público, definido en su reglamento –salvo que ella misma, una vez constituida, decida sesionar en forma secreta–. Se prevé una discusión tensa y complicada, sobre todo porque la mayoría que tendría el decano de Derecho en la asamblea no se traduce aún en el Consejo Superior, cuyos nuevos miembros no asumieron todavía, a excepción de los decanos.
“No tiene sentido que sigan dilatando... Es una vergüenza que estén haciendo todo lo posible para que no se haga el acto electoral –comentó a este diario uno de los operadores de Alterini–. Las cartas están echadas, ya no hay posibilidades de restarnos votos.” Para ese bloque, la candidatura del decano de Derecho sumaría cerca de 130 sufragios entre los 236 asambleístas. Para ganar en primera vuelta bastan 119 votos. En la próxima asamblea, “el rector debe garantizar la seguridad de las personas y la libre expresión de los asambleístas. Si es necesario llamar a la fuerza pública para que ayude a restringir el ingreso, habrá que hacerlo”, estimó un consejero radical. Y recordó que eso ocurrió en el 2002, después de que petardos y huevazos suspendieran la convocatoria inicial.
El planteo de cerrar la asamblea no tendrá apoyo del otro bloque. “Nuestra posición es que la asamblea debe ser pública. No vamos a validar que intervenga la policía. Sin restringir el acceso se puede controlar un poco la situación”, dijo Hugo Trinchero, decano de Filosofía y Letras. Para este espacio, una fecha viable de convocatoria a una nueva sesión sería el martes próximo. Otro punto abierto y a definir es dónde hacer la nueva asamblea. De no ser en el colegio, podría ser en alguna facultad con capacidad suficiente. Lo seguro es que continuarán las protestas estudiantiles: “Vamos a seguir impugnando la candidatura de Alterini –dijo Vanella–. También analizamos opciones de salida, como la elección directa del rector. Que vote toda la comunidad universitaria”.
Candidato se busca
En la asamblea que debió realizarse ayer, los sectores opositores al bloque de radicales y aliados iban a mantener diversas candidaturas al rectorado: el propio rector, Guillermo Jaim Etcheverry, el ex decano de Exactas Pablo Jacovkis, el ex de Agronomía Fernando Vilella y el decano de Sociales, Federico Schuster. Pensando ya en la próxima asamblea, ayer, en una larga reunión en Arquitectura, decanos y profesores de las facultades mencionadas, más de Filosofía y Letras, intentaron acordar una postulación común. Se analizó convocar a una figura destacada de alguna de las facultades. Pero se objetó que, en ese caso, al apelar a una personalidad ajena a los bloques y los consejeros actuales, el espacio que se lograría construir no podría capitalizarse políticamente en los próximos años. “No se pudo llegar a un consenso. Pero sí está la voluntad de seguir buscando un candidato superador”, dijo una profesora. Hoy habrá una nueva reunión.
OPINION
La discusión que se adeuda
Lo dijimos oportunamente: no teníamos demasiadas esperanzas de que se pudiera dar el verdadero debate que la UBA necesita, sobre todo en las condiciones en las cuales se llega a esta asamblea universitaria. La imposibilidad de sesionar (ayer) no hace más que poner de manifiesto que la discusión profunda que nos debemos parece cada vez más esquiva. Así, el escenario quedó reducido a referencias y acusaciones individuales cruzadas y disputas por cuestiones de logística operativa. Y desde la Facultad de Ciencias Sociales queremos insistir en una idea: la razón de ser de la asamblea universitaria no puede reducirse a la elección del rector (...) La propuesta de comenzar de una vez con la discusión que la UBA se debe y le debe a la sociedad argentina no es una idea nueva para nosotros: ese fue el espíritu que nos movió a presentar en el año 2002 una propuesta de modificación del estatuto universitario para que la UBA democratizara sus espacios de gobierno, los modos de acceso a la investigación, la concepción de extensión y el acceso a la toma de decisiones (...) Han pasado cuatro años y no sólo la ley fundamental de la universidad no ha sido discutida, sino que pareciera que cada vez se cierra más la posibilidad de hacerlo. Y lo que es más grave: a muy pocos de los que pueden tomar las decisiones parece preocuparles que esto suceda. Estamos a las puertas de la elección de un nuevo rector para la UBA y el debate sigue trunco, la deuda con la sociedad se acrecienta y pareciera que, además, no nos importara ir a contramano de un pueblo que viene intentando repensarse y reinventarse a sí mismo. No se trata, como decíamos antes, de hacer foco en figuras e individualidades, sino de preguntarnos por qué el proyecto que tiene grandes posibilidades de ganar posee, justamente, esas chances. Y una buena pregunta que podríamos hacernos para empezar la verdadera discusión es si este tipo de proyectos podría ganar y consolidarse si la UBA tuviera mecanismos más democráticos tanto de elección como de debate. La respuesta a este interrogante debe ser respondida por elegidos y por electores y de cara a toda la Argentina. Porque la UBA es generadora de hechos políticos tanto hacia dentro del mundo universitario como hacia fuera de él. ¿Qué tenemos para decirle a la sociedad acerca de la reproducción de una forma de hacer política que privilegia los intereses personales y sectoriales? ¿Negaremos esos intereses sólo en términos enunciativos o estaremos en condiciones de sostenerlo con nuestras propias actitudes cotidianas? (...) Reivindicamos la idea de la universidad como espacio de deliberación y reflexión, pero urge que seamos también un lugar de toma de decisiones. Y no nos referimos a aquellas que nos tienen como destinatarios, sino a las que ponen a la sociedad argentina como protagonista. Esa sociedad nos está mirando. Estemos a la altura de las acontecimientos.
* Por Federico Schuster, decano de Ciencias Sociales.
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28 de noviembre de 2024