El debate continuó pese a que, desde el viernes, el Gobierno intentó atenuar la polémica, apoyando la posición del Ministerio de Educación frente al de Salud, al reafirmar Néstor Kirchner su respeto por la autonomía universitaria y la libertad de las instituciones educativas para definir sus regímenes de ingreso.
El consejo directivo de la Facultad de Psicología (UBA) tenía prevista ayer una sesión ordinaria. Gran parte de ella se dedicó a definir cómo le contestaría la institución a González García, para quien, además de haber demasiados psicólogos, éstos son demasiado “lacanianos, psicoanalíticos, etcétera”, cuando los problemas que hay en la Argentina (alcohol, drogas, violencia) “requieren otro tipo de perfil profesional”. A propuesta de la decana Sara Slapak, los profesores y la mayoría de graduados de la facultad consensuaron una declaración de rechazo a esos dichos, considerando, entre otras cosas, que “el ministro ignora que la psicología es una disciplina científica, a partir de la cual se generan actividades profesionales en diversos ámbitos de incumbencia profesional, tales como salud, educación, trabajo, justicia y social-comunitario”; y que “carece de todo fundamento sostener que desde el psicoanálisis no se pueda abordar problemáticas de adicciones, violencia, alcoholismo”. El consejo directivo también le recordó al funcionario que la facultad ofrece, justamente, cursos especializados en esos problemas, además de desarrollar programas de extensión e investigación en el área.
La declaración no fue votada por la mayoría estudiantil de la facultad (frente de izquierda EPA!). “No alcanza con un repudio a los dichos del ministro. Sus declaraciones velan la política del Estado hacia la salud y la educación, que es de total destrucción, y además abren la puerta a las restricciones al ingreso, para que cada vez haya menos estudiantes en la universidad”, dijo la consejera Malena Lenta. “Más allá de sus argumentos contra los lacanianos o los freudianos, el ministro esconde que pretende aplicar la Ley de Educación Superior, los cupos y la privatización”, estimó el presidente del centro, Juan Pablo Rodríguez, quien acusó a las autoridades de la facultad de ser cómplices de la instrumentación de restricciones, mediante medidas como la inclusión de matemáticas entre las materias del CBC de Psicología y la reglamentación de una tesina al final de la carrera (ayer se aprobó).
Otras respuestas llegaron desde la APBA: las “erróneas opiniones” del ministro “respecto de marcos teóricos –separa psicoanálisis de lacanismo– no hacen más que demostrar su menosprecio por nuestra formación, haciéndonos recordar la prohibición de ejercer el psicoanálisis hecha por la última dictadura... Su preocupación por algunas problemáticas como alcoholismo, adicciones o violencia son a mero título declarativo, ya que parece desconocer que son de fuerte raigambre psicosocial”. La entidad cuestionó también que las asociaciones de psicólogos no hayan sido llamadas a participar del Plan Federal de Salud. En una conferencia organizada ayer, se le preguntó a una directiva de APBA, Silvia Di Biasi, qué respuesta le merecía la afirmación de que sobran los psicólogos: “Falta un ministro”.