Por Pablo Abeleira
Departamento Política.
En una entrevista concedida telefónicamente a Agencia Taller de Periodismo Alternativo (ATPA) el pasado viernes, Eduardo Sosa, se mostró preocupado por el conflicto en el litoral y señaló deficiencias en la planificación ambiental de Mendoza.
Desde la red ambiental Oikos, se sigue atentamente el conflicto en Entre Ríos por la instalación de las papeleras como un llamado de atención a las autoridades del gobierno de Mendoza. Para Eduardo Sosa, presidente de Oikos, institución que trabó la explotación de pozos petrolíferos en Llancanello, “el gran problema de la política ambiental local es la falta de planificación, entonces todo lo que se hace, es reactivo, se reacciona tarde, siempre se va atrás del problema”.
-¿Cuál es la participación de Oikos en el conflicto de las papeleras?
-La participación ha sido mínima, no hemos tenido acciones directas con el conflicto, lo que si hemos tenido son contactos con varias de las organizaciones que forman parte de las Asambleas de Gualeguaychú y Colón, con las cuales tenemos contacto desde hace algunos años por este tema.
-¿Cuál es la posición de Oikos respecto del conflicto?
-Nosotros vemos que hay dos situaciones: Con relación a la instalación de las plantas, nuestra posición es que si la planta debiera hacerse en el río Uruguay, tiene que utilizar la misma tecnología que la Unión Europea le exige a las plantas que están en Europa a partir del 2007. La Unión Europea está pidiendo un proceso que directamente está libre de cloro y en el caso de estas plantas no sería así. Sería un procedimiento que utiliza cloro en una mínima cantidad pero que genera una serie de sustancias contaminantes que van a parar al río además de las emisiones atmosféricas.
En cuanto al conflicto entendemos que es un conflicto ambiental típico, digamos, de aquellos en los cuales, el organismo regulador no sabe resolver la situación. Son conflictos que normalmente se producen porque no ha habido una acción preventiva. No se ha dado información, no se ha abierto a la participación en estos últimos tres años. Donde se dejan pasar los incumplimientos a las leyes, o la violación al tratado del Río Uruguay, como así también los sistemas de evaluación de impacto ambiental. Donde se va armando una bola tan grande donde va cayendo el gobierno argentino, el gobierno uruguayo. Las empresas también, porque no pueden desconocer la ley y porque, por otra parte, ellas, a sabiendas que en Europa sus costos de producción son mayores, deciden venir a países donde las leyes son mas flexibles, donde la mano de obra es mas barata, entonces con todo esto entienden que no tienen por qué cumplir con los mismos estándares europeos por que si no para eso se van a Europa.
-¿Son flexibles las leyes o se hace la “vista gorda” por parte de los dirigentes?
-Es un poco de todo, en realidad las directivas europeas son bastante mas estrictas en el control de la polución, que las directivas nuestras, incluso las cantidades máximas permitidas de los contaminantes más importantes son mucho mas estrictas en Europa que en todo el Continente Americano incluido Estados Unidos.
Pero también hay mucho de “vista gorda”, de que se deja pasar. Además hay una lógica, que es muy importante, que hace prevalecer la remediación a la prevención. Todo el mundo sabe que ciertas actividades tienen gran impacto, sin embargo hay toda una tendencia favorecida por los gobiernos, en la cual es mejor hacer y después reparar, que prevenir y si llegara a pasar algún daño repararlo. Siempre hay una tendencia de ir detrás del problema.
-Hay un artículo en la página de OIKOS (www.oikosredambiental.org) en donde usted denuncia deficiencias en cuanto a políticas ambientales locales. ¿Cuáles son?
-Bueno, las políticas ambientales, son un conjunto de elementos. Por un lado tenemos que, para que una política ambiental sea bien implementada en la provincia y produzca buenos resultados, se requiere un conjunto de leyes acorde a la realidad, eso lo tenemos. Necesitamos un conjunto de instituciones que se encarguen del tema; las tenemos, mejores o peores, pero están. Necesitamos también gestión y realmente si uno va a los organismos públicos están atorados de la cantidad de cosas que están haciendo.
Pero el gran problema de la política ambiental local es la falta de planificación. Entonces todo lo que se hace es reactivo, se reacciona tarde. Esto se ve reflejado no solamente en la política misma de los organismos que salen a tapar el problema una vez que se produjo, sino que, además, a nivel gubernamental, no hay una planificación de la actividad y la gestión ambiental provincial. Y hay ejemplos muy concretos: el plan hídrico que se hizo hace 8 años; el plan ambiental que obliga a hacer la ley 5961 desde el año 1993, nunca se hizo. El informe ambiental que todos los años tiene la obligación de hacer el gobierno y presentarlo en la legislatura, que es la base de la información para la cual planificar, en estos doce años que han pasado desde que se creó la ley se ha hecho una sola vez.
-¿Es decir que podemos tener un “conflicto papeleras” en cualquier momento en Mendoza? ¿Estamos desprovistos de cualquier tipo de prevención?
-Totalmente, sin embargo, debemos reconocer que la institucionalidad mendocina en el tema ambiental es superior a la de muchas otras provincias. En este sentido todos estos problemas ambientales que hemos tenido, mal o bien han tenido una respuesta por parte del gobierno. Eso es lo que ha permitido que la provincia se haya ido liberando de algunos de los conflictos más importantes. Pero en otros… y los que se vienen, cada vez esto va a recrudecer más. A medida que la gente vaya teniendo más conciencia…
-¿En qué deberíamos tomar un poco más de conciencia en cuanto a lo que se viene?
- En principio en el riesgo tecnológico. Es un tema crucial del cual ni siquiera hay legislación en Mendoza, la posibilidad de accidentes con productos químicos, o con otro tipo de sustancias, la contaminación de los canales de riego, a contaminación de los acuíferos, la contaminación de las napas de agua subterráneas puede ser un problema enorme si no se toman medidas urgentes. El colapso de algunos servicios públicos como el saneamiento, como las cloacas, como la provisión de agua potable. Un tema a tener en cuenta es que a pesar del gran volumen de la actividad hidrocarburífera, afortunadamente no hemos tenido grandes accidentes.
-En definitiva, ante un conflicto de similares magnitudes al del Río Uruguay ¿no estaríamos preparados para enfrentar una situación como esa?
-No, no porque las dos claves para prevenir los conflictos que son: la información veraz y oportuna a la ciudadanía y a todos los involucrados no está. Ni tampoco están las instancias de participación como para que la gente pueda satisfacer sus expectativas. Y un caso que podría convertirse en algo similar es el anuncio de la Comisión Nacional de Energía Atómica de instalar la mina de uranio en Sierra Pintada, San Rafael. Allí, hay un movimiento muy grande, mucha preocupación y no estamos viendo una respuesta firme ni por parte del municipio ni por parte del gobierno provincial.
- Volvamos al tema papeleras ¿Cuál parece que sería la salida más lógica y cuál parece que va ser la que se le va a dar al conflicto?
- El conflicto cada vez está peor. Sobre todo porque la decisión a la que llegue esta comisión binacional seguramente no va a representar los intereses de las asambleas de Gualeguaychú y Colón. Entonces ahí hay un foco de conflicto. Desde mi perspectiva yo iría a lo real y a lo posible y no a otra cosa. La solución ideal sería que no se construyeran las papeleras allí en esa zona y que se buscara un lugar más apto y que se hiciera un procedimiento de evaluación de impacto ambiental mas serio; eso no va a pasar. Pero una solución posible y real de este tema sería que las empresas reconstruyeran todo su proyecto con una inversión algo mayor. Convertirlo en un proyecto de acuerdo a la normativa europea que entra en vigencia en el 2007. Y que el gobierno uruguayo permitiera la formación de una comisión binacional como la que están intentando hacer pero con un poder importante en el control de la planta.
Hay una frase muy simbólica que dijo el ministro Aníbal Fernández y después el presidente Néstor Kirchner: “el problema de las papeleras es meramente ambiental”. Ese es el peor error que un gobernante puede cometer. Este conflicto tiene una raíz ambiental, pero es un conflicto social, es un conflicto que afecta a la política, a la economía, y en definitiva a la democracia. Cuando el ambiente no forma parte de la política de gobierno pasan estas cosas, esto pudo haber pasado en cualquier lado, pero las consecuencias del conflicto, solamente ocurren en países en los cuales la cuestión ambiental no esta en la agenda política prioritaria.