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Para el ministro de Ciencia, “un embrión no es un ser humano”

11 de marzo de 2009, 17:32.

Lino Barañao lanzó esta frase tras conocer la decisión de Barack Obama ante la investigación con células madre.

El máximo responsable de la ciencia argentina, Lino Barañao, felicitó ayer al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, porque permitirá que fondos federales sean destinados a la investigación con las polémicas células madre embrionarias.

“El embrión no es un ser humano. Es sólo un conjunto de células con instrucciones para llegar a ser un ser humano”, dijo Barañao.

Barañao, que es el titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, se ha destacado como uno de los científicos que consiguió la primera generación de vacas clones y transgénicas, en colaboración con una empresa privada local. Ha sido uno de los investigadores más reconocidos en el campo de las células madre, que podrían llegar a servir para tratar enfermedades de millones de personas con diabetes, Alzheimer, Parkinson, cáncer, entre otras.

El lunes, Obama anunció el levantamiento de la prohibición que había establecido en 2001 su antecesor, George W. Bush, para quien las células madre no debían obtenerse a través del descarte de embriones humanos.
 
“Bush tomó esa medida porque respondía a cierto clientelismo político”, dijo Barañao. Las células en cuestión pueden obtenerse por diferentes vías: del cordón umbilical, de la médula ósea o de la piel. Pero serían las células que se derivan de embriones las más eficaces.

El ministro añadió que “los embriones no son más que 100 células. No admitirlo es como sostener una visión pre-copernicana del mundo en pleno siglo XXI. La ciencia se basa en el continuo cuestionamiento de sus posturas y conocimientos. En cambio, la Iglesia Católica toma al embrión como un símbolo. Y si se prohíbe la investigación con líneas derivadas de embriones, se está imponiendo un símbolo a toda la sociedad. Eso es fundamentalismo”.

Consultado por la investigación con células madre, el ministro informó que desde 2008 y hasta 2011 el Estado argentino apoyará con 2,1 millones de dólares para que 11 grupos de científicos de instituciones públicas y privadas trabajen en “una plataforma que permita tanto adoptar la tecnología que se desarrolle fuera del país y a la vez generar investigación original”.

Trabajarán con animales para entender enfermedades como cáncer, cardiovasculares, Parkinson, Alzheimer. “Pero no se experimentará con pacientes”.

Barañao recordó que durante su gestión creó una comisión asesora sobre las células madre, que está formada por expertos en bioética y asuntos legales. También se designó al Incucai como el organismo que autoriza los ensayos con células madre.

“No sé por qué hay tanta controversia. Sólo 30 por ciento de los embriones que se consiguen por un embarazo común prosperan y nadie se enoja. Un embrión es un proyecto y no individuo terminado”.

Embrionarias vs. adultas

En teoría, es posible usar células madre para crear tejido sano que sustituya al dañado por un trauma o afectado por una enfermedad, ya que son pluripotentes y pueden llegar a formar cualquier célula plenamente diferenciada del organismo.

Además, podrían ser útiles para probar los efectos de fármacos experimentales y para aportar información sobre cómo se desarrollan los tejidos y cómo evolucionan las enfermedades.
Hay varios tipos de células madre, pero se estima que las más útiles son las que proceden de los tejidos embrionarios, de sólo cuatro o cinco días, creados en laboratorio.

Pero según los críticos, se trata de embriones humanos, con su consiguiente potencial para desarrollarse, por lo cual no es ético utilizarlos con fines investigativos y luego destruirlos.
El problema es que las células madre adultas son raras en tejidos maduros y la ciencia aún busca modos para cultivarlas en laboratorios en cantidades suficientes.

Las células adultas tienen, no obstante, una ventaja: teóricamente se pueden tomar de un paciente, cultivarlas en laboratorio y luego regresarlas al organismo sin que el sistema inmunológico las rechace. CC y Télam

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