Por Federico Lemos
Agencia Taller. Escenarios Latinoamericanos
La traba impuesta por el Congreso argentino y un repudio social que de a poco comenzó a crecer en contra de un ejercicio militar bajo la tutela de Estados Unidos y con participación de países de la región, cerraron momentáneamente el intento Tales maniobras eran conocidas como “Águila III”, aunque al norte, más precisamente en los pasillos del Pentágono se las calificaba sin maquillaje como “Ejercicio Militar Contrainsurgente”.
Todo esto quedó atrás al darse a conocer que Paraguay abre sus puertas a Estados Unidos con sus tropas y no sólo dejándoles libertad de tránsito, sino que aquel país renuncia a su poder jurisdiccional para investigar y sancionar eventuales delitos que puedan cometer los soldados estadounidenses y promete a abstenerse de posibles demandas al respecto ante la Corte Penal Internacional (CPI), que enjuicia en caso de genocidio y crímenes de guerra y contra la humanidad.
La instalación permanente de más de 150 efectivos militares de Estados Unidos en Paraguay ronda los análisis de expertos en seguridad de la región. El político argentino Marcelo Gullo dijo a IPS (Inter Press Service): “la base forma parte de un proyecto estratégico de Washington para controlar el acuífero Guaraní, un gran reservorio de agua dulce, que abarca varios kilómetros y se extiende por el subsuelo donde convergen los cuatro países del bloque”.
Además, alertó: “En una región ya desestabilizada por la crisis como la de Bolivia, la presencia de militares estadounidense torna la situación más explosiva, como si se echara gasolina al fuego”.
Oficialmente la preocupación es la virtual presencia de células terroristas de grupos islámicos fundamentalistas en la llamada Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) que perdió prioridad para Washington, pero sí aumentó su preocupación por Bolivia, donde masivas protestas sociales provocaron la renuncia de dos presidentes en casi dos años.
”Cuando Estados Unidos llega, tarda mucho en irse”, dijo (el premio Nobel de la Paz argentino) Adolfo Pérez Ezquivel. “Y eso me da mucho miedo”, advirtió el experto, tras recordar que el actual enemigo identificado por el país del norte es el terrorismo islámico.
La importancia de estos hechos para Estados Unidos radica en su política imperial de controlar económicamente mediante el Área de Libre comercio para las Américas (ALCA). Además buscan instalar una permanencia militar constante. Este es el caso de Colombia que, con la “lucha antiterrorista”, intenta crear la certeza de que hay células de Al Qaeda controladas por el propio Osama Bin Laden. Sobre el asentamiento ilegal de marines en la Triple Frontera, todas las autoridades niegan que sea cierto.
“Estados Unidos procura consolidar su hegemonía económica y política con la militar”, dijo Adolfo Pérez Esquivel, al cierre de la marcha realizada en Mendoza contra el “Águila III”, y agregó: “El pueblo argentino quiere unas Fuerzas Armadas a su servicio y no sumisas, por lo que deben volver al espíritu sanmartiniano y bolivariano”.