Oficialmente fue Thomas Lovejoy, ex vicepresidente del World Wildlife Found (WWF), quien propuso en 1984 una fórmula conciliatoria que solo resarciría una porción de las "pérdidas económicas sufridas por los prestamistas", pero les daría una salida verde a sus cuentas en rojo. Tres años después el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incentivó la iniciativa para "disminuir" la deuda externa y "mejorar" el medio ambiente (canjeando parte de la deuda externa por la protección de la naturaleza).
Según el autor de esta idea los Estados deudores disminuyen su deuda mediante un esfuerzo técnico y económico que "beneficia" a su propia naturaleza.
Lo cierto es que EEUU, la potencia hegemónica del Nuevo Orden Mundial, es responsable de más del 30 % de las emisiones de gases contaminantes, (causantes del "efecto invernadero"), al ser su economía muy intensiva en el uso de energía.
El Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), cuyo cuerpo supremo es la Conferencia de las Partes (COP) obligo a los a los países desarrollados a reducir sus emisiones gaseosas en al menos un 5% con respecto a 1990. EEUU no cumplió con esta obligación.
Los canjes aludidos ya se han ensayado en Bolivia, Perú, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, Madagascar y Zambia. Ahora pretenden llevarlo a cabo en nuestro país.
Esto puede relacionarse con las características que posee la región: posee recursos extraordinarios como oro, plata, petróleo, uranio, carbón, gas natural, la posibilidad de generación de hidroelectricidad y energía no convencional (hidrógeno y eólica), cuenta con una prolífica diversidad biológica, sin ignorar además la importancia geoestratégica de la Patagonia para instalar bases terrenas interceptoras de misiles nucleares. El mar territorial tiene abundantes especies marinas tales como langostino, krill, calamar, merluza, plancton.
Además la región posee escasa población, la sumatoria de las poblaciones de las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquen apenas alcanza los 1.500.000 habitantes. Pero principalmente la Patagonia Argentina es uno de los reservorios de agua incontaminada más grandes del planeta.
Este hecho puede entenderse con el término imperialismo que según el diccionario significa “tendencia de un Estado que pone bajo su dependencia política o económica a otros pueblos o Estados”. En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), Lenin sostuvo que el desarrollo capitalista lleva a una fase superior, la etapa imperialista, cuyos rasgos principales son: la concentración de la producción y el surgimiento de los monopolios; la unión del capital bancario e industrial que origina el capital financiero; la exportación de capitales y la asociación de monopolios internacionales que se reparten el mundo. Esta última característica para Lenin llevaría finalmente a un conflicto internacional.
Hoy, los grandes intereses supra-nacionales que constituyen el Imperio, Estados Unidos, han vuelto sus ojos hacia nosotros. La excusa perfecta para esta nueva dominación, es la deuda externa Argentina.
Por otra parte, el pago de la deuda externa resulta una cifra cada vez más inalcanzable. Luego del gobierno de Menem y De la Rúa llegó a 140 mil millones de dólares a fines de 2001 alcanzando una de las cifras más importantes de todos los tiempos. Mientras que actualmente tenemos una deuda de 46 mil millones de dólares por la que se pagan intereses, además de los 32 mil millones adeudados a los organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial.
Diversos partidos políticos de izquierda y ONGs sostienen que dicha deuda es “fraudulenta”, la cual no nos corresponde pagarla y que la entrega de una parte de nuestro territorio no beneficiaría en nada a nuestro país, sino que aumentaría aún más el sometimiento a la más importante de las potencias económicas.
Anahí Pérez
ani19_81@yahoo.com.ar
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22 de noviembre de 2024