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Planes sociales y desocupación: la eterna polémica

¿Qué pasa con las contraprestaciones? ¿Son los planes sociales un remedio para atacar a la enfermedad o una curita para evitar el sangrado?  

Los índices de desocupación en Argentina se mantienen en niveles altos y cuando disminuyen es generalmente porque el INDEC considera los planes sociales y los sub-empleos como trabajos permanentes.

La crisis no es nueva, pero mientras los organismos gubernamentales afirman que la economía crece y el desempleo disminuye se siguen oyendo reclamos solicitando “más trabajo". Aunque tampoco podemos negar que hay quienes sienten los planes sociales como parches para resolver -aunque provisoriamente- su situación.

Planes sociales

Hace unos meses atrás, Monseñor Cassaretto, presidente de Cáritas, encendió la polémica al afirmar, que algunos planes sociales fomentan la vagancia, entre ellos el Plan Jefes y Jefas de hogar donde existe un 50% de beneficiarios que no cumplen con la contraprestación correspondiente, que consiste en terminar los estudios, asistir a cursos de capacitación o trabajar para algún organismo o empresa.

Debido al revuelo armado por sus declaraciones, las ratificó  pero afirmando que su posición era señalar la necesidad de la contraprestación laboral como una forma de "devolverle la dignidad a la gente".

En Mendoza, las personas que mejor cumplen con este requisito son las mujeres, según declaraciones de Aldo Támula, gerente regional de empleo y capacitación laboral del Ministerio de Trabajo de la Nación.

En clara sintonía con las afirmaciones de Cassaretto, la asistente social Mónica Rodriguez sostiene que “Los planes surgieron por una necesidad muy grande como fue la crisis del 2001, el problema es que muchas de las personas que los reciben los ven como si la entrega de éstos fuera una obligación del Estado y no es así, ya que si bien el Estado debe velar por el bienestar de la sociedad, es también obligación de ésta aprovechar las oportunidades que se le brinda. Lo que falta es cultura de trabajo, no puede ser que haya gente sin trabajo y que necesite dinero y no quiera trabajar, por suerte no son todos”

Los números de la desocupación

Según las últimas cifras dadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el 7,2 % de la población activa de la provincia se encuentra desocupada y existe un 12,7 % de subocupación.

Estas cifras hay que tomarlas con mucho cuidado ya que entre la población ocupada se toma en cuenta a los beneficiarios de los Programas Jefes y Jefas de hogar y de otros planes existentes, cuando en realidad reciben menos de la cuarta parte del monto de ingresos que marca el nivel de pobreza, además no aportan jubilación ni poseen obra social.

El problema de los planes sociales no es ninguna novedad, el problema es qué hacer con ellos.

Es una realidad que algunos no realizan la contraprestación correspondiente como así también es cierto, que otros trabajan más de las cuatro horas diarias que se les exige y siguen cobrando la magra cifra de 150 pesos engrosando la cantidad de habitantes que se colocan debajo de la línea de pobreza.

En el 2001 y hoy quizás, sean necesarios los planes. Sin embargo, no parecen una solución definitiva. Más y mejor educación, y trabajos dignos pueden ayudar a paliar esta crisis.

Daniel Calivares

dcalivares@yahoo.com.ar

Departamento de Cultura

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