Comenzará el martes 12, en el Tribunal Federal Oral Nº1. Por el deceso de Marcela Sánchez en la pileta de esa casa de estudios hay cuatro acusados de homicidio culposo. Fue en enero de 2006.
El 12 de mayo comenzará en los Tribunales Federales de Mendoza el juicio oral y público por la muerte de la menor Marcela Sánchez (12), quien falleció ahogada en la pileta de la UNCuyo el 8 de enero de 2006.
El Tribunal Oral Nº1 estará integrado por los camaristas Alberto Sánchez Castro y Juan González Macías y será presidido por Estela Blanco.
Son cuatro los acusados de homicidio culposo que deberán responder ante el tribunal: Marcelo Quiroga, quien se desempeñaba como director de Servicios de la UNCuyo al momento del trágico accidente; su hermano Cristian Darío Quiroga, concesionario de la pileta y de los quinchos; Roberto Moyano, director de Deportes, Recreación y Turismo, y Francisco Illanes, jefe de Coordinación Administrativa.
Los acusados esperan el juicio en libertad ya que el delito es excarcelable.
La tragedia
El accidente fatal en el que Marcela perdió la vida ocurrió a las 20.30 en la piscina de natación situada en el Oeste de esta ciudad. La víctima se encontraba en el agua con otras 20 personas cuando sin aviso se comenzó a desagotar la pileta, de 50 metros de largo por 25 de ancho y 3,5 metros de profundidad.
La niña desapareció repentinamente de la superficie y si bien hubo varias personas que se arrojaron al agua para socorrerla, la misión fue imposible ya que una de sus piernas había quedado atrapada en una boca de desagüe que, según se confirmó oficialmente desde la UNCuyo, no contaba con rejilla. Luego de 20 minutos Marcela pudo ser sacada con vida de la pileta gracias a un intenso operativo que se montó allí a través de ambulancias, el cuerpo de bomberos y técnicos del club universitario.
El esfuerzo mancomunado no alcanzó para sacar a la menor del trance y falleció al borde de la piscina.
Era la mayor de 4 hermanos. Su madre, Claudia Quiroga, trabaja en el DAMSU (servicio médico de esa universidad) y su papá, Ricardo Sánchez, es médico. Ambos presenciaron el accidente.