Controlarán el estado de salud y las condiciones en que trabajan. Funcionará desde la segunda quincena de enero. Los trabajadores dieron el visto bueno, pero temen que sea una estrategia para sacarlos de la calle.
El paisaje urbano local está poblado de caballos carreteleros y es fuente de trabajo para muchos mendocinos.
Para que lo sigan siendo, pero en mejores condiciones se firmó un convenio entre Fundación Cullunche, Municipalidad de Las Heras y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Maza para poner en marcha el Programa de Asistencia Primaria a los caballos carreteleros de Las Heras que comenzará a funcionar a partir de la segunda quincena de enero. La iniciativa permitirá que los equinos reciban atención veterinaria gratuita y sus dueños asesoramiento sobre cuidados.
“La idea es mejorar las condiciones de trabajo. Era una deuda moral y ética que teníamos. Por suerte ahora podemos hacer algo para mejorar la situación”, dijo Jennifer Ibarra, presidenta de Fundación Cullunche.
La atención primaria a los animales de carga tiene un precedente en un acuerdo firmado con la Dirección de Recursos Naturales Renovables que desde hace cuatro años controla el trabajo de las mulas en el Parque Aconcagua.
Este programa apunta además a censar la cantidad de animales que trabajan con carretelas. Se estima que existen entre Las Heras, Godoy Cruz y Guaymallén unos 900 caballos en esas condiciones. Sólo en Las Heras se cree que unas 400 familias viven del trabajo de estos animales.
“Los caballos también son la excusa para conocer las condiciones de vida de estas familias y controlar que no haya trabajo infantil. Esto nos va a servir a todos, porque por un lado nosotros vamos a brindar la atención sin costo y ellos se van a tener que comprometer a tirar basura y escombros en los puntos indicados y a tenerlos al día con las vacunas, algo que muchos ya vienen haciendo”, señala Jennifer Ibarra.
Patear la calle
Para muchos trabajadores los caballos y las carretelas son su única fuente de ingreso. Por eso hay cierta desconfianza a pesar del optimista anuncio.
“Yo a la Municipalidad no voy. Si me quitan el animal me quedo sin trabajo y en mi casa somos cinco para comer. Acá nos conocemos entre nosotros; si uno dice que está bien vamos, pero si viene alguno de la Municipalidad no le creo”, dice Blas Araya (60) mientras vuelve de Guaymallén con su carro y su yegua a su casa en el barrio Democracia de Las Heras.
El caballo no es sólo una herramienta de trabajo, sino también algo difícil de conseguir y mantener.
“Yo tengo éste que es alquilado. Me cobran cien pesos por semana. Yo tenía un caballo, pero se me murió y el carro me lo robaron. Después me puse a trabajar en la construcción, pero me pagan tarde y a veces la mitad así que volví a la carretela. Voy a Dorrego y junto escombros, la gente ya me conoce y prefiero hacer esto”, cuenta Marcelo Llanos (30), quien tiene cuatro chicos que a veces lo acompañan en la jornada que empieza muy temprano, cuando van desde su vivienda en el barrio 5.000 lotes de Las Heras hasta Dorrego.
A los trabajadores el anuncio les parece bueno, pero aseguran que no es lo único a tener en cuenta.
“Deberíamos tener un lugar donde tirar las cosas. A veces irse hasta El Borbollón es muy lejos para algunos y le hace mal al animal. Yo lo cuido mucho, le pongo las vacunas y tengo libreta sanitaria”, dice Blas Araya mientras nos muestra que su yegua no tiene lesiones. “Es muy lejos a veces ir al basural y no podemos tirar en cualquier lado, nos vendría bien tener varios lugares para los escombros. Pero a veces no lo pedimos por temor a que nos quiten el caballo. Mucha gente labura de esto y si se lo quitan hay que salir a robar para darle de comer a los chicos”, agrega Marcelo Llanos.
Para dar tranquilidad los responsables del programa señalaron sólo se busca relevar información además de brindar ayuda.
“No tenemos la certeza de la actividad puntual que realizan o en las zonas dónde se mueven, son todas presunciones. Por eso el censo es de ayuda. Además vamos a trabajar con una asistente social que vea las necesidades de cada familia que sabemos que habitan en zonas como barrio Santo Tomás de Aquino o Santa Teresita, pero va a ser un trabajo de hormiga encontrarlos a todos”, explicó Gabriela Vicencio, directora de Ambiente de la Municipalidad de Las Heras.
Trabajo conjunto
El convenio con Las Heras da el puntapié inicial a un acción que la fundación espera poder extender a otros municipios como Guaymallén, Luján o Godoy Cruz. De hecho este último municipio era el único que en algún momento se preocupó por la atención a los caballos carreteleros y ahora se busca mejorar ese servicio.
Además de la atención veterinaria, que incluirá atender las heridas de los animales, revisar su estado general, hacer mejoras en correajes y arneses para que los animales no se lastimen y dar asesoramiento sobre cuidados de estos animales a sus propietarios, se ofrecerán talleres de herrado y trenzado además se entregarán cintas autorreflectivas para los carros para mejorar la seguridad en las calles y baldes para darles de beber.
“Vamos a tener una primera reunión informativa en la primera quincena de enero y creemos que será en la planta procesadora de residuos donde muchos de ellos van a trabajar.
Esperemos que colaboren y queremos tranquilizarlos explicando que no vamos quitarles los animales”, aclaró Ibarra.
El bien más preciado
“Mi reino por un caballo”, dijo Ricardo III, rey de Inglaterra y la frase fue inmortalizada por Shakespeare. El soberano ofrecía todo lo que tenía por un equino que le ayudara a ganar una batalla para conservar el trono. En el mundo hay quienes no tienen un reino, pero también darían todo lo que poseen por uno ya que representa una fuente de ingresos muy importante.
Un informe indica que hay 300 millones de animales de trabajo en todo el mundo y el caballo encabeza la lista. En muchos casos ahorran millones de toneladas de combustibles en transporte y benefician el medio ambiente al no generar polución.
La domesticación del caballo permitió al hombre viajar grandes distancias y lo sumó al sistema productivo como herramienta de trabajo. Pero la relación se extendió más allá de lo laboral.
En nuestro país la imagen del General San Martín es inseparable de su noble corcel y en cada plaza o monumento ambos fueron retratados casi como amigos.
La ficción también le dio un lugar especial al hacerlo compañero de batallas de personajes como “El llanero Solitario” o “El Zorro”, y en los últimos tiempos se sumó la “equinoterapia” como parte de los tratamientos para chicos discapacitados.
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