Con el proyecto de robot subacuático, Matías Robador, además de ser reciente magíster de Ingeniería en el Instituto Balseiro (IB), se consagró en el tercer puesto del concurso INNOVAR, en la categoría Universitarios y Terciarios. Recibió un trofeo de madera y un incentivo económico de 31 mil pesos.
El certamen busca impulsar la cultura innovadora en los diferentes ámbitos productivos del país. Los proyectos que se presentan son evaluados en función de su novedad, impacto social y comercial y grado de desarrollo alcanzado. En la ocasión compitieron cerca de tres mil proyectos entre las 5 categorías participantes.
Matías tiene 28 años, es oriundo de San Salvador de Jujuy y criado en Salta. En 2014 se graduó como ingeniero Mecánico del Instituto Balseiro -dependiente de la UNCUYO y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)- con el proyecto integrador de un dron subacuático. Ese año se presentó en el concurso INNOVAR y ganó el primer premio en la categoría “Innovación en la Universidad”.
“La principal motivación surgió de la necesidad de inspeccionar visualmente los componentes internos del recipiente a presión del reactor CAREM25, un reactor nuclear SMR100% argentino que está en construcción”, explicó Robador. Asimismo dijo que con ese robot se evitaría exponer a las personas al ambiente radiactivo de la central nuclear, ya que podrían operarlo a control remoto desde una zona segura.
El joven continuó trabajando en el diseño de un módulo robótico para inspección de ambientes subacuáticos que presentó como proyecto final de su tesina. Era una versión optimizada que llamó “Robotino 2.0” y fabricó un prototipo funcional que luego puso en práctica.
Para el certamen realizó mejoras en la instrumentación y electrónica de todo el módulo: incorporó inerciales y ultrasónicos, un sensor láser de distancia y uno de presión, temperatura y detectores de filtraciones de agua, entre otros componentes.
Además participó de la primera exposición de póster de becarios de la CNEA que se realizó en el Centro Atómico Constituyentes. Allí recibió el primer premio en una competencia de pósters.
Matías adelantó que el proyecto continúa en desarrollo y que se encuentra en el Laboratorio de Robótica del Instituto Balseiro, donde un estudiante de Maestría recién egresado está trabajando en el control de movimientos del vehículo. En otro orden, agradeció a sus directores de tesis de maestría, Luis Rovere y el magíster en Ingeniería Tobías Quispe, y a todo el grupo de Robótica del proyecto CAREM por acompañarlo en su trabajo.
Estudiar en el Balseiro
Matías Robador comentó su experiencia en el Instituto Balseiro. “Mi balance es altamente positivo. Como dice el eslogan: ‘Estudiar en el IB es : diferente’, esto tiene sus ventajas y desventajas. Sin embargo, para mí las primeras superan por lejos a las segundas”.
Respecto a su carrera, el joven resaltó el amplio campo de aplicación de la Ingeniería Mecánica: “Puede ser de gran utilidad en áreas muy diversas, que van desde ámbitos de investigación y desarrollo, aplicados a robótica, energías renovables, ciencia de materiales, nanotecnología, etc.; hasta industrias muy variadas, como la nuclear, aero-espacial, petróleo y gas, minería, automotriz, entre otras”.
Comentó que lo que más le costó fue estar lejos de su familia, mientras que entre los beneficios, consideró la independencia económica gracias a las becas completas, la alta calidad de la educación, que es personalizada, el ambiente de compañerismo que se genera y el prestigio que brinda haber estudiado en el Balseiro. “Por todo esto, puedo decir que tanto como estudiante de grado, como de Maestría, siempre me sentí muy afortunado de haber estudiado en el Balseiro. Estoy inmensamente agradecido al Instituto por haberme dado la oportunidad de crecer tanto profesional, como personalmente en este lugar, rodeado de paisajes naturales impresionantes”, destacó.