En 2016 L’Oréal-Unesco –en colaboración con el Conicet- entregó el Premio Nacional «Por las Mujeres en la Ciencia» a la profesora del Instituto Balseiro, Fabiana Gennari, por su investigación sobre el diseño y el desarrollo de materiales nanoestructurados para la producción y el almacenamiento de hidrógeno.
Gennari recibió 250 mil pesos por su proyecto. Ella dirige un equipo de 11 profesionales en distintos estadios de formación en el Centro Atómico Bariloche de la CNEA. «Trabajamos de forma aunada con un objetivo común de desarrollo de materiales para aplicaciones energéticas y medioambientales» remarcó la profesional de la UNCuyo.
La investigadora principal del Conicet y de la CNEA empezó a dar clases en el Instituto Balseiro de la UNCuyo en 2005. Es ingeniera Química por la Universidad Nacional del Comahue y doctora en Ingeniería por la Universidad Nacional de La Plata.
Comenzó a trabajar con el tema del almacenamiento de hidrógeno en el 2000. Explicó que la producción del hidrógeno tiene como principal aplicación la generación de electricidad en regiones que están alejadas del tendido eléctrico. «El hidrógeno se usa para quemar en un motor de combustión interna, que es menos eficiente, o en una celda de combustible, que es una tecnología que ya tiene mercado como las baterías de los celulares. Así obtenemos la energía que necesitamos para la actividad cotidiana y el agua, resultando de este modo un proceso de generación de energía amigable con el medio ambiente» indicó Gennari.
as sublíneas del proyecto
Se titula «Producción y almacenamiento de energía limpia de manera sustentable» y contiene cuatro etapas. La primera de desarrollo de catalizadores para producir hidrógeno. La segunda de producción de materiales tipo “esponjas” para almacenar hidrógeno, que son matrices sólidas de compuestos denominados “hidruros”.
El hidrógeno no está “suelto” en la naturaleza, sino que siempre integra compuestos como por ejemplo el agua (H2O). Gennari y su equipo producen el hidrógeno a partir de una mezcla de etanol y agua, que es producto de la fermentación de residuos vegetales o biomasa.
La tercera de desarrollo de materiales cerámicos nanoestructurados que capturan el CO2 y que se llaman “óxidos mixtos”. «Desarrollamos materiales que capturan, absorben e incorporan en su estructura, por un enlace químico, el CO2 y que forman un nuevo compuesto que es estable y que no es nocivo para el medio ambiente» señaló la científica.
La cuarta es evaluar qué se podría hacer con el CO2 almacenado. «Se puede usar para producir otro compuesto de valor agregado para la industria, como por ejemplo el metanol, que sirve de precursor de otros procesos como la producción de plástico; o se puede dejar así para realizar una disposición final» detalló la investigadora.