El premiado científico falleció sorpresivamente el lunes en la noche. San Rafael perdió a un investigador reconocido nacional e internacionalmente por su trabajo en las ciencias naturales y la historia.
Si bien es cierto que en los últimos meses su salud lucía desmejorada, el fallecimiento del doctor Humberto Lagiglia sorprendió no solo a la comunidad sanrafaelina, sino también a gran parte de la provincia y el país donde el fundador del Museo de Historia Natural de San Rafael había logrado contactarse con colegas de la rama antropológica, arqueológica y de ciencias naturales.
El doctor Lagiglia nació en nuestra ciudad el 13 de junio de 1938. Sus padres, de origen siciliano, habían llegado a nuestra provincia en los albores del siglo pasado. En 1935 la familia, residente en Mendoza, resolvió radicarse en San Rafael luego que una manga de langosta perjudicara sus actividades agrícolas. Al poco tiempo de estar en nuestra ciudad la familia inaugura una fábrica de helados, que funcionó durante varios años.
Humberto realiza su educación primaria en la escuela "Rodolfo Iselín" y sus estudios secundarios en el Colegio Nacional "Manuel Ignacio Molina", obteniendo el título de bachiller en 1957. Cuando estaba por iniciar el tercer año del secundario entusiasma a un grupo de amigos y el 26 de febrero de 1955 funda el Instituto de Ciencias Naturales de San Rafael. Al concluir el ciclo secundario viajó a la ciudad de La Plata, donde comenzó sus estudios universitarios en la Facultad de Química y Farmacia, pero su afición por la antropología y la historia lo llevaron a proseguir en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad de esa ciudad, donde obtiene el título de licenciado en Antropología con orientación en Arqueología en 1973.
Posteriormente alcanza el título de doctor en Ciencias Naturales, con orientación antropológica, en 1977. Su actividad académica empezó en la cátedra de Botánica de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de la Plata como auxiliar docente (1963 a 1966), y luego fue docente adscripto a la cátedra de Técnicas de Investigación.
Frases del "Tito" para recordar
"Acá hacemos lo posible para mantener algo que costó 53 años llevar adelante, pero si esto continúa así vamos a perder lo que logramos". (Declaraciones a Diario San Rafael, ante el mal estado del edificio que ocupa el Museo, su creación).
"Lo mío es una circunstancia en esta pequeña historia. El museo fue obra de mucha gente que con su esfuerzo lo hizo perdurable hasta hoy y seguramente los que vendrán lo harán para toda la vida". (Entrevista de nuestro diario al director del Museo).
"San Rafael ha contado con excelentes personajes a lo largo de su rica historia. Cualquiera de ellos recibiría un gran homenaje si el Museo de Historia Natural llevara el nombre de algunos de ellos. Mi paso por él ha sido circunstancial, y nada más". (Entrevista de nuestro diario ante la propuesta de la comunidad de poner el nombre del doctor Lagiglia al museo).
"Nosotros, a través del trabajo científico, le aplicamos a esa magnífica tarea el corte y la validez etimológica, la contrastación y la verificación histórica. Por eso el museo surge con la finalidad de reunir el repositorio natural y cultural, y para ello contamos con un archivo histórico y fotográfico que es envidiable en todo el país".
"Logramos mucho reconocimiento por las tareas que se realizan en el museo, pero observamos que los poder públicos destinan su atención a otras áreas y no hay un acercamiento para apoyar la cultura". Lagiglia hablaba de su impotencia al no encontrar respuesta del poder político a su magnífica propuesta cultural.
Como parte del merecido homenaje a Humberto Lagiglia, proponen que se imponga su nombre al Museo de Historia Natural de San Rafael, la gran obra y legado cultural del científico para las presentes y futuras generaciones del departamento y de la provincia.
La iniciativa corresponde al concejal Alejandro Limas, quien presentó un proyecto junto a su par de bancada Edgar Rodríguez para que se apruebe una ordenanza de imposición del nombre.
La propuesta tiene sobrados fundamentos, muchos de los cuales se conocen y que también se detallan en esta misma edición de nuestro diario.
Los últimos días lo vimos silencioso y con tristeza en su mirar. El doctor Humberto Lagiglia, "Tito", ya no era el mismo; sus inquietudes, sus sueños, su fuerza y solidez para seguir luchando, como lo hizo toda su vida, las había perdido desde que alguien lo arrancó de la formidable obra que él creó y a la que dedicó su vida.
Y el Tito se fue del museo. Envuelto en la melancolía y el sufrimiento, como quien pierde un hijo, se replegó. No podía creer que lo que construyó con sus manos y la perseverancia de una vida se lo quitaran bruscamente.
Alguien nos comentó, no hace mucho, que el Tito pasaba en su auto frente al museo de la Isla y se detenía en la calle para ver, en silencio y con lágrimas en los ojos, la antigua casona que atesora los recuerdos históricos que el supo rescatar.
Hoy que se ha ido escuchamos elogios de distintos funcionarios y dirigentes hacia su persona. Pero cuando le dieron "de baja" ninguno de ellos salio a defenderlo con la firmeza que ameritaba la obra que nos legó.
Debemos ser concientes que el Tito murió, en gran medida, de tristeza al ser separado de lo que quería como un hijo.