Un proyecto de extensión universitaria "Mauricio López" en cuatro barrios del Gran Mendoza promueve el cuidado de la salud en embarazadas a través de la correcta alimentación. Se trata de difundir hábitos alimentarios saludables en un grupo de 50 mujeres en edad fértil pertenecientes a los barrios urbano-marginales, como La Gloria, Huarpes II y III, Tres Estrellas y Pablo VI. Interviene un equipo de especialistas de Enfermería y Medicina.
La metodología es la realización de talleres interactivos y participativos en el Polideportivo Padre Jorge Contreras y los jardines maternales Gotitas de Miel y Crecer Juntos.
El equipo de extensionistas trabaja en distintas áreas del ámbito de la salud: obstetricia, con la captación e inclusión de las mujeres de alto riesgo de obesidad a través del control de embarazo; nutrición, planificando la alimentación teniendo en cuenta hábitos, situación económica y geográfica de la población, y estableciendo pautas de higiene, selección y preparación de los alimentos; también en enfermería, con la educación para la promoción y prevención de factores de riesgo; y desde la medicina detectando factores de riesgo.
“Intentamos, más que una planificación alimentaria, implementar la promoción de la salud entre la población femenina durante la edad fértil. O sea que nos dedicamos a la mujeres pre, durante y pos embarazo, para ayudar a cuidarse mejor”, explicó Norma Carrasco, médica a cargo del proyecto.
Según detalló, los temas centrales a difundir entre la población objetivo son el hábito alimentario, el ejercicio físico, los controles preventivos (los que evitan enfermedades) y la salud reproductiva, entre otros.
“Las actividades son siempre talleres interactivos, nunca tipo clase, siempre participativos, y tratando de escuchar más que hablar. Tratamos de ir a los lugares donde ya concurren las personas destinatarias, o sea, las mamás de los jardines maternales, escuelas, otros grupos de mujeres barriales”, amplió Carrasco.
El objetivo principal del proyecto es el cambio de algunos hábitos no saludables entre las mujeres en edad fértil en estos barrios. “Las madres más sanas criarán a personas más sanas, no sólo físicamente sanas, sino integralmente sanas”, reflexiona la especialista.
La idea para desarrollar el trabajo de extensión de la Universidad en esta comunidad apareció al observar un aumento de alteraciones en el peso y tipo de alimentación de las embarazadas, además de embarazos complicados por distintas razones psicofísicas y sociales, y una creciente tendencia al embarazo adolescente.
Diálogo con la comunidad
La secretaría de Extensión Universitaria ideó los proyectos “Mauricio López” con el objetivo de reforzar los vínculos con la sociedad y construir un espacio de reflexión sobre la relación entre la comunidad y la Universidad.
El programa lleva el nombre de “Mauricio López” en homenaje al profesor Mauricio Amílcar López quien fue docente de la UNCuyo y primer Rector de la Universidad Nacional de San Luis. Se lo recuerda por su gran trayectoria universitaria y su vínculo con las causas populares y simboliza calidad académica y compromiso social. López es uno de los miles de desaparecidos como consecuencia del terrorismo de Estado impuesto por la última dictadura militar.
Las convocatorias para presentar proyectos se dirigen, desde hace tres años, a todos los claustros de la UNCuyo. De este modo, estudiantes, docentes, personal de apoyo académico y graduados de distintas unidades académicas pueden conformar equipos de trabajo con pluralidad de miradas que aporten soluciones y construyan propuestas a diversos problemas sociales.
La cantidad de proyectos, los montos destinados a financiarlos, y también la cantidad de miembros de los equipos extensionistas fueron creciendo con cada convocatoria. En 2008 participaron 150 universitarios, en 2009 esa cifra creció hasta 250 personas de diversos claustros de la UNCuyo, en 2010 que se ejecutó durante este año, fueron 375 las personas que quisieron proponer planes y proyectos. Para este año se incrementó el monto por proyecto que se llevó de 12 mil a 14 mil pesos. Así en tres años 775 docentes, estudiantes, graduados y empleados de apoyo académico se propusieron trabajar en equipo y con miradas diversas y pluridisciplinares en algunos casos, lograron identificar un problema social y buscaron maneras de abordarlo y ofrecer soluciones.