El proyecto se denomina “Cultivos de microalgas asociados a plantas cementeras” y se inscribe en el área temática “Biotecnología – Tecnología aplicada a la energía”.
La presentación y defensa del trabajo, ante un Jurado especialmente constituido, estará a cargo de la representante legal administrativa María Florencia Codina, ingeniera industrial y becaria del CONICET. Tendrá lugar el próximo viernes 25 de noviembre, en el Instituto Balseiro.
Con la dirección del ingeniero Jorge Barón, integraron el equipo Stella Maris Da Silva, co-directora; Carolina García, microbióloga; Carlos Irigo, ingeniero; Guillemo García, técnico.
Además, los estudiantes avanzados Florencia Gobbi y Gabriela Pérez, de Ingeniería Industrial, y Julio Buonfigli, de Ciencias Básicas (UNCuyo); Anahí Fonollá, Paula Sacre y Emmanuel Merlo, de Ingeniería Química (UTN-Facultad Regional Mendoza), y Mariángeles Avila, de Bioquímica Universidad Maza). Se contó, además, con el apoyo de la especialista en el cultivo de microalgas María Virginia Sánchez Puerta.
La Fundación Universidad Nacional de Cuyo (FUNC) aportó su apoyo en temas financieros, relación institucional, comercialización, estudios de mercado, desarrollo de productos tecnológicos, protección de propiedad intelectual y gestión de fondos.
El proyecto consiste en implementar un sistema de cultivo de microalgas en plantas cementeras como medio de mitigación de gases de efecto invernadero y de producción de biomasa útil como combustible. Se trata de una idea innovadora, sustentada en experiencias a pequeña escala y no explotada aún a escala industrial, con alto potencial de negocio ya que la integración de tal cultivo a una planta cementera posibilita no sólo mitigar emisiones de CO2, sino también reutilizar la biomasa obtenida como combustible en los hornos. Como resultado, se reducirá la dependencia de combustibles fósiles y también los costos operativos.
El mercado de las plantas cementeras es apropiado para estos sistemas, ya que tienen una elevada producción de CO2 y una demanda (usualmente insatisfecha en meses de invierno) de combustibles para mantenerse operativas.
Desde el año 2009 y en el ámbito de la UNCuyo, el equipo de investigación cuenta con un laboratorio completo destinado exclusivamente al estudio de las microalgas y a la optimización del proceso productivo para su aplicación industrial.
Allí, ha logrado identificar tecnologías promisorias para cada etapa del proceso, con especial innovación en la cosecha. También, se han logrado avances importantes en el desarrollo de dispositivos de disolución de CO2, un aspecto inherente del proceso de cultivo de microalgas. Estas tecnologías han sido probadas a escala de piloto pequeño (del orden del m2), arrojando resultados altamente satisfactorios. El paso siguiente es emprender un piloto del orden de la hectárea, para poner a punto las técnicas y procedimientos que permitirán su aprovechamiento rentable a escala industrial.
La originalidad de la propuesta se basa en la introducción de estas tecnologías en el mercado regional o nacional. En este sentido, el proyecto tiene alto potencial de liderazgo gracias a los avances logrados en experimentaciones propias a lo largo de dos años de investigación.
La oportunidad de negocio del proyecto radica fundamentalmente en dar impulso a un mercado no desarrollado y con gran potencial de crecimiento, dado por el cultivo de microalgas asociado a plantas cementeras. El negocio será ofrecer a estas industrias una herramienta para resolver dos importantes problemas inherentes a su proceso productivo, relacionados con el actual escenario medioambiental: las emisiones de gases de efecto invernadero.