Con esta premisa, un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias Básicas de la UNCuyo está analizando en laboratorio los efectos de la deficiencia de hormonas tiroideas en el desencadenamiento normal del parto en ratas y cómo se modifican estos efectos cuando se revierten a niveles hormonales normales usando fármacos experimentales sintéticos similares a las hormonas tiroideas naturales.
“Las patologías tiroideas son una de las endocrinopatías más comunes a nivel mundial, ya que en numerosos lugares del mundo las alteraciones tiroideas están íntimamente ligadas con la deficiencia en el aporte de yodo en la dieta alimentaria”, explica la doctora María Belén Hapon, que encabeza la investigación. Y agrega: “La mayoría de los estudios contemplan la relación entre la deficiencia de yodo en la dieta y la deficiencia de hormonas tiroideas, que en el humano tiene consecuencias deletéreas como son la presencia de bocio endémico y cretinismo”.
Según detalla Hapon, las hormonas tiroideas participan en la diferenciación, el crecimiento y el metabolismo celular. Su estudio analiza los efectos sobre la salud reproductiva de la mujer cuando escasean o se exceden, que abarcan desde manifestaciones en el ciclo menstrual, infertilidad, problemas durante el embarazo y también consecuencias en el recién nacido.
“Nuestro grupo de Investigación ha realizado numerosos trabajos a nivel básico utilizando ratas como modelo animal y donde se contemplan los efectos y consecuencias que tiene la inducción de tanto el hipo como el hipertiroidismo sobre la eficiencia reproductiva, el mantenimiento de la preñez, el desencadenamiento del parto y el progreso de la lactancia”, amplía la Dra. en Bioquímica e investigadora, para quien “queda mucho por aprender respecto a cómo las hormonas tiroideas regulan la expresión de genes específicos y diversas funciones celulares en órganos esenciales para el proceso reproductivo, como son el cuerpo lúteo y la glándula mamaria”.
También es incierto para la ciencia aún si la acción específica de las hormonas tiroideas es determinante para el mantenimiento de la preñez y la lactancia. “Nuestros estudios sobre los efectos del hipo e hipertiroidismo en la reproducción femenina tienen el objetivo de aportar conocimientos sobre las consecuencias de estas patologías durante la gestación y el postparto. Por lo tanto, la caracterización de estas alteraciones y sus consecuencias permitirá desarrollar enfoques terapéuticos y preventivos novedosos”, reconoce Hapon.
Por el momento, se sabe que la prevención es clave
para que las mujeres en edad reproductiva no sufran las consecuencias de estas
patologías. En primer lugar, mantener un aporte adecuado de yodo en la dieta y
reforzarlo durante el embarazo. Y si éste no resulta adecuado, “se debe
realizar el reemplazo farmacológico de hormonas tiroideas siempre bajo control
médico. También los resultados de nuestra investigación nos permiten describir
la posible utilización de compuestos sintéticos similares a las hormonas
tiroideas para contrarrestar los efectos perniciosos de la deficiencia de las
mismas durante la gestación y la lactancia”, cierra la investigadora.