La facultad de Derecho propició las jornadas “La niñez y adolescencia en tiempos de globalización” para reflexionar sobre las prácticas jurídicas al cumplirse tres décadas del tratado internacional de la Asamblea General de Naciones Unidas. La propuesta se enmarcó en la Semana de Internacional de Derechos Humanos en la UNCUYO.
Desde la consagración de los principios en la Convención de 1989 ¿cuánto se progresó hasta la fecha?, ¿cuáles son las deudas?, ¿cómo pararse frente a los grandes desafíos que enfrenta la niñez actual y la del futuro próximo? Esos interrogantes guiaron las disertaciones de especialistas en Derecho de Familia locales y nacionales, como las doctoras Marisa Herrera, Eleonora Lamm, Mariel Molina de Juan y Aída Kemelmajer de Carlucci.
La Convención -que cumple 30 años el 20 de noviembre- sentó las bases del sistema integral de protección de los derechos de los niños al reconocerlos como sujetos plenos de derechos y garantías, mediante la consolidación de cuatro principios estructurales: el derecho a ser oído, a la no discriminación, a la vida y el desarrollo, y la consideración primordial del interés superior del niño, al tiempo que jerarquizó sus derechos fundamentales como la educación, la salud y la identidad.
Abrieron el encuentro el decano Fernando Pérez Lasala; la vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero; el ministro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Julio Gómez; la profesora Emérita Aída Kemelmajer de Carlucci; la defensora General de la Provincia, Mariana Silvestri; y la profesora de la cátedra Derechos de las Familias Mariel Molina de Juan.
“Vamos a intentar trabajar algo sumamente importante que sucedió en 1989. La Convención fue un gran desafío para todos los países signatarios” dijo el Decano. Y agregó: “Estos 30 años nos muestran las familias, la niñez y la adolescencia de una manera diferente”. En ese sentido señaló que los principios planteados en esa declaración son los mismos (libertad, justicia y paz) pero que es imprescindible adaptarlos al nuevo mundo. “Tenemos ver cómo hacemos con estos derechos a estos niños de ahora” enfatizó.
En tanto que la Vicegobernadora agradeció y felicitó a la Facultad por la iniciativa. “No es menor que ustedes estén poniendo la mirada en el futuro, en los desafíos que se enfrentan cuando se quieren tutelar, efectivamente, los derechos de los niños” afirmó. Y se explayó contextuando que el nuevo milenio trajo aparejado dos revoluciones industriales: la Internet con la big data, y la inteligencia artificial, la robótica y la automatización, advirtiendo que los niños de esa Convención no son los del presente y menos los del futuro.
“La dinámica de los cambios es arrolladora. Entonces la brecha que se produce entre las normas, los tratados, lo que ya hemos constitucionalizado, le hemos dado forma jurídica, y su verdadera implementación y tutela efectiva es inmensa, gigantesca. Y necesita que haya gente preparada y formada que esté a la altura de las circunstancias para enfrentar esos desafíos. Y se necesita hacerlo de manera colaborativa, sin abandonar ninguna de las miradas que puedan aportar al proceso. A veces esos pasos que se van dando a nivel de la legislación, van tratando de hacer efectivos esos derechos” aseguró.
Finalmente Montero recalcó: “Nada se soluciona desde lo individual. Nada se soluciona con una norma. Este mundo globalizado nos interpela a todos. La velocidad de los cambios es alucinante, y nuestros chicos están cada vez más expuestos a cosas que todavía no alcanzamos a dimensionar. Esto nos tiene que convocar a todos y todas trabajando en un clima de colaboración, donde podamos escuchar todas las voces, pero sobre todo en los ámbitos institucionales, tendiendo vínculos sanos con la ciudadanía. Y acá tenemos una gran responsabilidad los poderes del Estado. Creo que hay que pensar sistémicamente pero también colaborativamente. Y este lo veo como el camino ineludible para poder tutelar efectivamente esos derechos”.
Por último, la profesora Molina de Juan deslizó que a 30 años de la Convención la agenda de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es un tema complejo. Puso de relieve la diversidad de temas pero también aseguró que muchos de aquellos problemas son los mismos de hoy y que todavía esperan una respuesta. Dijo que al hambre, la pobreza, las violencias, la explotación, la exclusión social actualmente se suman otros temas derivados de la era digital. Por ejemplo, niños y adolescentes desconectados en un mundo híper conectado, la exposición y el derecho a la privacidad en niños que van a llegar a su vida adulta con una historia digital que no han podido controlar, altos índices de depresión en adolescentes y el gran dilema del cambio climático frente a un derecho al medioambiente sano. En ese sentido subrayó: “De la misma manera que la infancia ha cambiado, también tenemos que cambiar la forma de abordarla”.