Por María Soledad Moreiras
Departamento de Escenarios Latinoamericanos
02/05/06 Hugo Chávez anunció hace dos semanas que la Comunidad Andina de Naciones (CAN) está muerta, que sólo "sirve a las élites, a las transnacionales" y que su país abandona el bloque y apuesta al Mercosur, que necesita una "transformación" para poder seguir en pie. Además agregó que la CAN “no sirve a los indios, a los negros, a los blancos o a los pobres. No le sirve a nuestro pueblo y no sólo no le sirve, le perjudica".
El hecho que precipitó esta decisión por parte del primer mandatario venezolano fue la decisión de dos de los miembros de la CAN, Perú y Colombia, de realizar acuerdos comerciales con el gobierno de Estados
Unidos.
A partir de estas declaraciones comenzaron una serie de entredichos y conflictos entre los países miembro, que agravan y profundizan las relaciones del ya herido bloque andino. Por un lado Colombia y Perú alegan que la legislación del CAN permite realizar acuerdos comerciales a los miembros del bloque con terceros países. Por otro, el resto de las naciones integrantes cuestiona la repercusión negativa que esta decisión conlleva en sus territorios.
Así por ejemplo, el principal problema para Bolivia lo representa el mercado de la soja. Los productores de soja temen perder el mercado colombiano ante una oferta masiva de soja subvencionada estadounidense como consecuencia del tratado. Y este miedo está más que justificado si tenemos en cuenta que, según datos extraídos de la página de la BBC Mundo, Colombia es un importante mercado para la soja boliviana. Sólo en el año 2005, las exportaciones totales bolivianas de soja y sus derivados sumaron US$255 millones y US$170 millones fueron captados por Colombia. Este mercado genera 120 mil empleos directos e indirectos.
La historia de la Comunidad Andina comenzó en 1969 cuando los representantes de los gobiernos de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú firmaron el Acuerdo de Integración Subregional, más conocido como Pacto Andino. En 1973 Venezuela pasa a formar parte del acuerdo, y tres años más tarde –en 1976- Chile abandona el bloque. Durante la década de los años ochenta los países enfrentaron una dura crisis económica que se vio reflejada en un estancamiento para la integración. Pero a partir de los años noventa se puso en marcha el proceso de formación de la zona de libre comercio, que comenzó a operar en 1993, y se adoptó un arancel externo común en 1995.
La zona de libre comercio es el primer paso hacia la integración regional, que permite que los países que lo suscriben no tengan entre sí aranceles ni barreras comerciales de ningún tipo.
La integración llevada a cabo en los países trae consecuencias positivas para la región. Así en la página oficial de la comunidad andina, www.comunidadandina.org el Presidente del Consejo Consultivo Empresarial Andino (CCEA), el venezolano José Luis Betancourt, marcó que para el crecimiento de la región el retiro de Venezuela representa un grave retroceso. Betancourt destacó además los logros más importantes del proceso de integración, como el dinamismo del comercio intra-andino que creció en 82 veces desde 1970 al 2005, al pasar de 111 millones de dólares en 1970 a 9.072 millones de dólares en el 2005.
Este modelo de integración, como consecuencia de la decisión venezolana, se vería interrumpido. Chávez propone una matriz integracionista con características distintas. Según el economista opositor venezolano Ochoa, en una entrevista realizada con Unión Radio de Venezuela dijo que "Si Venezuela decide establecerle aranceles a los productos colombianos y Colombia en respuesta coloca aranceles a los productos venezolanos, nosotros vamos a generar daños económicos a nuestro país".
Hay que tener en cuenta que hay cuatro niveles en el proceso de integración. Luego de la Zona de libre comercio, sigue la Unión Aduanera, que implica el establecimiento de un arancel externo común. Luego, el Mercado Común, que además de lo nombrado supone la libre circulación de factores de producción –en esta etapa se encuentra el MERCOSUR-. El último paso en este proceso de integración es la Unión Económica, en donde se suma la coordinación de políticas macroeconómicas hasta llegar a una moneda común. Este es el caso de la Unión Europea.
Esta evolución para la integración tiene en cuenta medidas económicas. Sin embargo, la integración a nivel de sociedad es mucho más difícil de lograr. Más aún cuando los propios mandatarios de los países muestran que no pueden resolver sus diferencias y llegar a acuerdos que los beneficien mutuamente. Esto es lo que se observa después de los recientes hechos ocurridos en nuestro continente.
Los enfrentamientos entre Perú y Venezuela ponen en peligro las relaciones diplomáticas de ambos países entre sí (ver más abajo “Dichos encontrados”). Pero este no es el único caso, también los desacuerdos entre Uruguay y Argentina representan un ejemplo. Estos países no llegan a encontrar una solución para el conflicto de las papeleras y la situación que lleva casi dos meses, cada vez se agrava más.
Dichos encontrados
Chávez fue el primero en realizar duras críticas a sus pares por haber realizado el tratado con Estados Unidos. Como respuesta, Alan García (candidato presidencial para la segunda vuelta en Perú) llamó al mandatario venezolano “sin vergüenza” por criticar a Perú por la firma del acuerdo y al mismo tiempo vender petróleo venezolano al gobierno norteamericano. Esto desató una avalancha de declaraciones entre ambas personalidades que todavía continúa.
La respuesta de Chávez no se hizo esperar. Arremetió contra García sin tomar recaudos en cuanto a diplomacia o buenas formas y lo llamó “ladrón de cuatro esquinas y truhán”. Además declaró que retiraría a su embajador de Perú si Alan García salía elegido electo, según informó el diario El Nacional de Venezuela.
Después de estas afirmaciones el presidente Alejandro Toledo dijo el viernes pasado que no aceptará "amenazas'' y "chantajes'', de su colega venezolano. Y además presentó una queja por la “fragante intromisión” del gobierno venezolano en las elecciones peruanas. Las acciones no terminaron aquí, también presentó los hechos ante la Misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que actúa como observadora de los comicios electorales en el país y espera una respuesta de la institución.