La semana pasada iniciamos una charla con Javier Vaquer, psicólogo de la Secretaría de Bienestar Universitario, que atiende gratuitamente a estudiantes en Salud Estudiantil (edificio del Comedor). Seguimos: hoy hablamos de las crisis vocacionales.
¿Cuál es?
Indica Vaquer: “Se trabaja con proyectos de vida de la persona. Dentro de eso, está el tema del estudio. Cuando alguien tiene problemas de estudio severos, por razones cognitivas, sociales o familiares, se trabaja un proyecto de vida alternativo, más allá del estudio.”
Muchos estudiantes cargan la presión familiar, de los padres sobre todo, “darles la alegría del título”… ¿Pero cuando la carrera que siguen para alcanzar ese título no satisface?
–Son frecuentes las crisis vocacionales, avanzadas en la carrera. Se inician en primer año, pero por la presión de los padres la arrastran, hasta tercer o cuarto año. Ello lleva a mal rendimiento. Yo les explico que la memoria requiere motivación, si no me gusta, no se graba la información. Tocás ese tema y empiezan a temblar. ‘Perdí tres o cuatro años de mi vida’, te dicen. Yo les advierto que yo, como psicólogo, pienso en su futuro, qué pasará a los cincuenta años… Este tema está generalizado, pero no aparece como motivo de consulta, aparece luego, es una crisis encubierta.
“Voy a colgar el título”
¿Qué motiva a continuar a los alumnos que están, justamente, desmotivados?
–Muchos sienten culpas por el tema económico: los padres le pagan las fotocopias, el abono… Y hay gente que se recibe así.
–¿Y qué va a pasar luego con ese profesional?
–No tendrá desarrollo pleno de su bienestar psicológico o no se dedicará. Dicen ‘Colgaré el título y no haré otra cosa’, sin darse cuenta del costo psicológico enorme que eso tiene.
Vaquer teme que muchos estudiantes eligen la carrera por descarte. “Quieren ser médicos, pero no pueden entrar, entonces estudian una tecnicatura. O, lo veo en mi profesión, quieren ser psicólogos, pero no pueden pagar la cuota, y terminan en Ciencias de la Educación o en Trabajo Social…”
¿Por qué se estudia psicología sólo en universidades privadas?
El psicólogo nos dio pie. Hacemos una digresión. ¿Cómo es posible que, siendo la psicología una disciplina legitimada en el espacio académico y muy demanda por estudiantes, no se encuentre en la universidad pública?
En los '70, como ocurrió con otras carreras, fue cerrada por la dictadura. Pero a diferencia de ellas, psicología nunca reabrió. En 1986 un grupo de estudiantes de una universidad privada hizo la gestión en la UNCuyo, pero no resultó. (Por la misma época, afortunadamente, un grupo de Comunicación Social proveniente de otra universidad privada sí lo logró.)
Por ello, la enseñanza de la psicología actualmente es un gran negocio en Mendoza: está presente en cuatro universidades privadas. La cuota ronda los 300 pesos mensuales. Eso restringe el público que puede estudiarla. Entonces, si nos detenemos a pensar, descubrimos que los psicólogos de nuestra provincia, egresados aquí, pertenecen a un sector social acomodado. Dado que irse a estudiar a San Luis, donde la carrera es pública, también tiene su costo (pasajes, alquiler…), podemos temer que los sectores populares de Mendoza están condenados a no estudiar psicología.
Germán Fernández
Para ¡en contActO!, boletín de la Secretaría de Bienestar Universitario
2006