“Todo junto es basura, pero por separado son recursos”, dice una premisa muy presente en la economía circular. ¿A qué se refiere? A la posibilidad de separar los residuos para detectar lo que puede ser reutilizado o reciclado para que vuelva al sistema productivo. En ese círculo es clave el rol del recuperador urbano, quien se encarga de recorrer las calles, reunir el material, separarlo y darle una nueva oportunidad.
El Instituto de Ciencias Ambientales (ICA) de la Universidad Nacional de Cuyo entiende esta realidad y por eso busca acompañar al sector para optimizar su tarea. “El Programa de Residuos trabaja desde sus inicios con los recuperadores urbanos, entendiendo que son actores muy importantes en la economía circular”, explicó Cristina Pampillón, coordinadora del programa de la UNCUYO.
La experiencia en El Borbollón
Con la idea de ayudar a resolver los problemas de movilidad de un grupo de recuperadores del barrio Santo Tomás, de Las Heras, el ICA desplegó un proyecto de extensión con miras a optimizar la recuperación de residuos.
La iniciativa incluyó la capacitación en gestión de residuos, en herramientas para el diseño de rutas de recolección y la confección de folletería que envían a los vecinos por whatsapp para que se adhieran al programa.
Además se entregaron dos carros diseñados y creados desde la Universidad. En la elaboración participaron estudiantes de diseño de la facultad de Artes y Diseño y del Instituto Tecnológico Universitario. Fueron recuperadores urbanos quienes evaluaron la propuesta que mejor se adaptará a su labor.
“José pasa todos los días, casa por casa, recolectando residuos con el changuito de sus hijos. Por eso, este carrito es muy importante para él. Ahora va a poder hacer su trabajo en mejores condiciones”, contó una de las referentes del grupo de recuperadores para evidenciar el aporte que significa la movilidad para el sector.
Homenaje a David Ayala Parrado
Los vehículos entregados cuentan con elementos de seguridad personal y vial completos, entre ellos se encuentran matafuegos, kit de herramientas, guantes, chaleco reflectante, por lo que su circulación está de acuerdo a la ley de tránsito. Tienen un sistema de manejo que pueden ser arrastrados o empujados y también pueden ser movilizados por medio de una moto o bicicleta.
El proyecto lleva el nombre David Ayala Parrado, en honor a un trabajador de la UNCUYO que se dedicó a la defensa de los derechos humanos, la mitigación de desigualdades sociales y situaciones de vulnerabilidad especialmente entre colectivos de mujeres, recuperadores urbanos, trabajadores extranjeros, infancias y familias de barrios marginales.
Los recuperadores concientizan
Francisco García, técnico en dirección de organizaciones no gubernamentales de Nuestramérica, trabaja hace mucho con los vecinos del barrio y explica que la comunidad estuvo vinculada durante años con respecto a la recolección de residuos dada la cercanía con la planta de residuo (el basural, como se lo conoce).
"La mayoría de las familias han trabajado alguna vez en el basural y han comercializado materiales. Se ve con total normalidad la actividad como cualquier otro trabajo y hay una conciencia económica de lo que se puede generar a través del reciclaje".
En cuanto al desafío de trabajar en generar una conciencia ambiental, García contó que "es lo que estamos empezando a planificar. para que primero lo incorporen los recicladores que van a manejar los carritos y después se lo transmitan a los vecinos".