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Recuperar la palabra de los excluidos

Un incendio provocó daños totales en la radio de la escuela Padre Pedro Arce del Barrio La Gloria, departamento de Godoy Cruz. El proyecto, su crecimiento, su trabajo y la voluntad de su gente demuestran la importancia de recuperar este espacio de participación comunitaria.

Por Lucas Adre

Agencia Taller – Departamento de Cultura

lucasadre@hotmail.com                       

La radio de la escuela Padre Pedro Arce, es uno de los varios proyectos muy prometedores y con buenos resultados del popular barrio La Gloria, de Godoy Cruz. Un lugar que, para muchos, lo único que genera son noticias en la sección policiales de los diarios. Allí trabajan, además de algunos profesores de la escuela, chicos desde jardín hasta noveno año, madres del lugar y la gente de la biblioteca popular “Pablito González”, del mismo barrio. Todos uniendo voluntades para llevar adelante cada día la radio de la escuela.

Sin embargo – como si las cosas no costaran, y más en un barrio marginado- el diablo metió la cola. Un hecho fortuito puso las ilusiones y las esperanzas de toda la gente en la cuerda floja. En la tarde del miércoles 14 pasado, entre las 18 y las 18.30, un cortocircuito en las instalaciones del techo de la escuela generó un incendio que quemó el estudio de radio y parte de la galería del colegio. El corto se habría producido por un recalentamiento de los cables a causa del calor y de la antigüedad de las instalaciones, ya que es un edificio viejo. El fuego fue consumiendo todo a su paso, y al tener el estudio techo y puerta de chapa provocó muy altas temperaturas, de manera que lo que no se quemó fue derretido y fundido por el calor, haciendo inútil la tarea de los bomberos por sofocar el incendio cuanto antes.

Afortunadamente el hecho ocurrió cuando no había nadie en la radio, ya que a las 18 termina la transmisión de los chicos de la escuela y recién a partir  de las 18.30 comienza la emisión nuevamente con los programas de la biblioteca popular. Los daños, entonces, sólo fueron materiales, aunque totales.

La radio funciona todos los días y es llevada adelante por los chicos de la escuela, algunas madres y la biblioteca. Todo el trabajo (producción, locución, operadores, etc.) lo hacen ellos, coordinados por un grupo de personas. Aunque la experiencia los va haciendo cada vez más autónomos.

Este proyecto nació hace dos años con la creación de la revista “Al Palo”, donde trabajaban los chicos de la escuela Padre Pedro Arce. Hacia marzo de este año el proyecto se extendió y se creó la radio de la escuela.  A partir de allí comenzaron a transmitir en forma regular todos sus programas. Trabajan en conjunto con Radio Cuyum, también del barrio La Gloria, que lleva adelante el padre Jorge Contreras, se complementan en el trabajo ya que ninguna está en condiciones de  transmitir las 24 horas.

El proyecto de la radio se hizo cada vez más grande y empezaron a trabajar con niños y jóvenes de otras escuelas orientadas en comunicación, que iban al estudio a hacer sus programas. “Había un intercambio muy rico con los chicos. Además, es un espacio de mucho trabajo y participación donde los chicos se expresan libremente y han podido desarrollar todo lo que dentro del sistema educativo les cuesta desarrollar. Chicos, por ejemplo, que no tienen aprobado Lengua y leen los diarios todos los días, arman notas, hacen la producción de los programas de radio. Hacen absolutamente todo”, comentó Karen Minasi, profesora de la escuela Padre Arce y una de las coordinadoras del proyecto.

Además de esto, la radio ha trabajado junto con los internos del penal de Mendoza. Éstos, en principio, escribían para la revista “Al Palo” (manejada por los chicos de la escuela), quiénes a su vez escribían para la revista que gestionaba la gente del penal. Pero desde hace un mes y medio, aproximadamente, los internos graban sus propios programas, que luego son transmitidos por la radio de la escuela, y algunas más. “Eso tiene una vuelta muy grande, porque dentro del penal hay un montón de familiares de la gente del barrio. Así que se entra a generar una onda impresionante”, cuenta Minasi.

Sin dudas, los resultados de este proyecto han sido muy positivos. Los chicos han sido premiados en varias ocasiones y, lo que es más importante, han encontrado un espacio de contención. “Desde que los chicos están en la radio hay un cambio de conducta en ellos muy visible. Primero que ya no se juntan en la esquina sino en la radio y eso es fabuloso, porque la radio está en la escuela y entonces el lugar de contención tiene límites claros; no está en la calle”, comentó Karen y agregó “no se puede fumar, no se puede tranzar un porro, no se pueden decir malas palabras al aire”.

No bajar los brazos

A pesar del fuerte impacto que provocó el incendio de la radio en las esperanzas de todos los que allí trabajan, la decisión de continuar trabajando fue casi inmediata. Los chicos continúan la transmisión de sus programas a través de radio Cuyum hasta poder recuperar su espacio nuevamente.

La tarea es muy difícil ya que nunca recibieron algún tipo de subsidio, sólo una donación de supermercados VEA que les dio una parte de los equipos destruidos por el fuego. De manera que todo lo que allí se hace es gracias a muchas voluntades. Mientras tanto, algunas de las opciones  para recaudar dinero es hacer recitales y otras actividades por el estilo.

El desafío es grande, pero la voluntad también, con lo que las esperanzas se renuevan, y más aún con un trabajo tan digno y cuyos resultados saltan a la vista. “Los logros han sido muchos. Ganar en la Feria de Ciencias, el aumento del autoestima, el poder sostener un espacio de trabajo, etc.” dice Karen, y argumenta “la conducta de mantener el proceso es maravilloso, porque esos chicos no tienen tolerancia a la frustración. Entonces, poder sostener un proceso donde se les haya quemado la radio, que no les quede ni una perilla de la mezcladora y sigan transmitiendo, produciendo sus programas y sigan  intentando levantar la radio, es maravilloso”.

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