¿Quiénes fueron las primeras mujeres que imprimieron su impronta en la medicina? ¿Qué rol ocuparon dentro de esta ciencia a lo largo de la historia? ¿Cuándo y por qué lograron insertarse dentro del masculino mundo universitario? Quiénes fueron las primeras médicas formadas en la UNCuyo? Y lo que es más importante: ¿por qué se han silenciado sus nombres hasta hoy?
Todas estas preguntas intenta responder “Historia de la medicina a través de sus mujeres”, libro recientemente editado a partir de una investigación realizada por docentes e investigadoras de la UNCuyo: Gladys Lizabe, Irene Binia y María Gabriela Vásquez.
Se trata de un aporte invalorable que recupera y le da voz a las experiencias, esfuerzos, oportunidades, luchas y logros de tenaces mujeres que desde la Grecia antigua y hasta la Argentina de mediados del siglo XX estuvieron relacionadas profesionalmente con la medicina.
Lizabe, fundadora y directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre las Mujeres (CIEM) de la Facultad de Filosofía y Letras, sostiene que la mujer siempre estuvo vinculada al desarrollo de la medicina pero que ha sido injustamente minimizado su papel. Tanto es así que las “historias oficiales” no suelen incluir nombres femeninos entre los médicos célebres de todos los tiempos.
Sin embargo, la investigadora destaca que, en particular en la UNCuyo, la situación fue radicalmente distinta al momento de aceptar mujeres en la carrera de Medicina. Cuando se abrió el ingreso, en la década del ’50, todos los testimonios recopilados por las autoras (incluidas ex alumnas de las primeras camadas) coinciden en que la facultad mendocina fue una excepción feliz porque las mujeres fueron recibidas con gran aceptación por docentes y compañeros. E incluso muchas de ellas tuvieron una trayectoria destacada en sus claustros.
Así, “Historia de la medicina…” -que lleva como subtítulo “Sanadoras y médicas desde la Antigüedad hasta el siglo XX”- rescata en sus capítulos finales los nombres de la primera médica mendocina, Carmen Romero; de las primeras egresadas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo; y, en particular, la historia de dos pioneras casi desconocidas en Mendoza pese a que jugaron un papel fundamental en la medicina provincial. Ellas son Liliana Edith Álvarez de Binia, primera anestesióloga de Mendoza; y Elsa Libertad Piulats, primera trasplantóloga.
Sobre esta última, Lizabe recuerda una anécdota –sí incluida en el libro- que revela una triste regla general en aquellos tiempos de la medicina mendocina: aceptadas en la Universidad, eran discriminadas por su condición de mujer en el mundo laboral. En el caso de la doctora Álvarez de Binia -como ella misma cuenta-, cuando se preparó para rendir la residencia de Cirugía General en el Hospital Central fue rechazada porque no iba a soportar el rigor físico que implicaba el trabajo del cirujano, pese a que ella era al mismo tiempo una atleta en actividad.
Cabe destacar que, además de las autoras, en el libro hacen su aporte en distintos capítulos otros investigadores de la UNCuyo: Elbia Difabio, María Gabriela Vásquez, María del Carmen Carrió, Pablo Sosa, Emilio Savastano y José Luis Chapa Correa, quienes echan luz sobre otros aspectos y épocas de esta “Historia de la medicina a través de sus mujeres”.