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Romina quiere ser abogada

La joven condenada en Jujuy por matar a su beba consiguió el permiso para rendir libre materias en la Universidad Nacional de Tucumán. Romina Tejerina lleva seis años en prisión. Su embarazo, según denunció, fue producto de una violación.

Romina Tejerina amaneció ayer con una sonrisa. A última hora del domingo, justo antes de irse a dormir, su abogada le comunicó una noticia que esperaba hacía tiempo: el juez de Jujuy Antonio Llermanos, que tiene el control de la ejecución de su pena, la autorizó a estudiar y rendir libre en la Universidad Nacional de Tucumán, donde la joven, condenada a 14 años de prisión, quiere seguir la carrera de Derecho. “Anoche soñé que tenía mi propio estudio de abogada, que me venía a consultar mucha gente. Ya sentía que me había recibido”, contó Tejerina a Página/12, desde la Unidad Penitenciaria Nº 3 de Mujeres de San Salvador de Jujuy. Se la escuchaba contenta.

La decisión del magistrado llegó casi una semana después de que la hermana de Romina, Mirta Tejerina, viajara a la ciudad de Buenos Aires y denunciara en una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados de la Nación y en medios de comunicación que se le estaba conculcando el derecho a estudiar en prisión y que la muchacha estaba recibiendo malos tratos de parte de otras internas, sin que las autoridades penitenciarias le ofrecieran seguridad intramuros. Respaldaron el reclamo las diputadas nacionales Cecilia Merchán, Victoria Donda, Delia Bisutti, Norma Morandini, Nora César y Diana Conti, entre otras.

El juez Llermanos es integrante de la Cámara Penal que sentenció en 2005 a Tejerina a 14 años de prisión, por matar a la beba recién nacida cuando en su rostro vio –según declaró la muchacha– la cara del hombre a quien acusó de haberla violado. La pena fue confirmada un año atrás por la Corte Suprema. Llermanos le había negado la posibilidad de estudiar en la Universidad Nacional de Humanidades de Jujuy por no haber cumplido aún la mitad de la condena, cuando recién podría tener permiso para acceder a salidas transitorias. Después de ese primer rechazo, la abogada de Tejerina, Mariana Vargas, volvió a insistir con un nuevo reclamo. “El Estado por imperio de la Constitución tiene que garantizar la educación a todos y especialmente en la cárcel, que está para resocializar a una persona. No se le puede negar la posibilidad de forjarse un futuro.

En el servicio penitenciario de Jujuy no hay posibilidades de seguir una carrera universitaria como en otros penales. El Estado debe permitir que Romina se traslade a la universidad”, explicó Vargas los fundamentos de su presentación.

El domingo a la noche llegó al estudio de Vargas la notificación judicial con la flamante autorización. Y esa misma noche, la abogada le transmitió la novedad a Romina. Según contó Vargas, algunas alumnas y alumnos de la carrera de abogacía de la Universidad Nacional de Tucumán ya se ofrecieron a ayudar a la joven con la preparación de las materias, que deberá rendir libre. ¿Por qué en Tucumán? “Romina quiere estudiar Derecho, es la profesión con la que ella pretende ganarse la vida al salir de la prisión, ayudando a otras mujeres violentadas, como siempre dice. Y la universidad pública que ofrece esa carrera más cercana a Jujuy está en Tucumán”, explicó Vargas.

Ayer, Romina estaba exultante. Casi no había podido dormir de la emoción, contó a este diario. “Me levanté recontenta”, destacó. Como todos los lunes, ayer tuvo una hora de computación. El resto del día, lo pasa pintando o haciendo almohadones. La muchacha contó que el lunes 31 de marzo rindió Química, una de las dos materias del secundario que tenía pendientes. “Me saqué un 8. A pesar de todo no sé de dónde saco fuerzas para salir adelante. Mi mayor deseo es poder recibirme de abogada y ser alguien en la vida”, agregó. La otra materia que está preparando es Física.

Tejerina está detenida desde el 23 de febrero de 2003, cuando tenía 18 años y dio a luz en el baño de su casa a una beba a la que mató de 17 cuchilladas. Al embarazo, producto de una violación, lo mantuvo oculto. Recién cuando fue detenida hizo la denuncia por abuso sexual, contra un vecino veinte años mayor. El hombre admitió la relación sexual, pero dijo que había sido consentida. Y la Justicia lo sobreseyó. Tejerina, en cambio, fue juzgada por homicidio. El tribunal que la juzgó no aceptó el argumento de la defensa que pidió que se la declare inimputable por la emoción violenta que sufrió en el momento del hecho.

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