Acompañaron a la rectora, el vicerrector Arturo Somoza, la vicedecana de Artes y Diseño Silvia Persio y la subsecretaria de Cultura de la Provincia Jovita Kemelmajer. Estuvieron presentes varios decanos, la secretaria de Extensión Rosa Fader y el diputado nacional Alfredo Fernández.
El homenajeado estuvo acompañado por su esposa y por el músico Tilín Orozco.
El acto se abrió con una excelente interpretación musical del Conjunto Traful, integrado por Diego Cortés (flauta), Horacio Martínez (guitarra) y Matías García (percusión), todos ellos alumnos de la carrera de Música Popular que imparte la Facultad de Artes y Diseño. La actuación de los estudiantes fue seguida con visibles muestras de entusiasmo por Santaolalla.
Gómez de Erice describió al ganador de dos Oscar consecutivos entre otros galardones, como un hombre "empapado de la cultura, de lo que sienten los argentinos en toda nuestra geografía". Dijo que en el encuentro en el Rectorado previo al acto se había encontrado con un hombre que "es humilde, es modesto y minimiza los premios". Apuntó, además, que había visto la película "Babel" -por cuya banda sonora Santaolalla obtuvo el Oscar 2007- y quedó impresionada de "cómo la música articula ese maravilloso espectáculo sincrético". Finalizó su intervención con un "Bienvenido a la Universidad, su casa. Queremos que sea nuestro amigo, nuestro colaborador y que aliente a nuestros estudiantes".
Silvia Persio, vicedecana de Artes y Diseño, Facultad que promovió formalmente el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa, luego de entregarle la "Escultura del Agricultor", una pieza del ex decano Elio Ortiz, señaló que la distinción "no es casual sino causal". Proviene -agregó- de una Universidad pública cuya excelencia no puede estar despegada del contexto". Expuso como principal mérito de Santaolalla su capacidad para "resignificar en el ámbito universal los valores culturales propios de la Argentina y de Latinoamérica". En consonancia con ese enfoque, puso de relieve las carreras de Música Popular y de Interpretación de Música Latinoamericana, que dicta la Facultad de Artes y que son "únicas en la Argentina y en el mundo". En ese contexto, subrayó que en estas épocas de globalización las Universidades no pueden reducirse a "consumidoras del conocimiento", sino apuntar a un "universalismo con interacción". "Las culturas que excluyen pierden; las culturas que incluyen ganan", finalizó.
Finalmente, con su habitual simplicidad, Santaolalla cerró el acto manifestando que la línea conductora de sus trabajos ha sido permenentemente "la búsqueda de la identidad. Es imposible saber a dónde podemos y queremos llegar, si no sabemos de dónde venimos y quiénes somos", sentenció. Contó que a los 5 años comenzó a tocar guitarra y que a los 10, tuvo un conflicto con su maestra de música. Resulta que su oído y sus manos iban más rápido que la teoría musical y la lectura de partituras que intentaba enseñarle la docente. Fue así como la maestra llamó a los padres y, tras decirles que "su oído (del niño) es más fuerte que mi música", les comunicó que abandonaba el intento. También recordó que a los 20, ya con el grupo Arco Iris conformado, "daba clases sin saber leer ni escribir música". El primer alumno que "se graduó" con esas clases fue León Gieco. "Eso no quiere decir que yo menosprecie la formación académica -advirtió-, al contrario, hay que aprender las cosas como se debe". Por eso, entre tantas distinciones y premios recibidos, "ésta quizás sea la más importante... y se la dedico a mis padres".
"Espero poder ser una inspiración a través de mi trabajo", fue su despedida.
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