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Se dibuja el tablero político de cara a diciembre

A casi tres meses de las elecciones generales en Bolivia, las alianzas y candidaturas toman forma y se vislumbra una campaña electoral atípica y agitada.

Por Juan C. Alfaro

APM/Agencia Taller

jcalfaro@perio.unlp.edu.ar

El Movimiento al Socialismo (MAS), partido liderado por el candidato a la presidencia, Evo Morales, presentó su postulante a vicepresidente el pasado 16 de agosto. Se trata del Álvaro García Linera, analista político de 44 años, matemático y sociólogo con una especialización en filosofía. También pasó cinco años en prisión acusado de “terrorismo” por ser uno de los ideólogos del Ejército Guerrillero Tupaj Katari (EGTK). El juicio en su contra se extinguió sin que se haya emitido una sentencia condenatoria.

En sus primeras palabras García Linera dijo que “Bolivia está pasando un momento importante de su historia. No es cualquier momento, esta a punto de cerrarse un ciclo catastrófico del neoliberalismo que nos dejó una patria saqueada por inversionistas extranjeros. Este es un momento en el que los movimientos sociales están por hacerse del poder”.

García Linera se declaró independiente y representante de los sectores sociales, y prometió concretar la Asamblea Constituyente, las Autonomías y la nacionalización de los hidrocarburos.

Por su parte Evo Morales manifestó que “Los pobres, los marginados, cuando nos unimos no nos equivocamos. Por eso cuando proclamamos al compañero García Linera apostamos a la unidad en la diversidad, a la unidad entre obreros y trabajadores con los intelectuales”.

De esta manera se puede apreciar que entre los objetivos fundamentales que presenta el MAS en su campaña, es llevar al Palacio de Gobierno al primer presidente indígena y con la candidatura de García Linera contar con un hombre de clase media e intelectual.

Por otro lado, en declaraciones a APM, el diputado nacional por el MAS, Jorge Ledesma, realizó una severa critica al actual gobierno de Eduardo Rodrigues. “No es un presidente que va a velar la imparcialidad de las elecciones. Es un presidente que fue llevado a la presidencia desde la Corte Suprema, apoyado por Tuto Quiroga y por Acción Democrática Nacionalista (ADN), apoyado por los partidos tradicionales y responde a ese esquema y a ese sistema”, declaró.

También afirmó que Rodrigues no mantiene un apostura neutral de cara a las elecciones y que hace esfuerzos disimulados para que se rearticule la derecha.

“Esperemos realmente que en las elecciones generales no haya fraude, porque en las elecciones pasadas nos hicieron fraude, de eso estamos seguros”, concluyó Ledezma.

La fórmula electoral Morales-García es la segunda en ser proclamada oficialmente para las elecciones del próximo 4 de diciembre, tras el anuncio del Partido Unidad Nacional (UN), del industrial del cemento Samuel Doria Medina, quien eligió a Carlos Dabdoub como su candidato a vicepresidente.

Por su lado, la semana anterior también lanzo su candidatura a presidente Rene Joaquina, del Frente Amplio Nacional y Patriótico (FANP), que converge a las alcaldías de las capitales de La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Pando y Sucre.

“La voluntad de este frente es una alternativa capaz de cambiar el gobierno y de transformar el país ante el descreimiento de la población frente a la clase política”, declaró a APM, Hugo Montesinos miembro del comité político del FANP.

Desde el otro costado, el candidato de la derecha reaccionaria boliviana, Jorge Quiroga, quien aun no presento a su acompañante, dio un giro a su campaña política al atacar al MAS, su principal rival en la contienda electoral.

El candidato de Alianza Siglo XXI si bien empezó con un perfil bajo, con el tiempo se fue convirtiendo en el protagonista de una guerra sucia de cara a las elecciones.

Jorge Quiroga acusó a Evo Morales de haber viajado a Venezuela a buscar financiamiento para su campaña electoral, si bien el líder cocalero visitó a Caracas para participar como invitado especial en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

El MAS considera que los nuevos ataques del neoliberal Jorge Quiroga demuestran la carencia de propuesta programática del ex presidente, que repite acusaciones hechas por Estados Unidos y que carecen de pruebas.

Una característica especial con la que cuentan estas elecciones a comparación con anteriores, es que los candidatos, a falta de un aparato político, buscan aliados en todo tipo de sectores, ya que no es suficiente hacer alianzas entre partidos. Esto se debe al crecimiento de los movimientos sociales y regionales.

Sin embargo, no solo existe esa cuestión. También esta el hecho de que por primera vez los bolivianos deberán elegir en elecciones a Presidente, Vicepresidente, parlamentarios y prefectos (alcaldes). A estos últimos se los elegirá por primera vez por el voto del pueblo.

También se registran los cambios obligados en el accionar de los postulantes, debido a la severa crisis en la que se encuentra inmerso el actual sistema político tradicional, ya que los partidos no interesan más en el momento de consolidar alianzas.

De esa manera, los candidatos buscan respaldo y acercamientos entre las organizaciones más cercanas a la gente. Esto se da desde los sucesos desatados en octubre de 2003, cuando las manifestaciones expulsaron al neoliberal Gonzalo Sanches de Lozada, o las de junio de 2004, que hicieron renunciar a Carlos Mesa y provocaron el debate sobre las autonomías regionales y los hidrocarburos.

Los dirigentes de la Central Obrera Regional (COR) y la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) anunciaron sorpresivamente que ante la falta de tiempo para articular un instrumento político, decidieron conformar el Frente de Unidad de El Alto, que se concreta en llenar un núcleo electoral en representación de los alteños, para no dejar un espacio libre que beneficie a los partidos neoliberales, según el informó Edgar Patana, secretario ejecutivo de la máxima entidad laboral de El Alto.

A su vez, los dirigentes de ambas representaciones afirmaron que el frente ya inicio conversaciones con los líderes del MAS, con representantes de la Central Obrera Boliviana (COB), y con el frente que lidera Rene Joaquina, y otras organizaciones que no están de acuerdo con los partidos neoliberales.

Un hecho a destacar, es que los partidos tradicionales todavía no cuentan con una estrategia que defina su participación en las elecciones generales y menos aún con los candidatos que se presentarán, si deciden por una participación directa.

Sin embargo, tanto el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y la Acción Democrática Nacionalista (ADN), manifestaron que en caso de no presentar candidatos a las elecciones de diciembre darán su apoyo a Jorge Quiroga.

Ante este panorama, la periodista boliviana Marianela Montenegro, en una conversación con APM, sostuvo que “la demanda central del pueblo boliviano en junio pasado era la nacionalización de los hidrocarburos, de ninguna manera el cambio de presidente, y esto es lo que sucedió. Esto adormeció los ánimos poniendo en el escenario político a dos fuerzas principales. Una de derecha, representada en Jorge Quiroga, y la otra de izquierda representada por Evo Morales”.

Plantea también que en Bolivia existe un estado de confusión gigante a causa de los oligopolios de los medios de información y de las transnacionales. “Estas empresas manipulan las encuestas, y mediante eso presentan a Evo Morales como un mal menor ya que no van a permitir que surja otra alternativa más que perjudique sus intereses”, afirmó Montenegro.

Bajo este marco empieza la carrera electoral en el país del altiplano, el termómetro de la política boliviana se torna agitado. Algunas encuestas afirman que Jorge Quiroga saca una leve ventaja sobre los otros dos candidatos fuertes (Doria Medina y Evo Morales). Otras afirman que Morales es el que las lidera.

Sin embargo, lo que si es claro, es que por el momento, el candidato que llegue a la presidencia no superará el 30 por ciento de los votos.

Esta situación puede beneficiar a los sectores de derecha y a Estados Unidos, en caso de que el MAS o alguna otra representación política contrahegemónica gane las elecciones.

Resultaría muy difícil de gobernar e implementar los cambios que pide, pidió y pedirá el pueblo boliviano de cara a recuperar su soberanía y su derecho a vivir mejor. La fragmentación de los movimientos sociales alternativos no asegura ningún tipo de cambio en el país.

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