Las principales naciones industrializadas del mundo que conforman el G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón, Italia, Gran Bretaña y Rusia), discutieron una variedad de temas: el cambio climático, el comercio global, las barreras arancelarias, la ayuda económica a África (más simbólica que efectiva) y el alivio de deuda a los países más pobres.
En los últimos años, las reuniones del G8 se han convertido en un foco de protestas por parte de movimientos sociales diversos.
En la cumbre de Birmingham, en 1998, más de 70.000 personas trazaban una cadena humana alrededor de la sede de la cumbre del G8 para reclamar la cancelación de la deuda de Países Altamente Empobrecidos (PAE). En Génova, en julio de 2001, se produjeron las movilizaciones más masivas, y también la represión más violenta por parte de la policía. Desde entonces el G8 huye de las grandes ciudades para reunirse en lugares inaccesibles para los manifestantes: en 2002 en Kananaskis, un centro de esquí en las montañas de Canadá, y en 2003 en Evian-les-bains, los Alpes franceses (cerca de la frontera con Suiza). Este hecho, sin embargo, no desalienta a la sociedad civil que, a pesar de no poder llegar hasta el lugar de la reunión, ha mantenido movilizaciones en localizaciones próximas.
Este año no fue la excepción. Una oleada de personas de todo el mundo (225 mil personas estimó la BBC Mundo), desfiló por las calles de la capital de Escocia para exigir a los líderes del G8 que "conviertan la pobreza en cosa del pasado". También pidieron acrecentar la ayuda a las naciones pobres y eliminar barreras comerciales que dificultan a países del Tercer Mundo la posibilidad de vender sus productos en el exterior.
La marcha en Escocia coincidió con los conciertos Live 8 que se realizaron el 2 de Julio pasado en ciudades como Filadelfia, París, Londres, Moscú, Tokio, Johannesburgo y Toronto, con grupos y cantantes de música rock y pop. Estos conciertos convocaron a casi 2 millones de personas y fueron organizados para reclamar soluciones a la pobreza en África.
Recordemos que el 11 de Junio pasado, en Londres, los ministros de Economía del G8 aceptaron doblar la ayuda para los países pobres y ofrecer alivio de deuda del 100 por ciento.
A pesar de la relevancia de estas cumbres, las discusiones del G8 son secretas. Los únicos documentos, totalmente públicos, son las declaraciones finales. La falta de transparencia es total en el G8. No es un organismo democrático y lo más irónico de todo esto: los países del G8 representan solamente al 10 por ciento de la población mundial.
Romina Scafati
romipauli@gmail.com
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