Un día Silvana Rodríguez y Diego Gareca decidieron hacer una reproducción del Guernica de Picasso en el portón de la casa de Coco, el papá de Diego. Fomentar la pintura callejera y embellecer el barrio eran sus objetivos iniciales. Cuando la obra estaba terminada, se sorprendieron de la repercusión que tuvo en el barrio. Así, la gente de la Unión Vecinal les sugirió que hicieran lo mismo en puentes y escuelas. Luego una ordenanza municipal los habilitó para pintar murales en diversos lugares del departamento de Godoy Cruz. De este modo crecía el sueño de dos jóvenes por difundir el arte callejero. Comenzaba la historia de El Hombrito “Rincón de la cultura”.
“El Hombrito es el nombre del pueblo donde llegó la revolución cubana, donde el CHE empieza a ejercer de alguna forma la Medicina, donde la revolución cubana empieza con su programa de alfabetización...” comenta Diego.
Estos dos jóvenes con la ayuda de voluntades que se fueron sumando crearon un espacio para el arte, la cultura y la contención. El primer desafío fue armar un ropero comunitario; pero ¿cómo?, se preguntaron. Fue así como nació el Festival Síndrome de Rock, cuya entrada era una prenda de vestir.
Las distintas actividades se fueron gestando con el correr del tiempo; se creó la biblioteca popular León Gieco, los cursos de guitarra, yoga, alfabetización, danza y tantas otras actividades que el lugar les empezó a quedar chico. Todo con mucha dedicación, con amor y perseverancia, poniéndole el hombro y el corazón.
El espacio cultural no reciben ningún subsidio del estado, pero sí el compromiso de la municipalidad de Godoy Cruz a la hora de organizar Síndrome de rock. Además de este festival el centro ha organizado giras barriales con artistas de renombre provincial, como Víctor Hugo Cortez, vecino de la Estanzuela que también brindó su apoyo en algún tiempo dando clases de guitarra. También se viene realizando fiestas de cierre del año, el día del niño, y el día de la mujer entre otras celebraciones.
En el año 2002 El Hombrito realizó un censo para conocer la realidad de uno de los barrios “más grandes de Latinoamérica”. Se hizo antes del Síndrome de rock, y uno de las premisas era ver a ciencia cierta las necesidades de la población para así saber a quien entregarle los alimentos recolectados en el festival. Tampoco hubo apoyo del Estado en esta ocasión y la actividad la realizaron jóvenes del barrio, varios de ellos estudiantes de Sociología.
En cuanto a la vinculación con los medios de comunicación locales Diego señala: “tenemos una buena relación con la prensa. A la hora de hacer el censo salieron artículos en los diarios para informar de que se trataba, salimos en televisión, esto ayudó para que la gente nos recibiera en su casa y contestara nuestras preguntas.
En el encuentro de rock este año pasó algo realmente llamativo, ya que este año la entrada al festival era de dos útiles escolares y un libro. Los útiles serán entregados a los chicos del barrio La Estanzuela y los libros donados a la biblioteca del COSE y de la penitenciaria provincial, lo que demuestra a las claras que la solidaridad traspasa las barreras de la institución.
Moisés Ricardo Ortiz
Departamento de Cultura.
