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Síntomas culturales: espectacularidad y planes para leer en el inodoro

19 de febrero de 2009, 16:13.

Desde mediados de los 90 se puso de moda la "planificación estratégica" en todos los ámbitos público-estatales. A la cultura le llegó su turno y sus planes desfilaron en las pasarelas (los medios). El pragmatismo cortoplacista actual ya no necesita de planes. Apuesta a la intuición. Antes, la comunidad cultural local exigía un plan en cultura, tuvieron varios, pero nunca se aplicaron desde el Estado. "Hoy estamos en otra muchachos". La pregunta es ¿en cuál están?

El Complejo y el Palacio

En el ruedo de los municipios más fuertes, por caso Capital y Guaymallén, se anunciaron dos mega proyectos vinculados al quehacer cultural. El de capital, difundido a fines de 2008, se trata del “Complejo Cultural Parque Central”, a realizarse a través de un convenio con la UNCuyo, previsto en la zona del Parque Central de ciudad, cuyo financiamiento será de 5 millones de pesos.

“Queremos hacer un shopping de la cultura mendocina, en el mejor de los sentidos”, dijo entusiasmado Jaque, saliendo al ruedo de la anticipadísima campaña electoral de octubre. Pregunto ¿a qué se refiere la frase “en el mejor de los sentidos”?. ¿Cuál sería entonces el peor de los sentidos? vaya uno a saber si la noción de shopping no fue una expresión poco feliz y luego no supo como retractarse. En fin, el tema es que el mentado Palacio se realizaría en territorio peronista, el más poblado de la provincia. El proyecto de Guaymallén,  anunciado a poco de iniciarse 2009, denominado “Shopping de la Cultura”, con el compromiso financiero del ejecutivo a desembolsar 300.000 pesos, planea la construcción de un ¿Shopping cultural? en la zona del Ferrocarril Belgrano. Ambos, implicarán el montaje de una infraestructura inédita en la provincia.

De más está decirlo que tales anuncios se ajustan a posicionamientos electorales de los intendentes?, No. Nunca está demás decir lo obvio cuando se disfraza de buenas intenciones.

Anuncios mega

Todo anuncio “mega”, es per se electoral,  pura espectacularidad, y encima proyectado a largo plazo, lo cual no da garantías de su realización si tomamos en cuenta que cada gobierno entrante, olvida y borra lo hecho por el anterior. Todo lo que brilla es… voto. Síntoma de ausencia de planes para la cultura, la espectacularidad,  vende centímetros de prensa, replica en las radios y en la tele. Mientras tanto, los planes estratégicos para la provincia que alguna vez diseñaron diversas gestiones –peronistas y radicales-  en los últimos años, acumulan el polvo del olvido.

La histórica oficinita de cultura

Desde la reapertura democrática, Mendoza tuvo distintas gestiones culturales, de distintos signos políticos, en épocas de prosperidad y de crisis. Pero si algo tuvieron en común las mismas, es que desde el Poder Ejecutivo, nunca le procuraron la debida atención que merecía. Algunas más, otras menos, pero nunca a la altura de la 4ta. provincia en importancia del país. Solo con observar la involución presupuestaria y el desguace de programas que supieron dar respuestas en algún momento, podemos decir que la cultura local no le importa demasiado a ningún gobierno. Repito, a ninguno.

Cuando se puso de moda la planificación estratégica a mediados de los 90, para la cultura local, sí que hubo planes para desarrollar en la provincia. Con más o menos fallas, todos tienen algo -o mucho-  para rescatar y adaptar a las condiciones actuales. Tarea para la oficinita de cultura que por ahora no ha hecho los deberes en ese sentido.

Inodoro planes hace historia

Partamos del modelo de Gestión Cultural del ex Instituto Provincial de la Cultura (1996-1999) el cual al menos logró implementar algunos de sus puntos estratégicos, luego barridos por la gestión siguiente. Desde aquella gestión se implementó el programa “Mendoza Suena” –intento de sello discográfico estatal no legislado- (bajo el cual se editaron 22 discos de músicos y bandas locales). Se puso en marcha el Cinemóvil (fue recibido de Nación por la gestión del prof. Elio Ortiz y recorrió casi todos los departamentos de la provincia donde el cine no existía, además de inaugurar el clásico “noches de cine en el parque”, los miércoles, gratis, en el rosedal, cogestionado junto a la Escuela de Cine local, quien pasaba sus cortos antes de cada película argentina. Se inauguró el ECA, el cual pasó por decreto del gobernador Lafalla a manos de la gestión del área de Cultura. Se creó el Fondo provincial de la Cultura a través del cual se otorgan subsidios a proyectos y emprendimientos culturales de toda la provincia a través de un consejo asesor integrado por representantes de todos los departamentos de la provincia. Los integrantes del consejo se eligen mediante el sufragio de la comunidad cultural. Estas acciones se desarrollaron en el marco de un plan de gestión publicado en 1997. Igual, todo ello no valió nada. Algunos sectores de la corporación artística y uno de los matutinos locales se ensañaron con el modelo de gestión, creando las condiciones para la asunción del supuesto gran salvador de la Cultura, quien paradójicamente, no se salvó ni el. Lo que vino resultó ser un gran fracaso.

Eliminando lo malo y lo bueno del enemigo

Si bien el extinto Instituto fue eliminado por ley, la nueva conducción cultural de Iglesias (pasó a Subsecretaría de Cultura) no elaboró ningún proyecto de desarrollo, quedó en amagues, y con muchos flancos débiles. Tal vez la única perla que pueda mostrar aquella intrascendente gestión de Billy Romero haya sido la reparación del Teatro Independencia. Nada más. Se eliminaron la mayoría de los programas anteriores, no se siguió ningún modelo de gestión, y el Cinemóvil, que no requería más que gastos de combustible, estuvo parado más de un año. Se eliminó el programa “Mendoza Suena”, pero se incorporaron desfiles en las escalinatas de la casa de gobierno con modelos flaquitas como requería la dieta del éxito. Sí, desfiles de moda. Inédito y fashion para un área de cultura estatal. Se produjo el robo de las joyas bibliográficas y murió un empleado de la Biblioteca San Martín por falta de mantenimiento eléctrico en la misma. Claro, estábamos en plena crisis 2000-2001-2002, y todo se justificaba, y curiosamente, se omitía por entonces en los medios. Salieron ilesos los funcionarios de aquel entonces por sus buenas migas con los medios.

Hacer un plan mientras no se hace nada

Con Cobos Gobernador, aquella Subsecretaría de Cultura se transformó en Ministerio de Turismo…y Cultura. (Espero quede claro el porqué de los puntos suspensivos). Desde la gestión de Marcelo Lacerna al mando de Cultura, sólo logró proyectarse un plan estratégico 2005-2010 en convenio con la UNCuyo. El mismo demoró casi la gestión misma. Terminó la planificación y se terminó el plan y el gobierno. Por entonces lo único que lucía era Turismo, por la ventaja comparativa del cambio. Como perdió el cobismo en las elecciones a gobernador, nada de lo planeado se implementaría.
En este enlace entrá al plan:
 
Plan estratégico, para ser diputada nacional

A fines del Gobierno de Cobos, desde el Ministerio de Economía de Laura Montero, se desarrolló otro plan estratégico, "las industrias culturales en Mendoza". Terminó de elaborarse y terminó el plan, como en el caso anterior. El radicalismo perdió las elecciones y el peronismo entrante olvidó, ignoró y hasta menospreció las planificaciones precedentes. Pero a Laura no le fue tan mal. Sus fotos con Santaolalla y su mediatización permitieron que “la mujer de Cobos” llegara a las grandes ligas: El Congreso Nacional.
En este enlace entrá al plan:

A Jaque no le hablen de “plan cultural”

Calcado al gobierno de Iglesias, el jaquismo vuelve a modificar por ley el área de cultura, la cual pasa a llamarse Secretaría de Cultura, elimina el Ministerio de Turismo…y Cultura, y crea Secretarías de Estado. Los planes culturales diseñados por gestiones anteriores (peronistas y radicales) no fueron, hasta hoy, aprehendidos por la administración de Scollo. ¿Sin plan, puede haber gobierno? No, pero sí puede haber desgobierno e indigestión cultural. Se actúa como si antes no se hubiera hecho nada, pensado nada, escrito nada. Todos los que entran a un ministerio de un nuevo gobierno se creen inventores de la pólvora, como si la pólvora no hubiese sido inventada.

Todo por dos votos, la cultura no mide

Chau a la idea de desarrollo y gestión cultural. De aquí en más, próximas las elecciones de octubre, desde el ejecutivo y las intendencias, se piensa en clave de votos, no en políticas públicas. Y cuando terminen las elecciones de octubre, el año 2009 estará muriendo. No bien comience el 2010, el cual tendrá el condimento de ser el año anterior a nuevas elecciones, las más pesadas, las que eligen Presidente y Vice,  y renuevan gobernadores, intendentes, concejales; los anuncios y la espectacularidad crecerá como la inflación. Entonces, de cultura, ni hablemos. Con la vendimia, y los festivales, Mendoza va zafando. No pidamos ni esperemos mucho más…la gente hoy sale a la calle por la inseguridad y no por la cultura.

¿Alguna vez en Cultura, se tendrá la grandeza de apropiarse de lo bueno que hicieron gobiernos precedentes? Y reconocerlo públicamente claro, citando el origen. ¿Será mucho pedir? Porque al fin y al cabo, lo bueno que se implementó, benefició a la provincia y a los mendocinos y se gastó plata en ello. ¿Por qué siempre borrón y cuenta nueva?

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