Crear empresas exitosas en la Argentina es una misión difícil, sobre todo para los emprendedores que deben remar contra la corriente para lograr que sus buenas ideas se conviertan en oportunidades de negocio para concretar proyectos reales y sustentables. Por eso, que en la Incubadora de la UNCUYO ya hayan visto la luz 135 empresas en 16 años es un hecho que demuestra que la Universidad tiene un rol clave no solo en la formación de profesionales, sino también en incentivarlos para que transformen en oportunidades de crecimiento y desarrollo sostenible el capital intelectual adquirido durante su formación en las distintas disciplinas.
Desde el año 2005, la Incubadora de Empresas, un área clave dentro de la secretaría de Extensión y Vinculación de la Universidad, ha realizado 16 convocatorias de ideas proyectos con la participación de más 1.600 emprendedores, de donde surgieron 594 postulaciones y 135 proyectos incubados.
Entre las empresas más destacadas que han recibido esta mentoría de la Incubadora están Energe (energía solar), TTM (ingeniería y tecnología), RAS (software médico), Publinet (publicidad), Colbo (vajilla de cerámica) y Electro Green (mecatrónica).
Contribuir al desarrollo local y regional
La Incubadora de Empresas, como parte de los objetivos de extensión de la UNCUYO hacia la sociedad, tiene por objetivo brindar apoyo a emprendedores para formar empresas innovadoras y/o de base tecnológica que contribuyan con el desarrollo local y regional. “A través de una metodología renovada y adaptada de la mejores prácticas de incubación desarrolladas en el mundo, se implementan planes integrales de incubación para reducir los riesgos de los emprendimientos en las etapas tempranas y consolidar los equipos de emprendedores para hacer frente a las complejidades que implica la generación, puesta en marcha y desarrollo de un emprendimiento de alto potencial”, explica Juan Pablo Bustos, coordinador del área Desarrollo Emprendedor de la UNCUYO.
Entre los beneficios que ofrece la Incubadora de Empresas se encuentran: oficinas de trabajo de uso compartido; asistencia técnica y asesoramiento; red de contactos; apoyo institucional; y promoción y difusión de proyectos. Los emprendedores también acceden a vincularse con fuentes de financiamiento; a coaching para la presentación en concursos; y a ámbitos para el intercambio de experiencias emprendedoras. Más allá de los servicios tangibles, la Incubadora de la Universidad se destaca por lo intangible: un asesoramiento personalizado para cada uno de sus miembros.
Además, la Incubadora cuenta con una red de mentores y asociados expertos integrada por empresarios, directivos y profesionales con amplia experiencia y reconocida trayectoria vinculada a la creación y consolidación de empresas, quienes brindan de manera desinteresada su apoyo y conocimientos a los emprendedores que desarrollan su proceso de incubación de empresas en la UNCUYO.
Incubar en pandemia
Con el inicio de la pandemia de Covid-19, a principios de 2020, la Incubadora de Empresas de la UNCUYO tuvo que adaptarse al nuevo escenario de confinamiento social sin resignar su misión de acompañar a los emprendedores para transformar sus ideas, proyectos e innovaciones en empresas que puedan ofrecer productos y servicios a la sociedad. El contexto de pandemia modificó la forma de trabajo, pero no la esencia.
Además de la virtualidad, los proyectos incubados tuvieron que incorporar nuevas variables de análisis relacionadas con los riesgos que el nuevo contexto expuso. Esto, que para algunos puso ser una amenaza, para otros fue sin duda una oportunidad.
Así, en el último año y medio hay 21 proyectos acompañados: 15 de ellos están siendo pre incubados y los otros 6 ya tienen forma de empresa nacida de la Incubadora en medio de la pandemia. Además, hay que destacar que a la convocatoria 2020 se postularon 66 ideas proyectos.
”Todos los sentidos se pusieron a prueba en nuestros emprendedores, como la agilidad para adaptarse a los nuevos contextos, ser creativos para resolver problemas generados por la pandemia, la innovación y no perder el enfoque en el cliente. Éstas son algunas de las competencias que tuvieron que aprender a desarrollar las startups con las que trabajamos desde la Incubadora”, analizó Ariel Rojas, tutor de proyectos.
Hoy las modalidades de trabajo son integradas; van desde la presencialidad con cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios en grupos reducidos hasta reuniones por plataformas de videoconferencias, chat, llamadas por teléfono, whatsapp y un sistema de gestión on line desarrollado también por la misma Incubadora, denominado INCUSIG.
Los emprendedores pueden obtener en tiempo real, a través de esta plataforma, indicadores básicos de funcionamiento, cargar registros del sistema de calidad y disponer de información sobre planificación, calendario, contactos y actividades de la Incubadora. Permite, además, tener en un solo lugar toda la información necesaria para la prestación de servicios a emprendedores y profesionales de la Incubadora.