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Teatro Mendoza: historia y recorrida

24 de noviembre de 2008, 17:41.

Fue inaugurado en 1949. A fines del año pasado cerraron sus puertas por problemas edilicios y hoy la comuna capitalina busca venderlo. Fuerte defensa de la comunidad artística y especialistas.

El teatro Mendoza se inauguró el 7 de julio de 1949 bajo un manto de esplendor y fastuosos detalles decorativos. A partir de allí fue un espacio cargado de cultura y también el albergue incondicional de miles de artistas, músicos y espectáculos de alto vuelo.

Sin embargo, a fines de 2007 sus puertas se cerraron y hoy la comuna capitalina, a cargo del lugar desde 1999, busca venderlo porque no cuenta con los fondos suficientes para acondicionarlo estructural y arquitectónicamente. La decisión no pasó desapercibida y desató acciones de diferentes sectores sociales tendientes a evitar que se cumpla con la medida.

De acuerdo a las necesidades o posibilidades económicas de cada momento, el edificio fue cosechando modificaciones, pero ninguna fue de fondo. Más bien siempre se trató de mantenimientos superficiales para que la sala pudiera seguir funcionando durante las temporadas, que se extendían de marzo a diciembre.
 
El resto del tiempo el teatro se cerraba, porque como no cuenta con aire acondicionado era prácticamente imposible entrar.

Lo cierto es que el sitio tiene una grieta desde la década del 80, sólo que en aquel tiempo no tenía las dimensiones que adquirió en la actualidad. Es por eso que la comuna capitalina recurrió a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mendoza para que un grupo de especialistas del Centro Regional de Desarrollo para la Construcción (Ceredetec) encarara un estudio profundo de la estructura y el suelo del lugar.
 
La idea fue sumar ese informe a un relevamiento arquitectónico que realizó la propia Municipalidad a los efectos de determinar cuánto dinero se necesitaba para acondicionar por dentro el área cultural y agregar servicios.

Las conclusiones de los técnicos revelaron -tal como publicó Los Andes en su edición del 1 de noviembre- que el edificio está asentado sobre un terreno irregular y la estructura del teatro se encuentra degradada. De esta manera, el monto total para arreglar el lugar -externa e internamente- es de cerca de 8 millones de pesos.

Recorrido teatral

La falla más notoria está ubicada en la pared Norte del espacio. Allí se percibe una grieta que empieza en el suelo, pero recién se torna visible cuando atraviesa el costado izquierdo de la platea alta. Luego, al mismo tiempo que trepa hasta la tertulia, se ramifica hacia la plataforma de este último piso.

El panorama se completa con azulejos sueltos en la parte de atrás de la tertulia, un sitio que dejó de funcionar mucho antes de que quedara clausurada para el público la platea alta del teatro, en 2005, ambas por cuestiones de seguridad.

Abajo, hay más espacio que antes. Es que algunas de las butacas originales del teatro se sacaron para llevar al microcine de Capital, uno de los lugares elegidos para el despliegue del Bafici. El piso entablonado no está dañado, pero tiene varios signos del paso del tiempo, la misma suerte que corren las alfombras de los pasillos.

Los baños conservan el diseño, los azulejos y sanitarios originales. Si bien superficialmente no presentan mayores inconvenientes, el informe de la UTN señala la necesidad de modificarlos para que sus cañerías no pasen humedad a la tierra.

El subsuelo alberga a más de 10 camarines y también talleres para guardar una que otra utilería. Así, lo que supo ser un pasillo ordenado y despejado para que transitaran los artistas, ahora es un sitio sucio y abandonado.

En pocas palabras, el teatro lleva años de desidia. Fue alquilado numerosas veces por privados hasta que ante la imposibilidad de seguir manteniéndolo, los hijos de los dueños originales del espacio cultural (un matrimonio español de apellido Pose) decidieron venderlo al municipio para que continuara siendo un teatro.

Actualmente, a pesar de que existen posturas disidentes de algunos concejales de Capital, el oficialismo busca vender el teatro. La comuna sostiene que no está en condiciones de invertir 8 millones de pesos para poner a punto "un inmueble que no tiene valor arquitectónico".

En cambio prefiere gastar 2 millones de pesos en recuperar los galpones ferroviarios del Parque Central. La intención es crear un centro cultural con salas más pequeñas y sitios para espectáculos que se adapten a las nuevas tendencias.

La noticia no cayó bien entre actores, asociaciones de actores y funcionarios de la Secretaría de Cultura de la provincia. Desde que el tema está en el centro de la tormenta, la comunidad artística ha desarrollado numerosas protestas y diversas reuniones con ediles para frenar la venta, evitar su demolición y lograr que se declare Patrimonio Cultural. Ellos consideran que si ese lugar se tira, será imposible construir un teatro de semejantes características.

En este sentido, el arquitecto e investigador Ricardo Ponte apuntó que es preciso que "el teatro se mantenga en la órbita municipal, porque es más fácil desde lo estatal garantizar ayuda oficial o privada. Así que no nos apuren con que no tiene valor patrimonial y que por eso lo quieren vender. Porque en nuestra ciudad no se han demolido los edificios malos y horribles, que los hay en abundancia, sino los más valiosos desde ese punto de vista, enfatizó Ponte.

También hizo hincapié en que primero se termine de construir el centro cultural del Parque Central para que recién ahí se discuta seriamente el valor y la funcionalidad del teatro Mendoza.

"No pretendamos vender este lugar para juntar recursos que se destinarán a un mega proyecto que nadie garantizará si se hará, en qué tiempo, en qué forma y con qué resultados", concluyó el arquitecto.

Un tiempo atrás

Fue inaugurado el 7 de julio de 1949 con la actuación de Joaquín Pérez Fernández y su Compañía de Danzas y Cantares de España y América. El espectáculo ofrecido se llamó "Por los caminos de América". La empresa constructora fue Lucas Sarcinella e Hijos.

El edificio presenta un tipo de arquitectura moderna dentro del estilo francés. Algunas de las características que al momento de su inauguración son: la entrada es de tipo monumental y la parte superior del frente consta de 3 vitrales con divisiones romboidales.

Como marcada separación de la planta alta, sobresale un amplio alero a modo de marquesina que remeda el faldón de los escenarios a la italiana.
 
El hall de acceso, de buenas dimensiones, está revestido de mármoles color verde, negro y beige. En las paredes de éste se detectan adornos de espejos.

La sala tiene capacidad para 1.050 personas. Las butacas son tapizadas en cuero con respaldo de tela.

Cronología

18 de junio. La UTN inicia estudios para la remodelación del teatro Mendoza. Fayad acordaba con este objetivo.

25 de setiembre. Capital anuncia su proyecto para vender 11 inmuebles y recaudar más dinero que se invertirían en obras. Comienzan las protestas.

10 de octubre. El Concejo Deliberante excluye de la venta de bienes al teatro Mendoza y al terreno de la Dirección de Servicios Públicos.

28 de octubre. Capital propone la creación de un centro cultural en el Parque Central.

2 de noviembre. Segunda marcha de artistas contra la venta del teatro. Participaron 200 personas.

12 de noviembre. El intendente Víctor Fayad insiste públicamente en la venta del teatro.

15 de noviembre. Alejandro Cazabán declara el apoyo de Jaque a Fayad en la venta del teatro.

17 de noviembre. El director de Patrimonio Cultural, Diego Bosquet presenta su renuncia.

18 de noviembre. El Concejo Deliberante de Capital suspendió el tratamiento de la venta del teatro Mendoza y el secretario de Cultura, Ricardo Scollo, rechazó la renuncia de Bosquet y lo ratificó en su cargo.

Otros nombres

1970. El 23 de octubre se cambió el nombre del teatro Mendoza y pasó a llamarse “Cine Center”.

1983. Pasó a denominarse “Cine-Teatro Mendoza”.

En los '90. En esta década lo alquiló la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) para que ensayaran y actuaran sus organismos artísticos. A partir de ahí pasó a llamarse “Teatro Universidad”.

Luego, en 1999. La Municipalidad de Capital compró el espacio cultural y lo bautizó “Teatro Municipal Mendoza”.

Ricardo Ponte: “Es municipal y debería seguir así”

Entre un teatro dañado y una futura playa de estacionamiento en ese mismo lugar, prefiero el teatro en ese estado y que siga en el ámbito público.

Si no veamos qué destino tuvo el estupendo edificio del arquitecto Iñarra Iraegui del ex cine Lavalle, hoy playa de estacionamiento o el espléndido ex cine teatro Ópera... otra playa de estacionamiento. Es cierto que estos dos predios eran privados y no se pudo impedir su venta.

Pero, por suerte, el teatro Mendoza es municipal y debería seguir así.

Que no nos apuren con que no tiene valor patrimonial (¿qué experto lo ha dicho?) y que por eso lo venden. Porque en nuestra ciudad si se han demolido edificios, no han sido las malas y horribles construcciones, sino -paradójicamente- las más valiosas desde el punto de vista patrimonial.

Esto no significa que la Municipalidad no tenga razón en priorizar sus escasos recursos. Pero debemos aprender de la historia. Vaya el parangón: en 1949 se demolió el viejo teatro municipal de la Capital, en la esquina sudoeste de la plaza San Martín porque era “inminente” la construcción de un nuevo edificio de la comuna en ese lugar.

Pero la nueva Municipalidad se edificó en el Centro Cívico y nunca se construyó un nuevo teatro municipal en ese sitio demolido. El viejo solar pasó toda la segunda mitad del siglo XX como baldío, hasta que lo adquirió la entonces empresa constructora Kolton para usarlo como playa de estacionamiento. Al quebrar, pasó a manos de un nuevo dueño y recién se construyó un hotel hace pocos años.

Moraleja: no pretendamos vender el teatro Mendoza para juntar recursos que se destinarán a un mega proyecto cultural en el Parque Central que nadie garantizará si se hará, en qué tiempo, en qué forma y con qué resultados.

La política urbana es, o debería ser, una negociación permanente de intereses y actores sociales. Por ello, no está mal que el municipio de Capital vuelva sobre sus pasos y decida no vender ese edificio, gestionar su restauración y puesta en valor, aunque sea a futuro.
 
Si nuestros gobernantes nacionales, provinciales y municipales supieran “cuándo avanzar y cuándo retroceder” ya estaríamos inmersos en la gestación del gran país que todavía no tenemos y que nos merecemos.

Los músicos tomaron las calles para pedir apoyo

La jornada sabatina estuvo signada por la intervención de músicos que, con réplicas gigantes de instrumentos, tomaron las calles y juntaron firmas de apoyo a la ley de la música que promueven.

Entre los pedidos, los artistas reclamaron:

-”Por una legislación clara, lógica y democrática para habilitar lugares donde se desarrolle música en vivo”.

-”Por nuestros derechos artísticos y laborales”.

-”Para que quede en el recuerdo la perversa práctica de pagar para tocar”.

-”Por la Ley Nacional de la Música”.

-”Por mayor presupuesto provincial para cultura”.

Y como no podían ser ajenos al debate del teatro Municipal Mendoza subrayaron su postura:
“No a la venta, sí a la restauración”.

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