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Teología de la Liberación en cautiverio

El nuevo Papa, Benedicto XVI,  es un férreo opositor de la Teología de la Liberación. Esto provocó críticas de los sectores progresistas.

La Iglesia católica eligió como sucesor de Juan Pablo II al cardenal Joseph Ratzinger quien fuera mano derecha de aquel y titular de la Congregación para la Doctrina de la de la Fe, heredada de la Inquisición. Ratzinger fue el encargado de vigilar el cumplimiento de la ortodoxia católica, desde su cargo "disciplinó" a los disidentes y resistió todo intento de reformas por parte del ala liberal.

Benedicto XVI es uno de los principales opositores de la denominada Teología de la Liberación. Durante el pontificado de Karol Wojtyla, Ratzinger fue el responsable de redactar y presentar al Papa los alegatos contra esta teología.

La Teología de la Liberación, muy en boga durante los años 70 y 80 en Latinoamérica, fue marginada por el Papa Juan Pablo II. Karol Wojtyla se opuso a esta teología que priorizaba a los pobres por estar involucrada en la lucha política y por considerarla cercana a las tesis marxistas. El Pontífice afirmaba que la idea de un Cristo revolucionario era contraria a las escrituras.

Para contrarrestar el avance de la Teología de la Liberación el Papa sustituyó a los obispos militantes por prelados conservadores y favoreció a los movimientos más tradicionalistas y místicos como el Opus Dei y los carismáticos.

El caso más conocido fue el del sacerdote brasileño Leonardo Boff a quien el Vaticano impuso un voto de silencio. Esto llevó al religioso a abandonar los hábitos. Detrás de la medida estaba el entonces cardenal Joseph Ratzinger. Boff abandonó el sacerdocio pero no la Iglesia, convirtiéndose en una de las voces disidentes.

En recientes declaraciones Boff lamentó la condena por parte de la Iglesia a los teólogos de la liberación, porque en su opinión son personas que han elegido el camino más difícil: caminar con los pobres, entrar en su mundo miserable y compartir dolores y esperanzas, ya que el pueblo latinoamericano es pobre y cristiano a la vez."Si una iglesia no escucha a los pobres no tiene nada que decirle a Dios y se aleja de Jesús", afirmó el máximo exponente de la Teología de la Liberación. Además sostuvo que la Santa Sede le tiene miedo a los laicos, a las mujeres, a los pobres y al tercer mundo. Miedo al pensamiento crítico y libre. Miedo a que las otras religiones puedan crecer más que el cristianismo.

Además de Boff muchos otros obispos progresistas fueron investigados y sancionados por la jerarquía de la Iglesia. En México el obispo Samuel Ruiz fue investigado por presuntas desviaciones doctrinarias. Ruiz trabajaba en el Estado de Chiapas, cuna de la guerrilla zapatista.

De los prelados católicos latinoamericanos que participaron o retomaron el concilio Vaticano II (1962-1966), considerado raíz de la Teología de la Liberación, casi nadie queda en la actual cúpula de la Iglesia.

Debido a estas actuaciones, por parte de la línea conservadora de la Iglesia, los sectores progresistas deploraron la elección de Ratzinger."La Iglesia ha terminado de separarse del mundo con la designación de Joseph Ratzinger como nuevo Papa”, dijo el historiador y analista político Gerardo Caetano.

Por su parte Leonardo Boff pidió al nuevo Pontífice que piense más en la humanidad y menos en la Iglesia. Además declaró: "como cristiano acepto y respeto la decisión, fruto de la elección de los cardenales. Pero será difícil amar a ese Papa por causa de su posición respecto de la Iglesia y del mundo".

Lo cierto es que la Teología de la Liberación permanecerá paradójicamente en cautiverio dada la victoria de la línea conservadora del catolicismo representada en la figura de Benedicto XVI quien, al definir a los enemigos de la Iglesia como los homosexuales, los comunistas y la Teología de la Liberación, dejó en claro su pensamiento y próxima actuación al frente del Vaticano.

Ana Hernández

a_hernandez82@yahoo.com.ar        

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