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Terapias con células madre: las caras de la esperanza en el país

16 de marzo de 2009, 17:13.

Ya se hicieron 41 trasplantes celulares y unos 100 implantes en casos cardíacos.

Cien años atrás, un médico ruso les puso el nombre: "células madre". Pero recién durante los últimos diez años, estas células -que son capaces de renovarse para convertirse en otras-, se ganaron la atención de la gente. En la Argentina, ya hay pacientes que han recibido células madre adultas del cordón umbilical, donadas por otras personas y hasta de sí mismos, y andan bien.

Hasta el momento, nadie en el país recibió células madre embrionarias, que son las más controvertidas. El lunes, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció que liberará fondos federales para apoyar estudios con ese tipo de células y fue criticado por la Iglesia Católica y por los republicanos. En cambio, las células madre adultas están ayudando a pacientes, como Daniela Stopiello, de 19 años: "Tuve leucemia cuando tenía 12. Me trataron, pero en 2007 volví a tener una recaída", contó la joven, que vive en Adrogué, a Clarín. Estuvo seis meses esperando un trasplante y, a través del Incucai, aparecieron células compatibles.

"Sé que las células eran de un hombre de Holanda. Me las implantaron y al mes ya andaba bien. Ahora llevo una vida normal", comentó. Días atrás, le escribió una carta al donante. "No sé el nombre, pero le escribí diciéndole que había tenido un gesto muy solidario, porque dio sin saber a quién las donaba", resaltó la chica, que quiere ser maestra jardinera. El año pasado, se hicieron en el país 41 trasplantes como el que le practicaron a Stopiello. Son de células madre hematopoyéticas de donantes no emparentados, según el registro específico del Incucai, que tiene 40.000 dadores voluntarios inscriptos. Otra fuente de células madre es el cordón umbilical que liga a la madre con el bebé. Los trasplantes de cordón se empezaron a realizar en la década pasada entre no familiares. En 2005 se abrió el banco público del Hospital Garrahan y las células extraídas de los cordones se utilizan generalmente para niños y adolescentes con leucemias, linfomas, anemias hereditarias, entre otras enfermedades, según la directora de la iniciativa, Ana del Pozo.

Hay otras historias de esperanza con autotrasplantes de células madre, aunque aún son resultados preliminares. Desde 2004, 20 pacientes que habían sufrido infartos recibieron un implante de su propia médula ósea, que pasaron a estar en su corazón, al participar en un ensayo dirigido por Luis De la Fuente, jefe de cardiología intervencionista del Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, en colaboración con Simon Stertzer, de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. "No respondían a los tratamientos convencionales. Al recibir el implante, mejoraron. No tuvieron complicaciones", contó De la Fuente a Clarín.

En 2004, María Flores, una ama de casa de 56 años, de la localidad de Rawson, cerca de la capital de San Juan, aceptó hacerse un implante de células de su médula ósea para que pasaran a funcionar en su corazón afectado por la enfermedad de Chagas. El implante se hizo en el Hospital Perón, de Avellaneda. "Tenía miedo, porque sabía que es algo experimental. Pero fue una posibilidad para mejorar mi vida". Otros 79 pacientes cardíacos fueron tratados de manera similar, con autorización de la ANMAT. "La ventaja -explicó el médico Jorge Trainini- es que, al ser un autoimplante, se evita el rechazo inmunitario".

En etapa experimental

El uso de las células madre para terapias regenerativas provoca altas expectativas en los pacientes y los familiares. Las más esperanzadoras, pero polémicas, son las células madre embrionarias. Estas células podrían servir para tratar la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, diabetes y cáncer. Pero aún son una posibilidad, al igual que otras terapias con células adultas que están en experimentación. A esto se suma que ya hay médicos que ofrecen tratamientos sin estar autorizados, como los de la clínica Regina Maters, en Capital Federal, que fue intervenida en 2007. La comisión asesora en células madre del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva recomienda que si alguien ofrece un tratamiento experimental, los pacientes pueden pedirle ver la aprobación del Incucai para ese tratamiento. Aconsejan no aceptar tratamientos que no cuenten con esa aprobación, ni tampoco pagar. Como se trata de terapias que están en etapa experimental, deben ser totalmente gratuitas.

La comisión responde preguntas a través del correo electrónico: cacm@mincyt.gov.ar

EL MINISTERIO DE CIENCIA INVERTIRA 2,1 MILLONES DE DOLARES EN ESTE CAMPO
Aquí investigan 35 científicos que trabajan en 10 centros y clínicas

Como la de Messi, Mascherano y otros jugadores en el fútbol, la Argentina también tiene su selección de la "ciencia de las células madre". La forman desde el año pasado 35 científicos que trabajan en 10 centros de investigación públicos y clínicas y empresas privadas.

Durante los próximos tres años, con un subsidio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva -de 2,1 millones de dólares-, este equipo estudiará si las células madre provenientes de médula ósea, cordón umbilical, cerebro adulto y líneas embrionarias podrían servir como tratar enfermedades cardiovasculares, del sistema nervioso y cáncer. La semana pasada, hubo un comunicado de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, que respaldó esta iniciativa. Los científicos harán experimentos en ratón, rata, oveja y conejo. "Y no se tratarán pacientes", recalcó Fernando Pitossi, el coordinador del equipo, que está integrado por investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, INIS Biotech, la Fundación Instituto Leloir, el FLENI, la Universidad Austral, la Universidad Favaloro, y el Hospital Garrahan. Además, la Fundación Perez Companc, y las empresas Biosidus y Therafarma S.A., participan como "adoptantes": aportaron dinero para el desarrollo de algunos proyectos y accederán a beneficios económicos si resultan en descubrimientos originales.Con su subgrupo, Pitossi quiere entender cómo se puede convencer a las células madre que hay en los adultos para que funcionen como neuronas. Esto sería útil para la enfermedad de Parkinson. Pero no será sencillo: "Además de funcionar como neuronas, tienen que integrarse a un circuito". Gustavo Sevlever, en el Fleni, trabajará con diferentes líneas celulares, aunque reconoce que la "niña bonita" son las "células madre pluripotenciales inducidas", que se obtienen por ingenieria genética, a partir de una célula adulta de la piel o de otro órgano. En tanto, en la Universidad Favaloro, Alberto Crottogini y Rubén Laguens intentarán desarrollar terapias para evitar que las personas con infartos lleguen a sufrir insuficiencias cardíacas. Todos están chochos porque lograron que el sector público con el privado puedan trabajar juntos en un tema de punta en biomedicina.

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