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Tiempo al tiempo

Los calendarios aluden a regularidades astronómicas; pero no dicen demasiado de eso que llamamos tiempo. El tiempo siempre ha sido un tema para filósofos, motivo de canciones, artículos periodísticos, debates e interrupciones amorosas. Generalmente se aportan más preguntas que respuestas sobre este impreciso concepto. Hablar del mañana es querer anticiparnos al tiempo que se nos viene.

15 de junio de 2004, 13:11.

"Ahora no puedo, no tengo tiempo”.La expresión sonó vacía en el silencio del colectivo.

¿Qué era lo que no podía por no tener tiempo? Es probable que la chica se refiriera al tiempo de los relojes, o el de los almanaques que deshojándose marcan un rumbo, o quizás el tiempo como condición necesaria para el desarrollo de las actividades.

Los plazos que establecen los calendarios y su división en meses, días y años, aluden a regularidades astronómicas; pero no dicen demasiado de eso que llamamos tiempo. De esa duración limitada ¿Limitada?¿Por quién o por qué?.

El tiempo que condiciona es a su vez condicionado. El tiempo que es condición también puede ser condicionante. Seguramente al tiempo puede entendérselo como la continuación sucesiva de crepúsculos y amaneceres, o la alternancia también de las cuatro estaciones que se repiten cíclicamente.

El filósofo Martín Heidegger pensaba que el fluir del tiempo como "clave" del modo de existir humano porque justamente éste era el único existente que tienen la capacidad de interrogarse sobre todo lo que existe. La temporalidad es para el hombre, la más profunda de sus vivencias que le confirman su propia existencia.

Los humanos - mediando entre nuestra ingenuidad y nuestra omnipotencia- al mirar el reloj pensamos que medimos el tiempo y hasta atrasamos el reloj 1 hora intentando ponerle un parche a la crisis energética, y ni siquiera llegamos a eso. Sin embargo, en sus sentido cuasi dramático, no es descabellado pensar que es él quien nos mide a nosotros. El tema son sus parámetros. Y si bien la ciencia con sus celebrados aportes alarga nuestra vida, el mercado del trabajo nos señala otra cosa. Tener 50 años es no servir para trabajar, y tener 20 es no tener experiencia para trabaj! ar. Y hasta indica que las publicidades que ofrecen fresco glamour y eterna juventud a las mujeres e intensa virilidad a los hombres, parecen advertirnos que una de las medida de tiempo es nuestro cuerpo.

Cuando hablamos del pasado no evitamos términos como memoria o recuerdos, pero cuando pensamos en el hoy o en el futuro se nos hace casi imposible no generar expectativas .Hablar del mañana es querer anticiparnos al tiempo que se nos viene.

El tiempo siempre ha sido un tema para filósofos de cátedras, de historia o de café. Motivo de canciones, artículos periodísticos, debates y razones de interrupciones amorosas, entre otros.

Generalmente, muchos aportan más preguntas sobre este impreciso concepto. Pocos dan respuestas reales de esto que es muy difícil de definir.

El tiempo, el que transcurre y el que ya pasó no nos deja de mostrar que hay tiempo para el mañana, pero quién sabe. El tiempo dirá.

Natalia Bulacio
nataliabulacio@hotmail.com

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